Capítulo 42: Débil

141 20 10
                                    


Aladdin mandó unos ataques de aire combinados con fuego contra dos de los enemigos. Se había preocupado al ver a Alibaba perder su equipamiento, pero al ver que Titus lo ayudó, pudo enfocarse más en la defensa contra aquellos inesperados invitados.

Sinbad derribó con facilidad a uno de ellos que estuvo a punto de hacer la magia extrema, sin embargo ahora se enfrentaba al tipo musculoso que no dejaba de sonreír.

—No me imaginé que llegaría el día en que me enfrentaría al rey Sinbad... al máximo conquistador de calabozos, y ahora seré el encargado de darle muerte. Me siento honrado —habló el hombre haciendo una leve reverencia con tono burlón.

El rey de Sindria lo miró con superioridad y cierta burla, pero sabía que no debía de subestimar a sus enemigos por más caricaturescos que estos le parecían.

Muu hizo aparición equipado con su Djinn, lanzó uno de sus ataques que atravesó al enemigo, estaba enojado por atreverse a atacar a su país.

Lamentablemente a ellos se les complicaba aplicar su magia extrema pues esta podría causar más destrucción que los propios enemigos. Así que fueron muy cuidadosos. Bloqueaban los ataques y a toda costa evitaban que los corrompidos hicieran uso de sus magias extremas.

El rey de Sindria se enfocó en el tipo robusto, trató de que este no se clavara su contenedor oscuro; le resultaba impresionante que fuera tan fuerte a pesar de no usar el equipo Djinn.

Alibaba hacía alarde de sus extraordinarios movimientos de espada, causando irritación contra el enemigo. Su entrenamiento con Sharrkan más lo aprendido en Reim como gladiador lo hacían un espadachín excepcional, combinando movimientos no sólo del uso de esgrima real, también el aprendido en Sindria y Reim, haciendo que el rival no tuviera oportunidad. Alibaba sonrió agradecido con sus maestros: Barkak, Sharrkan, Shambal Ramal, Toto y Muu.

En un arranque desesperado, el contrincante le arrojó unos ataques de arena que cayeron a los ojos de Alibaba entorpeciendo su visión. Solo sintió un golpe duro en el vientre que lo hizo dar varios pasos hacia atrás, entre abrió los ojos, mirando una figura borrosa saltando sobre él. Alzó la espada, esquivando aquel ataque. Dio un largo salto hacia atrás, esquivándolo y se enfocó en los sonidos para ayudarse a bloquear los movimientos fugaces de ese tipo.

—¡Matar al rey Alibaba Saluja será uno de mis mayores logros! —bramó aquel sujeto escupiendo, sus ojos se habían llenado de venas y una sonrisa macabra adornó su desfigurado rostro.

—¡Alibaba! —gritó Sharrkan quien hizo uso de su contenedor domestico para acabar con aquel tipo.

Alibaba se restregó los ojos irritados, le estaba costando más de la cuenta, cuando sintió que le cargaron el brazo sobre sus hombros.

—¡Alibaba-kun! —Aladdin aterrizó al lado de su amigo, hizo una bola de agua que le arrojó al rostro al rubio.

—Estoy bien, chicos, no se preocupen —respondió Alibaba quitándose el exceso de agua que le ayudó a aclarar su visión—. Gracias, maestro, Aladdin —les sonrió.

—Alibaba, estoy orgulloso de ti, eres el mejor alumno que he tenido —sonrió Sharrkan que le refulgían los ojos.

Las mejillas de Alibaba se tiñeron de rojo, dejándolo sin palabras. Pero esos segundos de tranquilidad se vieron interrumpidos por una majestuosa mujer, que tenía su equipo Djinn y su cabellera oscura lucía un poco extraña, demasiado gruesa y resplandecía de un modo raro como metal expuesto al sol. Ella sonrió con malicia al tiempo que su cabello se ponía tenso como un aro atrás de su cabeza y del cual salieron miles de esas cuchillas disparadas hacia los tres.

Magi: The New Magic AdventureWhere stories live. Discover now