Capítulo VII

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Quebec.

Maldita sea, quiero pegarle, quiero matarlo justo ahora.

Bajo corriendo por las escaleras, dejando detrás aquella habitación, necesito salir de aquí, necesito encontrar a Erick e irme con él o sin él.

Comienzo a buscarlo y después de unos minutos logro ver que Will está bajando, buscándome entre toda la multitud, no, no por favor, sin pensarlo decido salir del club y más tarde le mandaré un mensaje a Erick para hacerle saber que me fuí y que estaré bien en casa.

Me dirijo al estacionamiento para poder marcharme, mientras busco las llaves y mi celular en mi bolso, siento que alguien me toma del antebrazo. Por instinto, lanzo un puñetazo y un codazo, pero es más rápido, me detiene. Lo que me faltaba.

-Déjame llevarte a casa.-dice mientras me toma de la muñeca.

Después de lo que me hizo, ¿quiere llevarme a casa?, no puedo permitirlo.

-Gracias señor Crane, pero sé cuidarme sola.-respondo tratando de soltarme de su agarre.

Puedo ver que está preocupado, no tiene razón para estarlo, ¿acaso sus esclavas no usan su palabra de seguridad en medio "juego"?, ¿esa es la razón para estar ofendido o preocupado?

-Lamento lo que te hice, lamento haberte preguntado eso.-susurra.

-Necesito decirle a Erick que me iré a casa.

Cuando digo eso, me suelta, dejándome sacar mi celular y enviar un mensaje. "Lo lamento, tuve que irme, no me siento bien, háblame cuando veas esto." Presiono enviar.

Levanto la mirada y lo veo directamente a los ojos, Dios, estoy cayendo por un precipicio al estar con él. Pero ya sabe de mi, ya sabe mi apellido y lo mas seguro es que ya sepa sobre mi madre.

-¿Quieres saber la maldita verdad?-pregunto de repente, esperando no arrepentirme de lo que estoy a punto de confesar.

Doy un paso hacia atrás, tratando de mantener mi distancia. Estoy molesta, lo único que deseo es irme a casa, encerrarme y quedarme ahí por una semana. Se queda callado, pero bueno, el silencio otorga y estoy dispuesta a decirle la verdad sobre mis padres.

-Maté a mi madre por ir detrás de un violador, mi padre nos abandonó cuando era una bebé, ¿eso querías saber?-siento las lagrimas salir por mis ojos, pero esta vez no permitiré que me vea llorar, limpio mis ojos con la mano de manera brusca y mi voz suena quebrada.-¿Estás feliz ahora?, ¿qué más quieres saber?

Para mi sorpresa, me toma de las manos y me acerca a él, siento sus brazos al rededor de mi cuerpo, Dios, huele tan bien, me abraza, tratando de transmitirme calidez y compresión, el abrazo es cálido a tal grado que no quiero que me suelte.

La realidad me golpea, no estoy aquí para él, tengo una misión que cumplir y no le puedo fallar al señor que me ayudó cuando me quedé completamente sola, a un padre para mi.

Bruscamente me separo de él, empujándolo contra el auto que está detrás pero no me suelta las manos, me mira de arriba hacia abajo sin decir una palabra, mierda, si sigue mirándome así no me resistiré y le pediré que termine lo que estaba haciendo minutos atrás en aquella habitación.

-No tienes que estar sola, estoy para ti si me necesitas.

-Lo único que necesito de usted es que firme para que se haga socio con nuestra fundación.

Asiente y me suelta, toma las llaves que tengo en la mano y abre mi auto por mi.

-La veré mañana, tendré listo el papeleo para hacer que esto funcione.-se inclina hacia mi y puedo sentir su respiración en mi mejilla.-Que tenga una linda noche.

Se separa, cierra la puerta y lo veo marcharse, entrando de nuevo al club, lo más probable a encontrar a alguien más para terminar lo que estaba haciendo conmigo. Mi estomago se retuerce al pensar eso, no quiero que encuentre a alguien más, quiero que me enseñe su mundo, tal vez lo asusté, vamos, ¿llorar por una pregunta?, el tema de mi madre aún es sensible para mi, aunque ya hayan pasado tres años, debo dejarla ir y continuar, pero no es fácil, aún no es el momento de soltarla.

Conduzco hasta mi departamento, al llegar, me quito los tacones y me tumbo en el sillón, mi mente está muy confundida, Will no parece ser el tipo de persona que le hace daño a alguien, al contrario, se detuvo cuando se lo pedí y me desató lo antes posible para evitar que algo malo me pasara e incluso me pidió que me quedara con él para cuidarme.

Diablos, estoy tan cansada que necesito un baño caliente para sacarlo de mi sistema, pero antes que nada, necesito saber la razón por la cuál el señor Maxwell me ha enviado a matarlo, honestamente, no creo que haya matado a Esther.

Suspiro y me levanto del sillón, me dirijo al baño, enciendo la tina, la preparo con loción, jabón y unos cuantos pétalos de rosa, mientras se llena, comienzo a desvestirme, quedando en ropa interior, me miro al espejo y puedo ver que mis bragas siguen húmedas a tal punto que si las exprimo mis fluidos saldrían como cascada. Mierda, estoy excitada.

Me quito la ropa interior y entro a la tina, no puede ser que después de todo, el simple hecho de pensar en él me excite, necesito terminar lo que Will dejó pendiente y necesito ese añorado orgasmo.

Lentamente bajo mi mano hacia mi vagina y comienzo a jugar con mi clítoris, dando pequeños círculos, agh, no es lo mismo, necesito el pene de Will, necesito ser llenada por él, necesito saber lo que es capaz de hacerme. Aumento la velocidad y siento el orgasmo llegar. Me levanto un poco y de un pequeño cajón que está junto al borde de la tina saco el dildo de cristal y lo introduzco en mi boca, tratando de imaginar que es él, succiono y lo bajo por mi pecho, estimulando mis pezones, bajando por mi abdomen hasta llegar a mi pelvis, lo paso por mi clítoris e introduciéndolo en mi húmeda vagina, doy pequeñas embestidas al inicio, pero al paso de los segundos comienzo a introducirlo más rápido, me contraigo hasta llegar a ese añorado orgasmo.

-Aaaaaah... Willl...-gimo, trato de mantenerme callada, coloco una mano en mi boca, mordiéndola mientras que continuo penetrándome con ese dildo, mierda, William, te deseo ahora mismo.

Al terminar de darme un baño, tratando de limpiar y borrar las marcas de sus ataduras de mi cuerpo, me pongo una pijama negra de seda y me voy a la cama. Estoy tan cansada.

Justo cuando estoy a punto de dormir, mi celular suena, pienso que es de Erick. 

Número desconocido.

"Lamento lo de esta noche, me gustaría enseñarte lo que soy y lo que puedo hacerte sentir."


Oh, Por Dios! (I)Where stories live. Discover now