Capítulo 21: Protege a Sindria

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Sinbad atacó a Fadrel aprovechando que este se encontraba distraído, mandándolo hacia una pared que colapsó por el impacto.

—Arisha, Jafar usó demasiado magoi, tienes que llevarlo de inmediato con Yamuraiha —solicitó el rey, notándose preocupado.

—Y-yo... —Jafar tosió, sacando más sangre por la boca—. S-sin...

Ari con sumo cuidado cargó a Jafar en brazos.

—A-Ari...

—Prometo que regresaré por el señor Sinbad, pero por ahora, tienes que aguantar, por favor —Ari tenía los ojos llorosos sin creer que Jafar estuviera tan mal herido al borde de la muerte.

«Jafar no es débil, pero este sujeto es demasiado fuerte» pensó Sinbad, apretando la mandíbula y mirando hacia donde Fadrel había aterrizado.

—Así que esta es la fuerza de la "singularidad" —Fadrel se levantó dentro de los escombros, tenía el cuerpo mullido y unas heridas le sangraban, además de que algunas partes de su cuerpo ya no estaban tan iluminadas—. ¿Te diste cuenta que no puedes absorber mis rayos para tu beneficio?

Sinbad apretó más los dientes. Era cierto, intentó hacerlo, pero a cambio recibió una descarga eléctrica.

—Puedo destruir Sindria sin problemas, Sinbad —sonrió confiado—. Pero te ofrezco la oportunidad de que tu país ya no sufra más daño. Solo entrégame a la chica a la que llamas Arisha que, por cierto, ese no es su nombre —Fadrel quedó frente a Sinbad a una distancia prudente, tenía los brazos cruzados. Vio que Sinbad estaba por atacarlo de nuevo, pero esta vez levantó su mano para detenerlo—. No me digas que estás dispuesto a sacrificar todo por una chica que realmente ni conoces. Vaya.

—¡Voy a defender a Sindria y también a Arisha! —exclamó Sinbad, decidido a seguir peleando.

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Ari se sorprendió al ver el panorama que tenía el patio, había destrozos por doquier. Aladdin le sobresalían unas venas rojas en su piel y el sudor emanaba libremente por su rostro, también Alibaba estaba igual, lanzando olas de llamas hacia esos humanoides extraños. Vio a Masrur que era de los pocos generales que seguía peleando sin importar las descargas que recibía.

—¡Masrur! —gritó Ari yendo hacia él, en el camino tuvo que esquivar a dos de esos seres.

Masrur eludió a uno para ir al encuentro de Ari.

—Lleva a Jafar con Yamuraiha, por favor, se encuentra muy mal —pidió Ari, preocupada entregándole a Jafar con sumo cuidado en los brazos de Masrur.

—¿Y Sinbad? —cuestionó el Fanalis.

—Está peleando con un tipo muy poderoso —respondió Ari, mirando el cuerpo dañado de su maestro, pasó con suavidad su mano en la mejilla de Jafar.

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