Nadie debía saberlo

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Narra Fred.

Se suponía que nadie debía saberlo, ¿qué pasaría si se enteraran? Probablemente me considerarían un fenómeno, _____ me dejaría, no podía permitirlo, por eso lo oculté.

Antes de las vacaciones había descubierto que era un animago, podía convertirme en un lobo, los únicos que lo sabían eran George, Dumbledore y Mc Gonagall, jamás me habría imaginado que ella fuera a usarme para dar una clase, como ya lo había hecho con _____, aunque a decir verdad, no me sorprendía, no tenía idea de que lo era, hasta que una noche lo descubrí, lo que hacía mi caso extremadamente raro.

- A qué se refería Mc Gonagall?- me preguntó _____ mientras caminábamos por el corredor.

- Nada- respondí poniéndome colorado, y caminando más rápido.

- Eso no fue nada- dijo tratando de seguirme el paso.

- Olvidalo- dije caminando aún más rápido, lo último que quería era que el amor de mi vida me dejara.

- Fred, para- me pidió- no puedo caminar tan rápido-. Pero no paré, al contrario, caminé más rápido aún, como si eso fuera a alejarla.

- Fred Fabián Weasley!- gritó- para!-.

No sé porqué, pero me vi obligado a retroceder.

- Me puedes explicar qué demonios te está pasando- dijo.

- Porqué necesitas saber todo sobre mi?- pregunté levantando el tono de voz.

- Que yo qué?- preguntó también levantando el tono- acaso no puedo preguntarte nada?-.

- Preferiría que no, hay cosas de mi vida que no te incumben- respondí fastidiado, de todas las preguntas que podía hacerme, venía a fijarse sólo en esa, lo único que trataba de esconder.

- Por qué te enojas? Lo único que hice fue hacerte una estúpida pregunta, y ya te pusiste así-.

- Porqué eres tan...?- comencé, pero me interrumpió.

- Tan qué?- preguntó mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, odiaba verla así- me preocupo por ti, sabes?-.

- Acaso alguna vez te lo pedí mujer?- le espeté, lo que logró que una lágrima recorriera su mejilla.

- Bien- respondió al borde del llanto- si no quieres mi apoyo me largo-.

- Pues hazlo- dije, con tal de que no hiciera más preguntas.

Antes de irse, agregó con lágrimas en los ojos - Quiero que sepas que me importas, y mucho, pero eres un idiota-.

Pude ver su silueta alejarse por el pasillo.

"En serio Mc Gonagall, tenías que generar una pelea entre nosotros", pensé.

Caminé por el pasillo en dirección a la sala común envuelto en mis pensamientos, desearía haber tenido una conversación más tranquila con _____, odiaba verla es ese estado, pero no podía descubrir la verdad.

Al entrar, me dirigí directamente a mi cama, y no pude evitar caer profundamente dormido.

Desperté debido a que la panza me rugía, así que bajé a almorzar. Esperaba no encontrarme con _____, pero ahí estaba ella, sentada con Katie y Hermione, se veía tan hermosa, pero considerablemente decaída.

Me estaba sentando junto a Tom frente a George, cuando oí a Hermione murmurar- hablando de Roma-. Eso quería decir que _____ les había hablado de nuestra pelea, esperaba que no con lujo de detalles.

- Ya no tengo hambre- dijo _____, y se fue. Sabía que eso era mentira, ¿_____ sin hambre? Ja, ni un tonto se creería eso, de seguro iba a la cocina, pero decidí no seguirla, si prefería no verme, mejor que así fuera, no era muy agradable estar con ella mientras estaba enojada.

- Te molestaría saltearte una clase para hablar?- le pregunté a George al oído.

- Problemas en el paraíso?- preguntó a modo de respuesta, y me limité a asentir.

Después de comer subimos a nuestra habitación.

- Pide el consejo a cupido- bromeó George.

- _____ lo descubrió, en realidad no lo hizo, simplemente comenzó a hacerme preguntas sobre el tema, porque Mc Gonagall nos castigó, dijo que teníamos que ayudarla a dar su clase, luego me guiñó un ojo, salimos, y ____ me hizo las preguntas, me puse nervioso, y caminé más rápido tratando de evadirla, pero sabes como es ella, no deja temas sin resolver, así que me gritó que volviera, lo hice, y nos gritamos, ella se preocupó por mí, yo la traté muy mal, y... ¿qué he hecho? Yo le importó, ella se preocupó por mí, pero lo único que hice fue tratarla mal y evadirla, la lastimé George, y ella no hizo nada malo, debo encontrarla, diculparme, fui un idiota- dije, y salí corriendo a buscarla.

George se quedó en el cuarto confundido, no le había dicho qué era lo que _____ había descubierto, pero no me importó, lo único en mi mente era encontrarla y pedirle disculpas.

No me fue muy difícil encontrarla, estaba saliendo de la cocina por el retrato de la fruta.

Narra _____.

Estaba saliendo por el retrato, cuando vi a Fred que se acercaba, e inmediatamente di media vuelta, y seguí por el camino contrario.

- _____, espera, por favor- me pidió, pero no estaba de humor para hablarle, así que caminé más rápido, pero me agarró de la mano, me hizo dar la vuelta, y me atrajo a él.

- No digas nada- dijo, al ver que abría la boca para protestar, así que lo dejé continuar a regañadientes- te traté muy mal, lo sé, y lo lamento, pero hay algo que no sabes sobre mi, y que yo... lo oculté de ti y del mundo por miedo... miedo a lo que vallan a pensar de mi, miedo a que me dejaras, pero ya comprendí que si me amas, vas aceptarme tal como soy-.

Sus palabras me dejaron confundida, y antes de que pudiera abrir la boca para preguntarle algo, añadió- soy un animago, puedo transformarme en un lobo- al decirlo, se notaba que sentía que se sacaba un peso de encima, pero aún así se veía nervioso, y esperaba mi respuesta.

- Fred yo... te amo- le dije y lo besé.

- No te molesta?- preguntó confundido cuando nuestros labios se separaron.

- Que seas animago? Pues claro que no, te amo tal como eres, y no cambiaría ni una pizca de tu esencia por nada en el mundo, pero debes prometerme que vas a confiar en mi en el futuro-.

- Lo prometo- dijo- lo lamento.

- Ya pasó, ahora que lo sé, creo que no me molestaría dar un paseo a la luz de la luna contigo, como dos lobos enamorados-.

- Claro, esta noche a las una en la sala común-.

- Hecho- dije, y caminamos al aula de historia de la magia aún tomados de la mano.

Me dolía que Fred no hubiera sido capaz de confiar en mi para contarmelo, de no ser por la profesora Mc Gonagall jamás habríamos peleado, y el tema probablemente seguiría guardado en lo más profundo de su corazón.

Sin Límites - Fred Weasley y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora