Capítulo XVI

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William.

Me despierto y lo único que puedo pensar es en ella, no debería, pero al recordar su esencia, me vuelve loco.  Después de nuestros encuentros, comienzo a dudar si en realidad quiere continuar. Cada vez que terminamos me hace sentir culpable. 

Me levanto de la cama, tomo un baño y me dirijo a la oficina, necesito terminar unos contratos y enviar mercancía a tres socios.  Al llegar, Katerina me da los archivos que están pendientes para firmar y enviar.  Entro a la oficina y dejo mi saco en el perchero. Tocan la puerta y Katerina se asoma, se ve un poco pálida.

-Señor, el contador del señor Salas quiere hablar con usted. 

Hasta que se deja escuchar sobre mi mejor comprador de droga.  Asiento y lo dejo pasar. 

-Buenos días señor Crane.

-Buenos días, ¿de qué quiere hablar conmigo?-lo invito a sentarse y lo hace.  Saca de su portafolio unos sobres y me los entrega.

-El señor Salas me ha enviado para proponerle un trato.  Todo a beneficio de la señorita Salas.-dice de repente, ¿cómo sabe de ella?, lo miro sorprendido, pero no quiero verme afectado que, posiblemente, ellos sean los de las notas y quienes la han estado siguiendo durante los últimos días.  

-¿Quiénes la señorita Salas?

Sonríe y suelta una carcajada. 

-Encargada de la fundación "Niños alegres".  Sabemos que ha trabajado con el señor Maxwell para ganar fondos.-mierda, son ellos.  

-Está equivocado, es la señorita Soria.-me mira sin decir nada.-¿Qué trato es?

-Sabemos que le ha mentido, sabemos que su nombre es Quebec Salas, sabemos que el señor Maxwell la ha mandado para matarlo.  ¿Me equivoco?  

La han investigado, lo saben, no me puedo permitir que le hagan daño, no la conozco pero sé que ha pasado por muchas cosas y sé que lo hace para ganarse el respeto del señor Maxwell. Sonrió y me levanto del escritorio, me dirijo a la pequeña mesa don de están mis bebidas y me sirvo un vaso de whisky.

-¿Y qué es lo que el señor Salas quiere?

-Le otorgará el 55% de sus ganancias para que su fundación pueda trabajar para los niños huérfanos, incluyendo una clínica médica.

Maldita sea, darle más de la mitad de sus ganancias, no lo aceptaría.

Me giro para verlo. Está sonriendo, no sé cuánto le han pagado para venir a verme, ya que, claramente Rubén no vendría a hacer tratos y menos si se trata de su hija.

-¿Y qué desea a cambio?-pregunto, con temor a la respuesta.

-El señor Salas quiere conocerla lo más pronto posible.

Esto suena mal, a pesar de todo, Rubén es alguien de cuidado, un mal paso y estás muerto en cuestión de segundos. Si Quebec hace o dice algo que no le agrade, estaría en la tumba en un abrir y cerrar de ojos.

-Tengo que hablar con ella, si acepta pensaré en algo para que se puedan conocer.-digo, honestamente, estoy deseando que no acepte, no la puedo poner en peligro.

-Está bien, solo que el señor Salas desea que sea en una fiesta, para no crear sospechas y menos crear rumores de su regreso.-asiento, se levanta y se dirige la puerta.-Le dejo mi número y el contrato, que tenga un buen día.-sale de la oficina.

Mierda, no puedo se vean solos, si es en una fiesta tendría que ir acompañada y si va junto a mi la haría pensar que es mi dejar que pareja. Que en realidad no me molestaría, con tan solo tenerla a salvo.  Leo el contrato unas cinco veces, sé que hay algo que no está bien.  Pasa una hora y Katerina toca a la puerta.

-Señor, la señorita Soria está aquí, de sea hablar con usted.  

Está aquí.  Me siento ¿emocionado?, no sé que hacer y tengo que actuar de manera profesional, pero sobre todo, tengo que decirle sobre el contrato del señor Salas.  Le indico a Katerina que la deje pasar, cierra la puerta y en unos segundos vuelven a tocar.  

-Adelante.

Abre la puerta y la cierra detrás de ella.  Santo Dios, se ve tan linda, su falda negra está ligeramente arriba y me permite ver el inicio de su liguero.  Su rostro refleja cansancio y tiene ojeras, se ve tan bien.  Vamos, tengo que centrarme en su fundación, en el contrato.  No ha venido a nada más, sólo hablaremos de negocios.  ¿Cierto?  

-Hasta que decida aparecer señorita Soria.

Oh, Por Dios! (I)Where stories live. Discover now