Capítulo 26: Marusa

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Jafar abrió las dos hojas de la puerta con brusquedad y caminó a grandes zancadas hasta que colocó las palmas con fuerza sobre el escritorio de Sinbad. Su mirada denotaba el gran enojo que sentía hacia su rey.

—¡Sin! ¡¿Por qué mandaste a Alibaba, Aladdin y a Ari a Hardam?! —exclamó Jafar sin quitarle esa mirada—. ¡A sabiendas que ese lugar es muy peligroso!

Sinbad enarcó una ceja, ni siquiera se vio afectado por el reclamo de su amigo. Al contrario, tuvo la osadía se sonreír. Luego apoyó sus codos sobre el escritorio, entrelazó las manos y apoyó su mentón en ellas.

—Es un atajo para que lleguen más rápido a Reim —contestó Sinbad con inocencia.

—¡Sin, ahí está Marusa! Y sabes perfectamente lo peligrosa que es esa mujer, ni si quiera tú pudiste derrotarla —rebatió Jafar casi pegando su rostro al de Sinbad.

—Si tienen suerte, a lo mejor no se topan con ella —respondió Sinbad, restándole importancia al asunto.

—Prácticamente le pusiste en bandeja de plata la cabeza de Aladdin y a Alibaba a esa mujer. ¡No puedo creer que hayas hecho algo así! —Jafar se notaba exasperado por la pasividad de su amigo.

—Jafar, ellos son fuertes, seguro podrán con ella, además, Narae los acompaña, ella no dudará ni un segundo en brindarle su poder a Alibaba.

Jafar entrecerró los ojos, sin apartarlos de Sinbad.

—No me digas que los estás usando para eliminar a esa vieja bruja —dijo Jafar con cuidado.

La sonrisa de Sinbad fue su respuesta.

—Pero cómo... —Jafar se llevó la mano a la frente, ya no debería de sorprenderse por el actuar de Sinbad.

—Alibaba ya no es el mismo muchacho que conocimos en Balbadd, se ha vuelto muy fuerte y Narae lo hará invencible ante Marusa. Si ellos sacan a esa mujer de ahí, Hardam puede renacer de las cenizas. Recuerda la promesa que le hice a ese soldado, ha llegado la hora de cumplirla, tal vez no con mis propias manos, pero sí con mi plan —resolvió Sinbad, luego se levantó—. ¿Es todo Jafar? —su mirada cambió a una autoritaria.

Jafar soltó un gruñido, pero luego suspiró hondo y cerró los ojos para calmarse, tomándole más tiempo de lo planeado.

—Solo espero que ninguno de ellos salga herido, Sin —proyectó Jafar dándose la media vuelta.

En cuanto Jafar cerró la puerta, Sinbad soltó un largo suspiro.

—Solo quiero mostrarle a Narae que el resto del mundo no la va a tratar así de bien como aquí en Sindria —Sinbad esbozó una sonrisa burlona.

—Solo quiero mostrarle a Narae que el resto del mundo no la va a tratar así de bien como aquí en Sindria —Sinbad esbozó una sonrisa burlona

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—A diferencia de los otros magos de Al-Thamen, yo soy fuerte y no me ando escondiendo como los demás. Quiero que vean mi hermoso rostro, que vean de lo que soy capaz y que jamás olviden mi nombre —expresó Marusa con aire petulante—. Pero por esto mismo, soy despreciada, porque piensan que soy demasiado arrogante.

Magi: The New Magic AdventureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora