Princesa oscura

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Fred se acercó a nosotros. Estaba tan furioso que parecía que salía humo de sus orejas, sumado a que el color de su piel y cabello era idéntico.

Debía sentir miedo?
Probablemente

Lo sentía?
Para nada, estaba muy lejos de eso.

El pelirrojo estaba pagando por sus actos, el único que me daba pena porque estaba sufriendo las consecuencias de mis celos, era Tom.

Fred me agarró de un brazo y de un tirón me separó de la pobre víctima.

- Qué se supone que estás haciendo?- preguntó lleno de ira y efectivamente celos, podía verlo en su rostro.

Algunos comenzaron a mirarnos y susurrar cosas, lo que a decir verdad me irritaba bastante, no podía tener una discusión normal frente a alguien sin que ya esté murmurando cosas sobre mis orígenes o las formas en que podría golpearlo si quisiera.

- Vivir mi vida ignorando lo nuestro, como tú- le espeté sin dar vueltas y tratando de no pensar en las personas de nuestro alrededor.

- De qué estás...alto, no creerás...-.

No pudo terminar la frase porque alguien a mis espaldas gritó "cuidado, no te vaya a estampar contra la pared!", seguido de un "ya veo al innombrable brotar de su interior!".

Esa era la gota que había colmado el vaso, estaba harta de ser tratada así en cualquier lugar al que fuera, ser juzgada y menospreciada; así que lo que pasó y dije a continuación me salió del alma... ellos querían miedo, pues iba a dárselos.

- Saben qué?!, me cansaron, si tanto quieren sentir el miedo y la oscuridad, voy a darles a su princesa oscura-.

Dicho esto, mi pelo se tornó negro azabache, parecido al de mi madre; mis ojos pasaron a ser grises, como los de Sirius; y comencé a levitar mientras mi cabello flameaba con el viento, y el humo negro recorría mi cuerpo nuevamente, la única diferencia era que ahora podía controlarlo...

Luego de elevarme se me ocurrió que si agregaba rayos plateados a la nube y mi ser, tal vez infundiría más miedo en los presentes, y así fue, todos estaban horrorizados con lo que sus ojos veían.

Todo eso se sentía bastante bien, era como tener el poder y control sobre todo. Estaba convirtiéndome en lo que todos creían que ya era

Habría seguido un buen rato más de no ser porque una mano tomó la mía y me hizo descender y "apagarme". Era Fred, quien no me soltó y me llevó de vuelta al castillo pasando entre la muchedumbre, que se hizo a un lado para dejarme pasar sin salir de su asombro y terror.

Al llegar al castillo subimos con cuidado a la torre Gryffindor, y de ahí pasamos directamente al cuarto de Fred sin decir una palabra.

Todavía seguía sorprendida sobre lo que acababa de hacer, no me la creía, pero Fred seguía con su enojo, el acontecimiento no lo había afectado en nada, o al menos no me dejaba verlo.

Al entrar no perdió el tiempo y comenzó el cuestionamiento.

- Por qué hiciste eso?- preguntó pegandome a la pared más cercana.

- Qué de todo?- pregunté recordando todo lo que había pasado, pero los celos volvieron y se apoderaron de mi otra vez.

Fred me miró a los ojos y con esas hermosas bolillas color miel pudo descifrar lo que pasaba por mi mente.

- Estás celosa?-.

- Ah, eso- me limité a decir con expresión inmutable.

- Es solo una amiga- se excusó sin despegar la mirada.

Sin Límites - Fred Weasley y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora