Quebec.
Tal vez estoy loca y puede que esté haciendo algo que me hará arrepentirme en algún momento, pero estar con él, me hace sentir amada y segura.
Lo escucho regresar a la habitación y ya está solo con unos jeans, su mirada es fría y me hace pensar que algo está mal, se acerca a mi y comienza a desatarme con cuidado, cuando suelta mis piernas pasa sus manos sobre ellas y las masajea, sube hasta mis manos, hace lo mismo hasta llegar a mi torso, quiero decirle que estoy bien y que quiero continuar pero está tan concentrado que no quiero interrumpir sus pensamientos.
Justo cuando termina de desatarme me mira de pies a cabeza, se inclina y me besa en los labios, el beso es suave y dulce, al cabo de unos segundos se separa de mi, se levanta y recoge la ropa que está en el piso, comienza a vestirme con extremo cuidado, giro la cabeza a un costado y en el espejo que está a un lado veo mi reflejo, mi cuerpo está lleno de moretones y hay cortadas, bajo la mirada y ahí está él, tomándose su tiempo en ponerme la ropa y en tener cuidado.
Al terminar, me ayuda a levantarme y nos sentamos en la cama, la habitación es silenciosa y el sonido de la lluvia la hace más acogedora.
-¿Está todo bien?-rompo el silencio y lo miro.
-Necesito hablar contigo.-responde sin apartar la mirada de la ventana, se levanta de la cama y se dirige al pasillo, me levanto detrás de él y comienzo a seguirlo, pasamos por una pequeña cocina y el comedor, llegando hasta la sala, para ser su casa es un lugar realmente pequeño, pero acogedor.
Se sienta en el sillón y le da unos pequeños golpes a su lado, dándome la orden de sentarme junto a él, obedezco y pongo mis piernas al nivel del pecho, esperando por lo que tiene que decir.
-Conocí a tu padre cuando mi madre tuvo un accidente, él estuvo con nosotros cuando no teníamos nada, era el jefe de mi padre y bueno, hicieron negocios sucios, algo que en realidad no me gustaría hablar.-asiento y espero a que continúe, suspira y prosigue.-Después de unos contratos mi padre fue asesinado en una entrega de mercancía, y bueno, tu padre nos dio lo necesario, me dio los recursos para poder crear mi propio negocio, cuando lo logré comencé a tener diferentes clientes...
-¿De qué era el negocio?-lo interrumpo y sonríe.
-Drogas...
-Oh...-nos quedamos en silencio por un momento y continúa.
-Después él se volvió en mi mejor cliente, hasta que de un momento a otro desapareció, ya no supe nada de él, nunca me dijo que tenía una hija o si estaba casado, inclusive lo busqué en internet esperando hasta respuesta pero no, volvió a contactarme, me dijo que que te había investigado y que quería conocerte, tanto así que te quería dar más de la mitad de sus ganancias.
-¿Entonces tú donador era mi padre?-asiente, es increíble que no lo haya aceptado o que ni siquiera lo haya conocido, sino hasta hace unas semanas, toda mi vida creí que estaba muerto y que nunca le importé, pero ahora, estaba buscándome y estaba dispuesto a dar una gran cantidad de dinero a la fundación. Estoy sorprendida.
-Tenía mis sospechas de que era tu padre después de lo que me habías comentado, pero no quería hacerme esa idea y estar equivocado.-suspira.-Hace rato me llamó y quiere que te vayas con él, ya que el señor Maxwell me está buscando y si me encuentra me matará, así que quiero evitar que te haga algo que no sería capaz de soportar.
Siento mi cabeza a punto de explotar, en realidad solo estaba protegiéndome y, mierda, lo necesito, necesito estar con él. Lo miro a los ojos y lentamente paso mis piernas por ambos lados de su cuerpo, sentándome en su regazo, juego un poco con su cabello y analizo su rostro, su entrecejo está levemente arrugado, sus ojos rojos por no dormir y debajo de ellos tiene marcadas las ojeras, sus pestañas son largas y rizadas, su nariz es gruesa y ligeramente punteada, sus mejillas están levemente sonrojadas y sus labios, Dios, esos labios por la cuál moriría, carnosos y rosados.
Siento que este será el último momento en el cuál podré verlo, y algo en mi interior me grita que es mejor alejarme antes de que sea demasiado tarde, pero ahora solo quiero estar con él.
Paso mi pulgar por sus labios que están ligeramente separados, necesito regresar a la realidad y enfocarme que en algún momento me tendré que ir. Sonríe y pasa sus manos por debajo de mi cabello, subiendo hasta mi nuca, me acerca a él y lentamente me besa, separo mis labios dejándolo entrar, succiona mi labio inferior y su lengua comienza a jugar con la mía, sonrió entre besos, separándonos por falta de aire.
-No quiero dejarte ir.-susurra y pone su frente contra la mía, nuestras narices se tocan y estamos a milímetros de volver a besarnos, pero me separo de él, me mira sorprendido y suspira.-Te alistaré un poco de ropa y lo necesario para que te vayas mañana por la mañana.
Lo miro sorprendida, ¿de verdad quiere que me vaya?, ¿no soy nada para él?, siento las lágrimas comenzar a salir pero trato de mantenerme firme, me levanto de sus piernas y me siento a su lado, no quiero que me vea llorar, no de nuevo.
-¿Él sabe en dónde estamos?-pregunto.
-Sí... me dijo que vendrá mañana por la mañana.
Miro a la chimenea que suelta un poco de humo, y las brasas comienza a salir, tal vez lo nuestro es como el fuego, y ahora, está por apagarse. Miro al reloj que está colgado en un muro, 03:56 am, es tarde, y debería de dormir, pero no por creo ser capaz de cerrar los ojos y pensar que tal vez esta será la última noche que estaré con él.
-¿Qué soy para ti?-pregunto, y al momento me arrepiento de haberlo hecho, suspira y abre la boca para responder.
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ČTEŠ
Oh, Por Dios! (I)
RomanceQuebec Salas, una espía que trata de hacer el bien, cuando su nueva misión, asesinar a Will Crane-el rey de la mafia y un Máster del BDSM-por venganza de la muerte de Esther Maxwell, hija de su jefe Jared Maxwell. ¿Todo se saldrá de control? o ¿él l...