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El chico pelinegro llegó a la habitación de su hermano corriendo, al entrar notó a un pequeño niño recostado en su cuna, llorando y moviendo sé entre su cobija. Se acercó a él y lo levantó con cuidado, tomándolo entre los costados con sus manos. Tenía puesto una pijama roja que le resaltaba las mejillas abultadas, su cabello castaño oscuro y sus ojos, que aunque fueran rasgados, eran redondos y brillantes, al igual que su hermano mayor, Jungkook.

Lo llevó hasta el pequeño sofá de la recámara, como si fuera algo peligroso, lo tenía alejado con los brazos estirados. Lo sentó entre los cojines y el niño lo miraba, volviendo a llorar nuevamente. Jungkook froto su nuca sin saber cómo calmarlo, intentando darle muñecos y peluches, que el pequeño se negaba a aceptar.
Poco después apareció Jimin, con el biberón de JungHo. Había ido a la cocina para calentar la leche, mientras el pelinegro subía a calmar a su hermano.

-Aquí está Jungkook.

-Sí claro -el pelinegro lo tomó y se lo ofreció a su hermano.

-Creo que algo le molesta -habló el rubio, notando como el niño alejaba su comida con las manos.

-Tú crees? -Jungkook se puso de pié-. Tendré que hablarle a mi madre para que me diga que hacer.

-Pero los puedes interrumpir, mejor descubramos lo por nosotros mismos.

-Pero no sé cómo, jamás lo había cuidado -replico el pelinegro, sabiendo que era verdad, ya que se fue de su casa antes de que su hermano naciera.

-Pues no hace falta ser un genio para saberlo -el rubio le sonrió a su amigo-, levanta lo.

-Ok ok -Jungkook lo volvió a tomar por sus costados.

-Pero por qué haces eso?! -replicó Jimin al ver como lo tomaba-. Ni que fuera radiactivo.

-A no? -levantó una ceja-, para mí es un muy peligroso.

-Haber dame -el rubio se lo quito, abrazándolo suavemente-. Supongo que si no tiene hambre entonces....

-Qué? -se encogió de hombros, haciendo que el rubio suspire resignado por él.

-Entonces, es porque necesita un cambio de.... Pañales.

-A no! Yo no pienso hacerlo -reprocho.

-Ay! Jungkook, es tu hermano -vio al pequeño sonriéndole-, es algo normal.

-Pero yo no.... -dirigió su vista a su hermano, quien se encontraba sollozando.

-Vamos Kook, no puedo creer que jamás lo hayas hecho -Jimin recostó al pequeño de nuevo-. Em... Dónde dejara tu mamá los pañales -habló analizando la habitación.

-No lo sé... En el armario.

-Ok, buscaré, encárgate de tu hermano.

El rubio se acercó a la otra puerta de la habitación para buscar lo que necesitaba, dejando al pelinegro suspirando pesadamente. Se inclino de nuevo a su hermano para comenzar a quitarle sus pequeños pantalones.

-No puedo creer que haré esto. Por qué no esperaste a mamá JungHo? -reclamó a su hermano que lo miraba con un puchero.

Intento quitarle el pañal con una mano, ya que con la otra tapaba su naríz, cerrando los ojos y volteando a otro lado. Mientras el seguía con eso, el rubio regreso de nuevo con las manos ocupadas por pañales, toallitas y talco, llevándose una gran sorpresa.

-Oye Kook!!! Qué crees que haces? -preguntó el rubio llevando su mirada hasta las manos del pelinegro.

-Bue... Bueno, yo pensé que... -se sintió atrapado pero a la vez frustrado.

MI LINDO AMIGO KookminUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum