Capítulo XIV

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William.

Tres años atrás.

-Vamos Alex, escapemos juntos.-Esther estaba brincando de un lado a otro.

Estar con ella es cómo estar con una niña pequeña.  A pesar de ser mi esclava, siempre he tratado de no ser tan rudo en la hora de nuestros juegos.  Siempre ha sido tan delicada, tan frágil.

-Sabes que no podemos.

-Tengamos una familia juntos, tú y yo.-sonríe, demonios con esa sonrisa me puede pedir que me aviente desde un puente y no lo dudaría. 

La abrazo y acaricio su cabello. 

-¿Qué pasará con tu padre?

-Ya es mayor y sé cuidarme sola.-me mira, sonríe y me besa.-Te amo.  

Me sorprende, ninguno de los dos había dicho esa palabra, tenerla junto a mi es cómo verla cómo una hermana, una niña pequeña, sus problemas de depresión cada vez se hacían más grandes y los ataques de ansiedad más difíciles de controlar.  No sé que decir, ¿la amo?
Le sonrió y acaricio su rostro.

-Yo también.-mierda, no sé que responder a eso. Su mirada se pone triste, oh no, va a llorar.

-¿Sólo dirás "yo también"?

-Yo también te amo.- sus ojos reflejan alivio, sonríe y camina hacia la cama.  Se arrodilla cómo una buena sumisa.-Ven y cógeme.-sonrió y me acerco, me pongo frente a ella y acaricio su rostro.

-No.-susurro, toma mi mano y la besa.

-Tengo que decirte algo.-me suelta, se levanta y se va al balcón.  Salgo detrás de ella y la abrazo por detrás.  Su respiración es tranquila, se pierde mirando el cielo y susurra.-¿Me amas tanto cómo yo a ti?  

¿A qué viene esto ?, ni siquiera sé lo que siento por ella, tal vez sea querer, pero amar, aún lo dudo.  Jamás amé a alguien antes y temo no sentir lo que ella espera de mi. 

-Sí.-asiente, veo una lágrima caer de sus ojos, con mi pulgar la limpio y le doy un beso en la cabeza.

-¿Escaparías conmigo?

-¿Qué hay de tu... 

-Solo responde.-interrumpe.

-Sí.-digo sin pensar, simplemente lo hago para que no vuelva a recaer.  La última vez por poco no llego a salvarla.  Estar ahí para ella es lo menos que puedo hacer.  Suelta una risa y voltea a verme, acaricia mi rostro, analiza mis expresiones.

-Alex... estoy embarazada.

Actualidad.  

Estoy en las catacumbas, son las once y aún no llega, tal vez me estoy obsesionado, pero no puedo sacarla de mi mente.  Varías chicas se acercan a mí pero ninguna cómo Quebec. Miro el reloj "12:38 hrs."  debería resignarme, desde que salí de su oficina y dejó claro que la dejara en paz. 

¿Quebec?  De dónde es ese nombre, ¿su madre lo eligió ?, ¿Qué significa?  Sonrió al pensar las posibles razones de su nombre.  Vuelvo a mirar el reloj "01:27 hrs." El tiempo se pasa realmente rápido si me pongo a pensar en ella.

No hay rastro de que vaya a llegar, es tarde, y estar sentado a unos metros de la puerta sólo para esperarla me hace sentir cómo todo un perdedor. La vez pasada llegó temprano, creo que a las 11:30 u 12. Será hora de dejarla libre, pero, tengo que trabajar con ella y tengo que ayudarla.

Tomo mi saco y salgo del club, al llegar a mi auto me encuentro con una nota colocada en el limpiaparabrisas.

Genial, ahora una nueva amenaza.  

"Sabe de tu pequeño secreto".  

¿Secreto?  ¿Qué carajo?  Quito el papel y lo aviento a la calle, me subo al auto y me voy directamente a mi departamento.  Al llegar, me siento en el sillón y prendo la televisión, no hay nada bueno a estas horas, apago el aparato y me levanto a ver una foto pequeña de Esther que está en el mueble junto al estante de libros.

-Tal vez lo que pasa entre Quebec y yo sea obra tuya.-le digo, sonrió y me voy a mi habitación. 

Necesito verla, necesito sacarla de mi mente, tal vez sólo necesito cogerla otra vez y ya para poder sacarla de mi cabeza.  Pasan los minutos y me quedo dormido.

Oh, Por Dios! (I)Where stories live. Discover now