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Los rayos del sol entraban por la ventana de aquella blanca habitación, inundando con una luz cálida todo el lugar. Jimin abrió los ojos poco a poco, acostumbrándose a la claridad, se incorporó sentándose en la cama, frotándose el rostro y masajeando su cabeza. El dolor que aparecía cada vez que tomaba hizo su intromisión, haciéndolo quejar y arrepentirse de lo ocurrido.

Al poco rato de haber despertado, alguien golpeó la puerta y ésta fue abierta, dejando ver a un chico pelinegro con una bandeja de comida recién hecha.

—Oh Jimin —sonrió—, creí que seguías durmiendo.

Jungkook dejó la bandeja plateada en la mesita de noche y tomó asiento junto al rubio, sonriéndole cariñosamente. Jimin solo lo miro confundido y se atrevió a preguntar.

—Jungkook... A noche yoo.

A el pelinegro se le formó una sonrisa nerviosa. —Pues... Am.

—Dime que no hice una tontería?! —se exaltó rápido haciendo que Jeon lo viera confundido.

—Tú... No recuerdas... Qué paso a noche?.

Jimin hizo un gesto confunso, tratando de recordar lo sucedido, llevándose una mano a la boca por la impresión.

—Ay no! No me digas que... —el pelinegro lo miró expectante—. Golpeé a alguien!.

—Eh bueno... Si —Jimin comenzó a negar con la cabeza avergonzado—. Oye pero... Solo recuerdas eso?.

—Pues si, se me vino a la mente las imágenes de un tipo en el suelo —abrío los ojos mucho más—, mientras yo lo pateaba.

Y con esa repuesta el pelinegro se le deformó la expresión en una triste y apagada.

—Lo... Lo siento Jungkook, no quise que vieras eso —se cubrió la cara con las mantas.

—Eh no no te preocupes —trago duro—, el tipo... El tipo se lo merecía.

—Pero no debí hacer eso —murmuró.

—Ya pasó tranquilo —intentó cambiar su tono para hacer sentir mejor al rubio, aunque por dentro estuviera a punto de llorar.

—Agh! No debí beber, me siento terrible.

—No Jimin, solo... Solo olvídalo —carraspeo—. Mejor come, te hice el desayuno.

Jungkook le tendió la bandeja y Jimin salió de su escondite, tomando del vaso con jugo y dándole una sonrisa tímida al pelinegro. Eso hizo doler más el corazón de Jeon, no creyó que su amigo olvidará todo lo que pasó, lo que le dijo y lo que hicieron.
Pero sinceramente eso era lo más probable, ya que él rubio había olvidado anteriormente el beso en la playa, así que a Jungkook no le quedó de otra más que callar y tratar de ayudar a su amigo a recordar.

—Buenos días Jimin —saludó Yoongi entrando al cuarto.

—Oh Suga, buenos días.

—Veo que ya desayunas —miró al pelinegro al saber que él lo había hecho—, eso está bien, Tae ya viene en camino con tu ropa.

—Gracias Yoongi, pero... Mis padres saben que estoy aquí?.

—Si no te preocupes, les avise que te quedaste conmigo.

—Esta bien, entonces hablo con ellos después.

—Si —afirmó dirigiéndose a su otro primo—. Y tú Jungkook, ya está lista tu ropa. Es la misma que dejaste la vez pasada.

—Am si, ahora voy —el azabache pudo notar la expresión decaída de su primo, era todo lo contrario a lo que vio al despertar.

—Pues date prisa, los dos —señalo a ambos chicos—. Tenemos que ir a la escuela.

MI LINDO AMIGO KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora