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Pasados los días, Jimin ya había comenzado a dar clases de danza en la academia donde iba. Aceptó gustoso y fue así como su nueva vida había dado inicio, la cosas con Jungkook se podrían decir que seguían igual, aunque éste sentía algo extraño en su novio. No sabía que era, pero algo cambio desde el día en el que Jimin regresó después de él, fue ese día en el que no fue a sus clases de baile y ese mismo, en el cual le dijo acerca de su trabajo.

Jimin llegaba a quedarse con la vista a la nada, asustando lo cuando llamaba por su atención. Solía olvidar lo que hacía y algunas veces, no lograba conciliar el sueño. Jungkook quería ayudarlo, pero cada vez que le preguntaba si algo le pasaba, el rubio negaba sus insinuaciones. Pero Jeon sabía perfectamente que había algo, y lo descubrió, cuando en la fiesta de año nuevo que organizo en su departamento, escuchó a su primo Yoongi decirle algo sobre un cita. Él dudó que fuera de trabajo, pues Jimin ya tenía uno, por eso ya decidido, confrontó a Jimin al día siguiente.
Pero siguió sin tener respuesta, solo se limito a qué era estrés, el cual se le pasaría cuando arreglará las cosas con su familia.

—Jimin, que quieres cenar? —preguntó desde la sala, con el teléfono en la mano—. Podemos pedir sushi, o comida China, tú decides?.

—Mejor nosotros cocinamos —gritó estando en la cocina. Jeon solo trago duro, pues aún no aprendía exactamente a cocinar.

—Y si... Salimos, será mejor.

—No. Mejor hagamos algo de pasta.

Jungkook se resignó a volver a intentarlo, se levantó y fue a dónde su novio, lo miró buscando algo en la gaveta y le ayudo a bajar los ingredientes que necesitaría.

—Pondre a hervir esto, puedes ir por la salsa? —le indicó con la mirada el refrigerador.

—Ok. Ah, por cierto, Mochi; Yoongi llamó, quiere que vayas a su casa.

—Te dijo para qué?.

—No, solo mencionó algo de una cita —habló extrañado, pero al mismo tiempo, con ganas de sacarle la verdad.

—Oh... —murmuró a lo bajo.

Y nuevamente, su mirada se mantuvo en un punto fijo de la pared, olvidándose de mover la cuchara en la olla de pasta. —Si, lo haré.

Dijo sin prestar tanta atención, ni siquiera supo porque tomó la olla para sacarla sin tener lo guantes puestos, quemándose en el acto y haciéndolo sacar un quejido.  A pesar de que Jungkook intentó detenerlo, fue tarde. Jimin tenía las palmas rojas por la quemadura, haciendo jadear por el tacto de su novio.

—Mochi... Vamos, pondré ungüento para evitar la inflamación —preocupado, el pelinegro guío al más bajo hasta la sala. Hizo que tomara asiento en el sofá y corrió al baño por su botiquín.

El rubio, a pesar del ardor, decidió no prestarle atención, se olvidó de la presencia de su novio y su mente vago a sus recuerdos.

—Listo, Jimin-ssi —besó las manos del más bajo—. Y ahora, dime por qué te quedaste pensativo.

—Y-yo? —el contrario lo miró con una ceja elevada, tomó asiento a un lado suyo y plantando su mirada a él, esperando por la respuesta—. Ok, Kookie. Te diré lo que Suga a estado insistiendo me en hacer.... Solo que... No quiero que te alejes de mi, no lo soportaría.

—Jamas lo haría, Mochi —acarició la mejilla del chico eye smile, quien tenía el semblante decaído—. Puedes confiar en mí. Yo siempre te apoyaré, lo único que quiero, es ayudarte. Ofrecerte mi apoyo.

—Lo sé Jungkook, solo que... El miedo me invade, pero la presión también, al igual que desesperación por ocultar esto.

—Dime Mochi, que te ocurre? —mostró su comprensión, para hacer sentir seguro a su novio.

MI LINDO AMIGO KookminOnde histórias criam vida. Descubra agora