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La brisa continuaba siendo ligera, el aire movía el cabello de los chicos, dando como resultado, la noche perfecta para un beso.
Si a Jungkook le hubieran dicho en el pasado que se besaría con un chico, jamás se los hubiera creído. Incluso, habría golpeado a quien le dijera semejante tontería. Pero en ese momento, en el que estaba probando los labios de Jimin, ya nada era imposible. Su movimiento continuaba, succionando suavemente los labios del rubio, ya llevaban más de dos minutos con eso, y Jeon aún no se cansaba, aunque Jimin seguía con los ojos cerrados y sin mover la boca, dejaba que el pelinegro hiciera lo que quería.

Antes a Jungkook, le habían parecido muy apetecibles los labios rojos del chico, queriendo probarlos, pero ahora que cayó en la tentación, deseaba jamás separarse de él. Los había reclamado como suyos, sintiendo que flotaba con aquel tacto y que en cualquier momento podría desmayarse.
Sin embargo, por la falta de aire, se separó del chico suavemente, abriendo los ojos para encontrarse con los de éste, apretados sin querer abrirlos. Se dió cuenta que en ningún momento, hizo ademán de alejarse, pero tampoco le correspondío.

Los labios de ambos lucían hinchados y tomaron un rojo intenso, pero era en Jimin en donde se notaba mucho más. Ya que fueron quienes tuvieron una mayor succión por parte de Jungkook.
Al abrir los ojos lentamente, a Jimin se le pusieron las mejillas demasiado coloradas, su respiración se había agitado. Jungkook sonrió, aún no se daba cuenta que cometió un error, al besarse con su amigo.

—Eres tan lindo Jimin —sonrió tocando las mejillas de éste—. Te quiero más que para un amigo, más que mi lindo amigo yo...

—Ju... Jungkook —el rubio intento articular una palabra, pero se le dificultaba por la impresión—. Yo... Yoo...

Quiso decir más pero algo le imbadio la garganta, abrió los ojos e infló las mejillas.
Unas sensaciones en el estómago lo invadieron, avisando que era hora de sacar todo lo que había consumido. Sin previo aviso, intento retener lo que expulsaría con las manos, pero fue inútil. Vómito al frente suyo, cerca del pelinegro, manchando su camisa un poco.

A Jungkook no le dió tiempo de esquivar y solo se quedó ahí, sucio por lo que Jimin hizo, aún así, pudo sostener la cabeza del rubio. Al parecer se había desmayado, lo tomó del abdomen y lo acomodó para que quedara entre sus brazos, ya no le importaba lo asqueroso que haya sido el ser manchado por vómito, le preocupaba más el estado de Jimin.

Lo cargo mientras se paraba de su lugar, puso un brazo en la espalda del chico y otro por debajo de sus piernas. Entre los efectos del alcohol y su impresión, lo sustuvo con fuerza. De algo tenían que servir todos esos días de ejercicio, no se quejo, el pequeño rubio era ligero. Logro llevarlo hasta la habitación, abrió con dificultad la puerta, encontrándose con sus amigos ya en el cuarto.

Las miradas se posaron en él, los chicos se acercaron rápidamente preguntando lo que les había pasado. El pelinegro se fue directo a la cama, recostó a Jimin en ella y lo cubrió con una manta, primero iría a cambiarse, después se encargaría de hacerlo con Jimin. Ya que el olor de su camisa lo estaba molestando.

—Pero por qué le pasó esto a Jimin?!.

—Tranquilo Tae. Debió ser el efecto del alcohol.

—O en serio Hoseok! —se alteró, ya que nunca había visto a su amigo así.

—Ya calmen se —ordenó el pelinegro—, bebió demasiado y termino vomitando, solo necesita descansar.

—Es cierto, Jimin nunca a sido bueno bebiendo —mencionó Yoongi acercándose a su primo.

—Si, ahora me voy a cambiar —Jungkook miró al rubio durmiendo y con un suspiro entro al baño.

En su cuerpo se presentaban demasiadas emociones, por un lado estaba feliz de que al fin pudo probar los dulces labios del chico eye smile, pero por otro lado, se sentía mal por pensar que a Jimin le causó repulsión aquel beso, haciéndolo vomitar.
Decidió dejar de pensar en esas cosas, se lavo la cara y tomo la pijama que había dejado ahí, se quitó la ropa sucia, poniéndola aún lado. Salió para poder hacer lo mismo con Jimin, llevándose una gran sorpresa.

MI LINDO AMIGO KookminWhere stories live. Discover now