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Sin nada más que sus caricias, todo su alrededor quedó en el olvido. La habitación se había convertido en un lugar, cálido. No era la lujuria quien dominaba el ambiente, era el amor que ambos chicos se tenían. Esa fue la única razón por la que se entregaron, uno al otro.

El pelinegro solo se concentraba en hacerle sentir a su novio que era él ser más bello del mundo. Entre los besos suaves y húmedos que le brindaba en el cuello, el abdomen y bajando hasta sus piernas, susurraba un "te amo", también un "hermoso".

Jimin disfrutaba de cada toque que Jungkook le brindaba, cada caricia, y mucho más, de las bellas palabras que lo hacían enamorase aún más de el pelinegro. Lo hacía olvidarse de sus preocupaciones. Jeon le daba toques cuidadosos, para no hacerlo sentir incómodo.

—Te amo tanto.

—Yo aún más —susurró en el oído de su novio, mientras besaba el lóbulo de su oreja.

—Listo? —preguntó el pelinegro, a lo cual el rubio asintió.

Ambos sonrieron y Jungkook se deslizó a través de Jimin, para entrar en él. Los gemidos de placer no tardaron en llegar, ya que el pelinegro había preparado al rubio y así evitar alguna incomodidad.

—Ju-jungkook... Ah!...

—Shh mi amor —el pelinegro calló a su novio, dándole besos y continuando con sus movimientos.

La pareja disfrutaba de su momento de intimidad, perdiéndose en sus toques y las emociones que éstas causaban.

Cada instante en el que Jimin y Jungkook se encontraban juntos, era magnífico para ambos. Los dos eran el uno para el otro, su personalidad podría llegar a cambiar cuando estaban a solas, ya que no podían ocultar su amor.
La noche que habían pasado juntos fue tan cálida, ambos apagaron sus teléfonos para no ser molestados y evitar las posibles discusiones con los señores Park. Jungkook fue el primero en despertar con su novio abrazado a él, tenía el brazo por encima de su abdomen y el pelinegro lo atraía hacia su cuerpo, sujetandolo por debajo de la espalda.

Sonrió ante la bella imagen del chico, con los ojos cerrados y sus labios semiabiertos, hinchados y rojizos. Plantó un pequeño beso en la frente de Jimin y salió de la cama con cuidado para no interrumpir sus sueños.
Recogió su camisa y se la colocó, después, se dirigió a la cocina para preparar el desayuno, hizo su mejor intento, pero nada le salía como imaginó. Incluso se la paso viendo en YouTube como cocinar, pero se le fueron dos horas en eso. Al final solo puso pan tostado con mermelada y jugo de naranja en la bandeja.
"Créeme Jimin que lo intenté, pero... Tendré que ordenar comida", buscó su celular y lo prendió para llamar a un restaurante de comida rápida.

Se percató que habían muchas llamadas perdidas. Eran de sus amigos, sus padres y de quienes se lo esperaba; los padres de su novio. Ignoró eso y continuó con su propósito, ya les marcaría después para saber que querían. Pero no dejaría que mataran su momento con Jimin e invadieran su privacidad.
Ya con la orden en camino, fue a su habitación llevándole al chico eye smile su desayuno. Entro y dejo la charola en su escritorio que tenía ahí, al voltear hacía Jimin, éste ya se encontraba despierto. Bostezo aún acostado, boca abajo, y le sonrió al pelinegro.

—Buenos días Kook.

—Buenos días Mochi, hora de levantarse —besó sus labios sonriéndole.

—No quiero —se quejó con un puchero y a Jeon se le hizo imposible no volver a besar esos labios dulces.

—Tienes que desayunar —se alejo para ir por la comida.

—Es que... No puedo levantarme —el pelinegro frunció su ceño y miró a su novio, quién formó un puchero aún más adorable que el anterior. Con esa expresión se imaginó el por qué, y sonrió maliciosamente.

MI LINDO AMIGO KookminWhere stories live. Discover now