Hasta pronto...

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- Mañana nos vamos- dije a Fred la última noche en Hogwarts. Nos encontrábamos en nuestro sillón; yo estaba sobre su regazo, teníamos una mano entrelazada cada uno, con la otra yo lo abrazaba por la nuca y él por mi cintura.

- El año se fue volando- comentó- qué fue lo que más te gustó?-.

- Tu- respondí sin dudarlo- a ti?-.

- La enseñanza que me dejó-.

- Qué enseñanza?-.

- Que te amo cada día más- dijo y nos besamos, pero no me aguanté y me largué a llorar.

- Ya, ya- dijo acariciando mi cabello.

- Es que... te voy a extrañar mucho, es demasiado tiempo- respondí sollozando.

- Quiero darte algo- me dijo agarrando una bolsa muy grande que se hallaba detrás del sillón, me la dio y la abrí. En su interior había un oso de peluche pelirrojo muy grande, como de un metro- es para que puedas abrazar a alguien cuando yo no esté- siguió.

- Yo... Fred... es hermoso, gracias- dije y le di un beso.

- Vamos a escribirnos y estar en contacto todo el tiempo- me consoló abrazandome- apenas vuelva, vamos a ir al Caldero chorreante-. Apollé mi cabeza en su pecho, podía sentir su aroma, eso me consolaba, pero me ponía melancólica, él no dejaba de acariciar mi cabello, y así, nos quedamos dormidos...

- _____, Fred- dijo una voz.

- Despierten- dijo alguien más. Abrí mis ojos, y me encontré con las figuras de George y Alicia. Estaba tapada con una campera de algodón de Fred azul.

- Al fin- dijo Alicia.

- Buen día bella durmiente- me saludó George.

Miré a Fred que acababa de abrir los ojos, y lo besé.

- Aww, que tiernos los tortolitos- dijo Ron al pasar frente a nosotros.

- Si no se apuran no quedará pai- comentó Ginny. Fred y yo nos miramos y salimos corriendo a la cocina, no sin antes ponerme su campera que seguía impregnada con su olor. Como era de esperar, él llegó primero.

- Ja, te gané- dijo cuando llegué a la mesa.

- Pero yo tengo el último pedazo de pai- dije mostrándole el pai.

Él se fijó en la bandeja, al ver que no quedaba nada, se cruzó de brazos, le saqué la lengua, y mordí un pedazo.

- No se vale- se limitó a decir.

- Karma- dije dándole otro mordisco, pero me apiadé de él y le di un pedazo. Fred lo miró raro, como si le hubiera puesto veneno, pero lo agarró.

- Sólo espera a a ver que el veneno surta efecto- le dije al oído.

- Que pasará cuando surta efecto?-.

- Tal vez te mueres, o tal vez te agarra una enfermedad muy rara, de la que sólo yo tengo la cura-.

- Está bien doctora, porqué no me examina- dijo.

- Si tu quieres- dije- todo bien por aquí- dije acariciando su cachete- pero, ou, que pena, por aquí no, voy a tener que darte el remedio- dije acariciandole su otro cachete. Luego lo besé y le dije- creo que te curaste-.

- Quiero más medicina- dijo antes de volvernos a besar.

Luego de desayunar, subimos a buscar nuestros baules. Hacía mucho calor afuera, pero el colegio siempre se encontraba en un clima agradable.

Salimos, y las carrozas nos llevaron a la estación. En ella nos encontrábamos Fred y yo de un lado, con George y Alicia del otro. Ambas parejas íbamos tomados de la mano, yo me hallaba apollada sobre el hombro de Fred. Nadie decía nada, lo que hacía aún más triste el ambiente.

- Esto es muy triste- dijo Fred intertumpiendo el silencio.

- Así es hermano, hay que alegrar el ambiente- comentó George. Alicia y yo nos miramos.

- Vamos chicas, veamos el vaso medio lleno- comenzó Fred.

- Pensemos en que estamos juntos y nos amamos- siguió George.

- Y eso es mas que suficiente para ser felices, porque con el sólo hecho de que estés en mi vida- continuó Fred mirándome a los ojos.

- Soy el chico más feliz del mundo- terminó George. No lo pensé dos veces, y besé a Fred como si no hubiera un mañana, fue el beso más apasionado que nos dimos, y eso era en verdad, decir mucho.

- Valla _____- dijo Fred sorprendido y un poco rojo- jamás me habías besado... así-.

- Todavía no me conoces Weasley - le dije en un susurro y nos abrazamos.

Llegamos a la estación y nos subimos al tren. Los cuatro nos sentamos en el mismo compartimento. Lo que los chicos dijeron en la carroza nos levantó el ánimo.

- Quieren algo del carrito?- preguntó la señora.

- Yo si- dije sacando mi dinero- 8 baras de regaliz, 4 ranas de chocolate, una bolsa de ananas confitados, 4 tortas de chocolate, y cuatro paletas- los chicos me miraron atónitos. La señora del carrito recibió el dinero y se fue.

- Qué?- pregunté- son las últimas horas juntos, hay que disfrutarlas, saquen lo que quieran de los dulces-.

- Eres la mejor- dijeron George y Alicia al mismo tiempo. Fred me miró y me abrazó.

- Si sólo soy una buena amiga-novia, por comprar golosinas, me parece que hay algo que no va bien- dije frunciendo el seño y todos reímos.

La pasamos muy bien en el viaje, entre risas, bromas y juegos ni nos acordamos de que era la última vez que nos veríamos en los próximos meses.

Al llegar a la plataforma, bajamos con nuestros baules y por fin me cayó la ficha de lo que estaba pasando: eran los últimos minutos con el amor de mi vida, quería llorar, pero me prometí que no lo haría.

Nos alejamos un poco del barullo, estaba lleno de personas llendo y viniendo con baules, lechuzas y demás, saludando o despidiendo.

Nos miramos a los ojos, pude contemplar esos hermosos ojos color miel que me observaban. No necesitamos palabras, sabíamos lo que el otro necesitaba y nos abrazamos, fue un abrazo cálido y cariñoso, (teniendo en cuenta que es mucho más alto), él me abrazaba por arriba y yo por debajo, quería quedarme así para siempre.

- Te amo- me dijo, y no me contuve más, las lágrimas comenzaron a caer, y él me abrazó más fuerte.

- Yo más- respondí. Luego de eso nos besamos, nos dimos la mano, y fuimos a saludar.

- Fred!- dijo y corrió a abrazarlo- _____!- dijo y también me abrazó.

- Cómo está señora Weasley?- pregunté tratando de hacer que mi voz sonará normal.

- Muy bien querida, es una pena que no puedas acompañarnos-.

Sentí una punzada de dolor en el pecho, no necesitaba que me recordaran que no iba a ver a mi novio por meses, pero sabía que Molly no lo hacía de mala, así que me limité a asentir. Abracé a todos los Weasley, y les deseé buen viaje.

Cuando me acerqué a George, me dijo - adiós cuñadita-.

- No sabes cuanto voy a extrañarte, cuñadito- le respondí abrazandolo.

Dejé a Fred para el final. Lo abracé y le di un beso, pretendía que fuera en la mejilla, pero en el último instante corrió su cara, y nos besamos en los labios.

- Upsi- murmuró.

- Cuídate- le susurré.

- Tu también - dijo - traeré un dragón en mi equipaje, si puedo contigo, puedo con todo- comentó y reí, Fred tenía la capacidad de convertir cualquier situación, ya sea triste, incómoda o violenta, en una graciosa.

- Nos vemos- le dije, y nos besamos por última vez antes de su partida...

Sin Límites - Fred Weasley y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora