Poder, libertad, tranquilidad

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Los gemelos y Lee salieron del gran comedor antes porque George había olvidado buscar su libro de encantamientos y Fred quería dejar en su alcoba el de defensa contra las artes oscuras, por lo que les dije que en un rato los alcanzaba.

-Eres metamorfomaga?- me preguntó la chica acercándose. Era rubia de ojos claros y soñadores, repletos de un brillo que inspiraba esperanza y ganas de seguir adelante.

- Si- respondí asintiendo- cómo te llamas?-.

- Luna, Luna Loveg...- comenzó, pero se vio interrumpida por un comentario de alguien sentado a mi derecha.

- Lunática Lovegood- la corrigió Alicia y muchos rieron, lo que me enojó bastante; a decir verdad acababa de conocer a la chica, pero nadie merece ser tratado así.

- Ya cállate Alicia- dije, y sus ojos se llenaron de mucha más maldad que cuando hizo el comentario, por lo que supe que no se iba a quedar callada.

- Tú vas a callarme a mi? Si eres tan rara como ella, debería haber una casa en Hogwarts destinada a personas como ustedes, podría llamarse weirdiney- muchos rieron, lo que me enojó más aún, no me importaba lo que pensara la gente, sino el hecho de que ella se creyera tan superior como para ir pisoteando personas a su antojo, así que contraataqué.

- Lo normal es aburrido, mejor rara y divertida a ser solo una copia más del resto- dicho esto, con un simple encantamiento logré derramar el zumo de naranja que se encontraba sobre la mesa en su camisa.

- Pero qué...- comenzó Alicia sin entender nada, luego me miró y antes de irse sentenció- esto no ha acabado- y salió por la puerta del gran comedor hacia la torre Gryffindor.

- Gracias- dijo Luna sonrojada- las personas no suelen defenderme, más me ven como un bicho raro- explicó.

- Entonces somos dos bichos raros- agregué, lo que le sacó una sonrisa- además nadie merece ser tratado así, no sé quien se cree para pensar que puede pisotear a las personas cuando quiera como quiera- dije con rabia, pero recordé que no habíamos terminado de presentarnos, así que no le di más vueltas al asunto y agregué- soy...- pero me interrumpió.

- _____ Jordan, lo sé- dijo con una sonrisa sincera.

- De hecho ese no es mi apellido, me llamo _____ Lestrange-.

Lo que dije me salió como un impulso... basta de ocultar mis orígenes, si Bellatrix y Voldemort eran mis padres no había por qué evitarlo.

- Oh- se limitó a decir e hizo una pausa para pensar- es por eso que todos te tienen miedo?-.

- Que todos me qué?- pregunté sorprendida.

- Miedo, te tienen miedo, pero creo firmemente que hay que dar a las personas por lo menos una oportunidad y nunca juzgarlos, menos por algo que no pueden controlar- explicó inocentemente.

Osea que ese era el problema... Katie me iba a escuchar, ahora que sabía la fuente de todo, no había chance que no la encare y le diga todo lo que pensaba, aún si eso terminaba con nuestra amistad.

- Muchas gracias Luna, quieres que quedemos para otro día? Tengo un par de cuestiones pendientes ahora que me abriste los ojos-.

- Oh, no lo sabías, daba por sentado que si... bueno, nos vemos, fue un gusto conocerte- se despidió y volvió a su mesa.

Me levanté rapidísimo y comencé a buscar a Katie por cada pasillo de ida a la sala común. Cuando al fin llegué, la pude ver en una esquina hablando con unas chicas de su curso.

- Katie- la llamé con voz fría.

- Qué querés?- preguntó esquivando la mirada.

- Hablar- sentencié.

Sin Límites - Fred Weasley y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora