*64*

136 17 2
                                    

La nieve aún cubría gran parte de la ciudad, era una temporada fría y las personas tenían que salir muy bien abrigadas. Fue por eso que Jungkook le puso más de un suéter a su novio, no quería que se enferme, y aunque Jimin se negaba a llevar toda esa ropa extra, el pelinegro no le dejo otra opción. Además, a Jungkook le parecía realmente tierno, parecía un pollito en medio de tantas pr nada, con las mejillas rojas y los labios abultados.

En el camino, besaba a su chico en cada semáforo en rojo. Estaba de más decir que le encantaba, el pelinegro estaba loco por Jimin.
Y ya con la plática que habían tenido con sus padres, no querían seguir escondiendo sus sentimientos. Habían pasado dos días desde que Jimin habló con sus papás, los señores Park aún lo buscaban, pero ninguno de sus amigos les dio la dirección de Jungkook. Inclusive, fueron a la casa de los Jeon, pero éstos negaron cualquier dato, ya que supieron notar la tensión que tenía su yerno, al hablar de sus padres. El pelinegro les explico después y ya sabiendo eso, decidieron no meterse con ello, pero si iban a evitar que se enteraran de la dirección de su hijo.

Aunque eso no podía durar, Jimin decidió hablar con sus papás para así, poder alejarse definitivamente. Es por eso que los dos chicos se dirigieron a la empresa de los Park, el rubio diría todo lo que siente y les informaría de sus decisiones.

—Llegamos —Jungkook detuvo el auto, enfrente de la compañía Moonlight—. Estás seguro de querer hacer esto?.

—Si Kook. Es hora de hablar sin miedo.

—Peeo déjame acompañarte —se acercó al rubio, para acariciar su mejilla.

—No, esto lo tengo que hacer solo —murmuró y le sonrió a su novio—. Estaré bien. Pero primero, llamare a mi casa, bueno, la que dejara de ser mi casa. Pediré que te dejen sacar mis cosas, por si mis padre se reusan.

—Jimin, no quiero dejarte solo —su novio negó y le dio un casto beso—. Y confías en que no dirán nada?.

—Claro, después de todo, el señor Lee no me delató cuando me vio contigo. Así que no le avisara a mis papás, nadie lo hará. Tú vé y regresas por mí, yo mientras los distraigo.

El pelinegro iba a cuestionar de nuevo, pero la mirada tranquila de su novio le transmitía confianza, por eso acepto hacer lo que pedía.

—Hola, señor Lee —comenzó con la llamada al chófer de sus padres—. Si lo sé, ahora voy a hablar con ellos —Jeon oía, la conversación de su novio—. Por favor, mi novio irá a recojer mis cosas, déjelo pasar y entregué le todo... Si me mudare, así que hágame ese favor —suspiró—. Lo tendré en cuenta, gracias. Si claro, los veré cuando las cosas se calmen. Salúdeme a todos.... Ah y espero no meterlos en problemas... Muchas gracias, hasta luego.

—Y bien?.

—Te dejarán pasar. Ve Kook, por favor.

—No tienes que pedirme lo. Yo hago esto con gusto. Al fin estaremos juntos.

—Si Kookie, al fin —ambos se besaron y sonrieron, para así, ir a su destino.

Jimin bajo del auto, acomodando su abrigo que Jungkook le dió en Navidad, respiro profundo para ingresar al edificio. El pelinegro lo vio partir, entonces el también hizo lo mismo. Manejó hasta la mansión Park, donde el señor Lee lo recibió. Todos los empleados esperaban adentro, y al parecer, nadie diría nada a sus jefes.

Subió a la habitación del rubio, donde ya se hallaban, cajas y maletas. Eran pocas, así que cabrían en su Mercedes. Si, el regalo que se dio así mismo en Navidad. Miró sonriente el conejo que le dio a Jimin, el cual estaba encima de la cama, lo tomó con cuidado y pudo oler el dulce perfume de su novio.

MI LINDO AMIGO Kookminحيث تعيش القصص. اكتشف الآن