Capítulo XXV

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Quebec.

Después de que Will se fue, me alisto para ir a la oficina, necesito hablar con el señor Maxwell y decirle que no podré cumplir con esta misión.  

Salgo del departamento y conduzco hasta la empresa, al llegar Erick está en la entrada de mi oficina, sus ojos están hinchados y las ojeras se le ven negras.  

-¿Pero qué te paso?  

-Estamos en problemas.-dice, entramos, se sienta en el sillón y me acerco a él.-Me han enviado un mensaje.-saca su teléfono y busca, al encontrar dicho mensaje me lo muestra.

Parece que no tienen suficiente... dejen de buscar o alguien saldrá lastimado... 

Al leer, veo que viene con una imagen adjunta, la abro y es el cuerpo de una chica, está en el piso lleno de sangre y su cabeza está  separada de su cuerpo. Aparto el celular de mi vista y lo observo, tiene lágrimas en los ojos, mierda, ¿qué hemos hecho?  

-Su nombre era Samantha... es la chica de la morgue... 

-¿La qué te entregó el expediente?-asiente, no puede ser.  

-Y... estaba saliendo con ella...

-Oh, Erick.-me acerco a él y lo abrazo.

Ha estado conmigo cuando más lo necesito y ahora, él necesita de mi en estos momentos, no sabía que estaba saliendo con ella, al contrario, pensé que sólo tenía sexo y ya.  Pasan los minutos y cuando está más tranquilo lo miro, nunca lo había visto así, siempre sus ligues son pasajeros o de una sola noche, pero ahora, puedo decir que estaban juntos y no simplemente para sacar el expediente.  

-Bueno, ahora alguien quiere que nos detengamos.  

-Necesito hablar con el señor Maxwell.-me levanto y me dirijo a la oficina de mi jefe.  

Toco dos veces y responde.

-Adelante.  

Entro y gira a verme, su mirada muestra decepción y enojo.  

-Hasta que apareces.  

-Lo lamento, pero... 

-No me digas que te has enamorado de él.-interrumpe.

Lo miro sorprendida y me acerco a su escritorio.  Me hace una seña para que tome asiento y le obedezco.  

-Necesito saber la verdad.-murmuro.

-¿Sobre qué?

Me quedo en silencio, y miro mis manos.  

-Sobre la muerte de Esther.-digo finalmente, se recarga en su silla y suspira.-No se suicidó, la asesinaron.  

-Tu nuevo novio la mató.  

-No es mi novio... 

-Parece que sí, ya que desde hace un mes que sigue vivo y se supone que cuando te dí la misión lo matarías, y bueno, conociéndote, le sacarías dinero para poder continuar con la fundación que te vio crecer  y cuando lo obtuvieras lo matarías. ¿Me equivoco?  

No quiero decepcionarlo, pero simplemente no puedo, me conoce tan bien que es extraño que ya no quiera darme más misiones, sino que me ponga solamente a hacer papeleo.  

-No señor... es solo que... no es malo, me contó lo que vivió con su hija y... 

-Ya te endulzó el oído.-se levanta, se acerca a un estante lleno de libros, toma uno y me lo entrega. 

-¿Qué es?  

-El diario de mi hija.

Me da un libro forrado de rojo, lo abro y veo que está lleno de dibujos, son realmente hermosos.  

-Pero son dibujos.  

-Los dibujos mostraban sus emociones, ahí se expresaba.  

Vuelvo a mirarlo y no sé que decirle, sé que amaba con todo el corazón a Esther hacía todo lo posible para que ella estaba bien.  Cuando mi madre murió, ella estaba conmigo, no la conocí muy bien pero solía hacerme compañía en el cementerio, nos quedamos en silencio y siempre me apoyaba, no con palabras o algo por el estilo pero con su compañía, de igual manera cada vez que  estábamos juntas ella iba a ver la tumba de su madre y así eran nuestras reuniones.  Estuvo conmigo y fue cuando el señor Maxwell me ofreció un pequeño departamento para quedarme y seguir trabajando para él, dándome lo necesario, aumentó mi salario para que nada me faltara, y ahora, siento que lo estoy decepcionando, quiere venganza por la muerte de su hija, la única familia que  le quedaba, y ya no puedo cumplir, me gustaría decir que Will no se ha metido en mi piel, pero es difícil admitirlo, algo de una noche, me dejó deseando más.  

No quiero mirarlo, en sus ojos mostraría traición hacia lo que  quiero hacerle saber. Will no es malo y él no la asesinó, pero no me creería, aparte de que necesito enseñarle el expediente de la morgue, los mensajes que me han llegado con solo investigar.  

-Yo... lo lamento...-logro a decir, siento las lágrimas salir y caer por mejillas, necesito salir de ahí, necesito ver a mi madre, necesito su consejo.

Solo sonríe, me levanto de la silla y me dirijo a la puerta, al salir voy a mi oficina, tomo mis cosas y Erick aparece en la puerta justo cuando estoy a punto de salir.  

-¿Estás bien?-asiento, lo hago a un lado y salgo, en mi auto no logro aguantar más y comienzo a llorar, mi corazón duele y me falta la respiración, siento cómo si algo me estaba apretando, dejándome sin aliento, enciendo la radio y pongo la canción  Embajadores "Unsteady" de X.  Desde que inicia la melodía mi llanto se vuelve más fuerte, no aguanto más, arranco y me dirijo al cementerio.

Al llegar, saco el diario de Esther y comienzo a hojearlo, llegó a uno donde se muestra la silueta de una niña sentada frente a una cripta y en el lado superior con una nota:

"Mamá, sé que estabas cansada de estar sola y de luchar..."

Sabía que su madre fue asesinada en un accidente automovilístico, y fue cuando ella solo tenía seis años, su padre estuvo para ella y sabía que le daba todo lo que necesitaba, el señor Maxwell jamás volvió a contraer matrimonio por respeto a su hija, quería que la viva imagen de su madre permaneciera en su mente todo el tiempo, tanto así que le era imposible dejar que alguien más llegara a tomar su lugar.

En otra hoja veo un dibujo, es realizado con carbón, dejando manchas en mis manos. Se trata de un hombre, realmente atractivo, ojos brillantes, cejas definidas, poca barba y labios carnosos... simplemente es él. 

"He comenzado mi trato con el diablo..."

Oh, Por Dios! (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora