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A la mañana siguiente, Jungkook se encargó de consentir mucho a Jimin, quería que estuviera tranquilo para evitarle los malos pensamientos, pues esa misma tarde, irían con la psicóloga que recomendó Yoongi.
Se encargó de prepararle un desayuno decente, práctico mucho en poco tiempo para lograrlo, Jimin le agradeció ese hermoso detalle y sonrió ante la mirada y gestos ansiosos por darle su opinión.

—Sabe... —murmuró, probando la sopa que hizo el pelinegro.

—Bien...? —formó una mueca triste, mirando a su novio sentado en la cama, probando de la sopa—. No tienes necesidad de mentir, sé que me falta mucho por aprender y...

—Rico —interrumpió a su novio, con una sonrisa.

—Si! Sabe mal —desacomodó su cabello, frustrado—, en verdad lo siento, no quería...

—Kook —comenzó a reír—, nunca dije que supiera mal. Al contrario, sabe muy bien.

—Pe-pero... Cómo? —habló extrañado, viendo a su novio sonreír—, seguro que no te he envenenado?.

—Y cómo sería eso posible?. Acaso... Le pusiste algo malo...?

—Qué?... No!. Por supuesto que no —negó rápidamente, y eso le divirtió mucho a Jimin.

—Ven aquí, Kook —el pelinegro tomó la mano. Y se sentó a un lado del rubio—. Gracias, sabe muy bien —besó los labios del contrario—, delicioso.

Ambos sonrieron y volvieron a besarse, Jungkook pudo tomar la cuchara para darle de comer a Jimin, quien no se negó a los mimos de su novio.

—Debería prepararte más seguido la comida, digo, si me vas a recompensar con un beso...

—Con uno y los que quieras —volvió a besarlo—. Aprendes rápido, Jungkook, te felicito.

—No lo hubiera podido hacer sin tu ayuda —sonrió y su mirada brillo, al ver cómo Jimin cerraba sus ojitos al sonreír.

—Eres muy bueno en varias cosas. En algunas, que son muy pocas, solo necesitas práctica para hacerlas perfectas —hablabá bebiendo de su jugo y lamiendo sus labios inconcientemente. Jungkook no resistió más y plantó un beso deseoso al rubio, quien se impresionó por eso, pero aún así, le siguió el ritmo.

—Te amo, nunca lo olvides —besó ambas mejillas—. No se lo que haría sin ti.

—Oh, Kookie... —quedó enternecido por sus palabras—. Yo también te amo, mucho. Demasiado.

Se regalaron una última sonrisa antes de dar inicio a una sesión de besos, olvidando la comida y dejándola a un lado. Las caricias calmaban a ambos, para así, estar listos hasta las dos. Que es la hora, en la que se encontrarían con Yoongi en el centro de la ciudad.

No tardaron mucho en llegar, Taehyung ya estaba presente junto al azabache, los cuatro chicos se saludaron y subieron al auto de Suga, pues Jimin prefirió que fueran todos juntos. El lugar era un poco alejado, al otro lado de la ciudad, pero según Yoongi, valdría la pena. Pues la doctora era muy reconocida al tratar a sus pacientes. Se adentraron al consultorio, pero tanto Yoongi, Taehyung y Jungkook, tuvieron que esperar a Jimin en la sala de espera, pues eso era algo que solo al rubio le concierne.

—Hola, Jimin. Toma asiento.

—Gracias —hizó una pequeña reverencia, tomando asiento en el sofá del lugar.

—Soy la doctora, Ho Sun, pero dime, Soni. Me alegra tanto que te hayas decidió a venir, tu primo me había contado sobre y ti, y su preocupación.

—La verdad me costó decidir, pero todo sea por mis amigos.

—Y, solo por ellos es que haces esto? —interrogó atenta.

MI LINDO AMIGO KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora