No te merece

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Al aparecer en la Madriguera subí al cuarto de Ginny a guardar mis cosas para moverlas a la habitación de los gemelos.

En el camino Molly me interceptó y me dio una carta para que se la entregara a George.

- Me extrañaron?- pregunté al entrar. Ambos estaba acostados en sus respectivas camas.

- Fueron los veinte minutos más tranquilos y placenteros de toda mi vida- respondió George.

- Tal vez esto cambie tu opinión- dije mostrándole la carta- es para ti- agregué pasandosela y me senté en mi cama.

- Es de Olivia- dijo- no he tenido noticias de ella en todo lo que lleva del verano-.

- Pues abrela- comentó Fred, y su gemelo la abrió nervioso con una sonrisa, pero su expresión cambió notablemente al leerla. Fred y yo nos miramos confundidos.

- Qué pasa hermano?- inquirió.

- Terminó conmigo- dijo George- me ha estado engañando desde el último día de clase con nadie más y nadie menos que Marcus Flint-.

- Qué?!- exclamó Fred- y terminó contigo por una carta!?-.

Lo patié para que se calmara, pues no estaba ayudando, entendió la indirecta, por lo que bajó un poco los humos y se calmó. Me senté junto a mi mejor amigo y lo abracé.

- Flint no te llega ni a los talones- dije cuando nos separamos- además ella se lo pierde, no te merece-.

- Es que no lo entiendo, ¿por qué cada vez que comienzo a salir con alguien me pasa esto?- preguntó enfadado.

- El problema no eres tú- dijo Fred.

- Son ellas las que no saben valorarte- completé tomando su mano.

- Tienen suerte, saben? Ni en la película de amor más empalagosa y apasionada hay una relación como la de ustedes-.

- Eso es porque tú nunca ves películas de amor- dije y rió. Miré a Fred, en verdad tenía suerte de tener a ese hermoso pelirrojo a mi lado.

- Tal vez no haya tenido las mejores relaciones amorosas, pero estoy seguro de que tengo a los mejores amigos que puedan existir- dijo George y los tres nos abrazamos.

- Desde cuando tan cursi?- preguntó Fred.

- Arruinas el momento- dije- los quiero chicos- y una silenciosa lágrima surcó mi mejilla.

- Ya sé lo que tenemos que hacer- dijo Fred cuando nos separamos- hay que salir, como cuando fuimos al boliche-.

- No me hagas acordar...- respondí pensando en la horripilante vergüenza que había pasado al ponerme en pedo de esa forma- pero es una buena idea, Hermione me habló sobre uno para magos que queda en el Callejón Diagion, además podemos usar la red flu-.

- No lo sé chicos, no estoy de humor- dijo George. Disimulaba muy bien su dolor con una sonrisa indiferente, pero lo conocía bien, podía ver a través de sus ojos que estaba muriendo por dentro.

- Vamos, hazlo por mí- dije haciendo puchero y mirándolo con ojitos suplicantes- si?

- Está bien- contestó revoleando los ojos- con una condición, solo si mañana cocinas brownie-.

- Trato hecho, en otro tema, creen que Molly nos deje salir?-.

- Difícil, aunque no perdemos nada con probar- respondió Fred- sino recurrimos al plan b, escapar-.

- Bien, quién pregunta?- dije.

- Tú- dijeron al unísono.

- Ni hablar, es su madre-.

Sin Límites - Fred Weasley y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora