*08*

260 32 2
                                    

Ya era la hora de la cena, Jimin fue al departamento de Tae, ya que este lo invitó.

—Entonces eso te dijo?.

—Si. Que le convenía trabajar conmigo para vigilar me.

—Y eso por qué?.

—Dice que así verá si trato de rebasarlo.

—Si que está loco.

—Lo sé. No sé cómo voy a soportar estar con él.

—Ni modos. Pero aún así nosotros lo vígilaremos, por si se quiere pasar de listo contigo.

—Gracias Tae, aunque ya te dije que me puedo defender.

—Si claro —dijo sarcástico—. Por cierto, invite a Jin para ver una película.

—Que bien! Así me distraigo.

Después de unos minutos, tocaron el timbre. Al abrir la puerta se ve una cabellera pelirroja tono bajo, perteneciente a un chico alto.

—Hola chicos, perdón por la tardanza.

—Pasa Jin. Ya llegó Mochi.

—Hola Jimin, qué bueno verte.

—Hola Jin.

—Es verdad que trabajaras junto a Jungkook?.

—Lamentablemente... Si.

—Mi más sentido pésame —el rubio río ante lo dicho mientras se acomodaban en el sofá.

—Y cuando empiezan?.

—Quedamos que mañana.

—Excelente! Entonces hoy podemos ir a una fiesta. Puedes disfrutar hoy porque mañana comienza tu martirio.

—Am no lo sé. No me gusta ir a fiestas.

—Vamos Jimin, será divertido —animó Taehyung.

Tardaron un poco en convencer a su amigo. Y en cuanto lo hicieron se cambiaron rápidamente Tae y Jimin, ya que éste acostumbraba a tener algunas cosas suyas en la casa del peliazul.
Al terminar subieron a la camioneta de Jin y se dirigieron a un antro.

Al llegar, todos miraban a los tres chicos. Jimin era el que más miradas atraía. Su atuendo era algo sencillo, pero sexi, con la camisa negra entreabierta en el pecho. Era muy atractivo, a simple vista se notaba.

Ya en la barra, cada uno pidió una bebida, la de Jimin por supuesto fue sin alcohol. No acostumbraba beber ya que se ponía muy mal. Además, él decidió que conduciría de regreso.
Tras unos tragos se adentraron a la pista de baile, era una gran debilidad de los tres. Aunque Jin no era tan bueno, se veía increíble con sus pasos originales. Con eso atrajeron a muchas chicas que deseaban bailar con ellos. Jimin no las alejó, no quiso ser grosero, pero poco después regresó a su lugar.

—Wow que coincidencia —escucho decir a alguien—. No creí que te vería aquí Park.

—O Jungkook. Ni siquiera yo lo pensé.

El pelinegro lo vio con una sonrisa coqueta, mientras que el rubio solo rodó los ojos. A Jeon no se le hizo difícil reconocerlo. Era el que más llamaba la atención. Y cómo no. Si el chico era un modelo auténtico, pensó.

—Y bien... que se te ofrece?.

—Al paracer te gusta llamar la atención, así que vine a ver qué planeas.

—Es en serio? Sigues con eso?.

—Pues tú no me demuestras lo contrario.

—Ya te dije que no haré algo en contra de ti.

MI LINDO AMIGO KookminWhere stories live. Discover now