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Encima de la cama con sábanas blancas, se encontraba Jimin. Recostado y abrazando fuertemente un conejo de felpa. Regalo de Jungkook. Lo hacía fuertemente como si su vida dependiera de ello, su semblante estaba decaído pero no había rastro de alguna lágrima en su rostro. Solo mostraba serenidad, aunque su mente estuviera divagando en tantos recuerdos y su corazón fuera estrujado, sin saber que hacer para no sentir dolor.

—Jimin! —alguien lo llamó con un sonoro grito. Temiendo que fueran a él por explicaciones.

Tomó asiento en la orilla de su cama e inhaló profundo, intentando sonreír. Nuevamente escuchó su nombre salir de una voz masculina, observando detenidamente en dirección a la puerta.

El pelinegro tomaba de la nevera jugo de naranja, sirviendo un poco en un vaso. Se sentó en el sofá de cuero de la sala, esperando ansioso por la llegada de su primo, le había dejado una sensación extraña al escucharlo cunado le contó acerca de su trabajo y mucho más, cuando le pidió verse para hablar de algo serio.

Poco después alguien tocó el timbre, Jungkook se levantó de su asiento para ir a abrir la puerta, encontrándose con Yoongi. Tenía la cara sería, más de lo normal, con un tono rojizo.

—Habla Jungkook, cómo es que trabajarás en la empresa Park? —eso sonó más a una orden, haciendo que el pelinegro elevará su ceja incrédulo.

—Pues si —volvió a su asiento y su primo quedó de pie, frente a él—. Tus tíos me ofrecieron el lugar y yo acepte... Pero lo hice por alguien —intentó aclarar, siendo interrumpido por el azabache.

—Por alguien? Y quién es? —formó una mueca—. Porque por Jimin no creo. Él nunca te hubiera pedido algo así.

—No me lo pidió, simplemente yo quise hacerlo.

—Pero qué te pasa Jeon —se acercó a él —. Te das cuenta de lo qué acabas de hacer?. Jimin le habrá incomodado eso, si es que no le dolió.

Lo último lo dijo en susurro, perdiendo su vista en la nada. Jungkook lo miró extrañado y no le pareció una buena señal aquello.

—De qué habla Yoongi? A qué te refieres con que le dolió a Jimin? —lo miró esperando una respuesta clara.

Suga solo respiró profundo para contarle. Necesitaba hacerlo para aclarar las cosas y así ayudar a su primo pelirubio.

—Yo... No sé si decírtelo.

—Solo házlo. A eso venías —dijo el pelinegro, esperando una explicación.

—Bien, lo haré porque ahora no sé si las cosas mejorarán —tomó asiento en el sillón—. En primer lugar, por qué aceptaste trabajar como modelo con los padres de Jimin? Acaso no te dijo algo, reclamo o no sé, una queja...

—Nada de eso, de hecho, él dijo que me apoyaría.

—Mira Jungkook, la razón por la que me desagrada esto es esa misma. A Jimin... A Jimin le prohibieron modelar y tú eres él primero en ir y llevarlo descaradamente contigo.

—Pero, él me dijo que no le gustaba —murmuró incrédulo—. Que sus papás le habían ofrecido eso pero los rechazó.

—No, no fue así —intentó calmarse para seguir hablando, no podía dejar que los recuerdos lo irritaran—. Jimin siempre quiso ser un modelo, era uno de sus gustos, además de la danza. Intentó participar en las campañas de su familia, pero sus padres le negaron la entrada. Supongo que mi a primo lo inspiraba el trabajo de los Park, Moonlight era para él, el mayor logro de sus papás. Por eso quiso ser parte del patrimonio familiar y decidió hablar con ellos para ir a una sesión de fotos.

MI LINDO AMIGO KookminWhere stories live. Discover now