Valió la pena...

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Todo el día traté de evitar a Fred, no podía verlo sin querer correr a besarlo, necesitaba sus besos, eran como droga para mi, más ahora que sabía la verdad.

Después de desayunar, subí a mi habitación, y me encontré con Alicia que estaba recién despertandose.

- Hola dormilona- la saludé.

- Mhm- fue su única respuesta, y volvió a cerrar los ojos.

- Bueno, entonces puedes irte George- dije tendiendole una pequeña trampa. Ella abrió los ojos como platos y se sentó en la cama.

- Voy a matarte- me dijo y me pegó un almohadonaso.

- Bueno, ya, cómo te fue anoche?-.

- Fue tan lindo, utilizamos un pasadizo para ir a Honeydukes, una vez allí, salimos en silencio, y fuimos a cenar a un lugar bastante elegante, parece que es de uno de sus primos lejanos, le debía un favor, así que cenamos gratis. Luego caminamos por Hogsmeade abrazados, podía sentir su hermoso aroma y... lo lamento estoy siendo muy descriptiva, cuestión que caminamos aproximadamente una hora, charlamos, nos besamos, y bueno, volvimos al castillo, no sin antes llevarnos una pequeña bolsa de caramelos- dijo sacando una bolsa enorme llena de caramelos, paletas, grageas, chocolates, fruta confiada, de todo.

- Puedes sacar lo que quieras- me dijo.

- Creo que estas cometiendo un grave error al decirme eso- le respondí - para mañana sola van a quedar los envoltorios-. Ella rió.

Pasamos toda la mañana charlando, riendo y comiendo los dulces.

- Comete este- le dije pasándole uno de los dulces que te hacen hacer el sonido de un animal. Alicia lo comió, y al instante comenzó a hacer como mono.

- Toma este- dijo dándome otro. Lo comí, y al instante comencé a rugir como león- fascinante-.

Hermione se nos unió al cabo de un rato. Entró para pedirme un libro, pero la invitamos (prácticamente obligamos) a quedarse con nosotras.

- Verdad o reto- me dijo Alicia.

- Reto- respondí.

- Debes ir y decirle a Lee que estas embarazada-.

Fuimos al cuarto de los chicos. Hermione parecía nerviosa, así que le di la mano.

- Chicos- llamé.

- Si?- preguntó George.

- Abran- dijo Alicia.

- Mmm... no- dijo George. Al instante Fred abrió la puerta.

- Si?- preguntó. Tenía puesta una remera azul, con unos shorts del mismo color, supongo que ese era su pijama, estaba despeinado, y simplemente hermoso.

- _____ busca a Lee- dijo Alicia al ver que yo no me inmutaba. Estaba en frente del amor de mi vida, de quien había sido separada demasiado tiempo.

- Claro, pasen- dijo. Entramos, era el cuartos más desordenado del mundo, aún más que el cuarto de los gemelos en la Madriguera.

- Lee, debo decirte algo- dije al entrar.

- Claro _____, qué pasa?- preguntó sentándose en su cama, estaban todos en ronda, parecía que habían estado charlando como nosotras.

- Yo... mira, no se como decirlo, pero...- trataba de actuar lo mejor posible- sólo pasó, estábamos medio pasados de copas... y los rumores son ciertos... estoy embarazada, es de Cedric y mío- terminé. Todos habían escuchado, abrieron sus ojos como platos y se quedaron en shock, nosotras tratábamos de esconder nuestras risas.

- Estás segura?- preguntó Lee pasmado.

- Si, el test dio positivo-. Grorge y Fred no salían del shock.

- Felicidades- dijeron Fred y George al unísono.

- Voy a matarlo- se limitó a decir Lee. Ya no podía más, así que estallé en risas, y las chicas me siguieron, mientras ellos nos miraban confundidos.

- Era una broma- dije entre risas.

- Debieron ver sus caras- comentó Alicia. Hermione simplemente no paraba de reír.

Al final los chicos se rieron con nosotras, y pasamos el tiempo que quedaba hasta el almuerzo con ellos.

Al fin se hicieron las 12, bajé a la sala común, y vi que George ya estaba esperándome.

- Lista?- preguntó.

- Lista- respondí, y nos dispusimos a caminar hacia las mazmorras.

- Viene Filch- dijo George, y ambos nos escondimos detrás de una puertita. Afortunadamente, dobló a la derecha en vez de a la izquierda como nosotros.

- Sigamos-.

No tuvimos más inconvenientes para llegar a las mazmorras. Snape no se encontraba allí, así que intentamos entrar, pero la puerta estaba con llave.

- Alohomora- pronuncié sin mi varita, y la puerta se abrió.

- Busquemos- dijo George, y nos pusimos en tarea - algo por ahí?- preguntó en un susurro.

- Nada, y por ahí?-.

- Negativo-.

Seguimos buscando, George se fijaba en el mapa de vez en cuando. Habían toda clase de pociones, algunas hasta mortales, era una irresponsabilidad total que las tuvieran así, al alcance de los alumnos, ah, cierto, se suponía que no deberíamos estar ahí.

- Hay algunas parecidas, pero no sabemos los efectos secundarios- dije.

- Wow- dijo George.

- Qué pasa? La encontraste?- pregunté esperanzada.

- No, pero encontré algo mejor- dijo pasándome un frasco con una etiqueta que decía "poción para un cabello hermoso". Tuve que aguantar la risa para no hacer ruido.

- Guardala- le dije a George pasándole la poción. Pude ver que él también estaba haciendo lo imposible por aguantar la risa. Respiré hondo y seguí buscando.

- Como pude ser tan tonta- dije al cabo de un rato.

- Qué?- preguntó George.

- "Accio recordamenti"- pronuncié, y un frasco con una poción amarilla vino a mis manos- lo tengo, salgamos de aquí-.

George agarró el mapa y salimos. Cuando pasábamos por el baño de Myrtle la llorona escuché un ruido muy raro.

- Olles eso?- pregunté a George, y se fijó en el mapa.

- No hay nadie- dijo, pero escuchamos el ruido de nuevo. Miré a una esquina a lo lejos, y vi el cuerpo de una gran serpiente que se acercaba de a poco por detrás de George.

- George, dale la poción a Fred en cuanto llegues- le dije dándole el frasco.

- Pero...- comenzó.

- Corre, y pase lo que pase no te des la vuelta- dije, iba a proteger a mi amigo como fuera.

- Y tu...- me dijo.

- Iré por otro camino, por si acaso- dije, aunque pensaba enfrentarme a la serpiente para que George pudiera llegar sano y salvo.

- Esta bien- dijo y salió corriendo. Por suerte no la había visto.

Corrí en dirección a la serpiente y le pegué con una piedra, ella giró y se olvidó de George, sólo que ahora me perseguía a mi. Salí corriendo, doblé a la izquierda, subí por una escalera y me escondí detrás de una pared a la derecha. Tenía un espejo en frente, así que lo usé para fijarme si la serpiente venía. Apenas vi sus ojos sentí que mi cuerpo se congelaba de a poco, no podía moverme, primero fueron mis piernas, luego mi torso, era como un escalofrío helado que recorría cada parte de mi cuerpo; mis brazos se quedaron inmóviles, y antes de perder la conciencia, pensé que todo valía la pena si Fred recobraba la memoria...

Sin Límites - Fred Weasley y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora