Regreso a casa

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Luego de unas hermosas vacaciones había llegado el día... volvíamos a Hogwarts!

La noche anterior había preparado mi baúl y nos habíamos cerciorado con los gemelos de tener todo lo necesario para empezar de una vez por todas con nuestro emprendimiento y llevar la diversión a donde pudiera ser aprovechada por miles de chicas y chicos, y hasta quien sabe, tal vez algún que otro profesor.

Sorprendentemente me levanté en horario, y luego de despertar a los gemelos y Lee (obvio cariñosamente y sin queja alguna), bajamos a desayunar.

- No puedo creer que ya volvamos- comentó George comiendo sus huevos revueltos.

- Aunque vuelven con intriga, como no saben del...- comenzó Percy, pero Fred lo interrumpió antes de que el muy pesado siguiera.

- Y hermosa? Ya sabes cómo va a estar conformado el equipo?- preguntó.

- Obvio no, bueno, si sé quiénes son nuestros buscador y golpeadores estrella par de bludgers humanas, pero de ahí en más ni idea... probablemente Katie y bueno, yo- respondí pensando- vamos a tener que esperar a las pruebas.

- Y no te molesta? Ya sabes, los rumores que se van a levantar- me preguntó Lee, pero todos lo miramos confundidos.

- El hecho de que los resentidos o celosos van a a decir que tienes preferencia por la familia de tu novio- explicó.

- A decir verdad, no me importa lo que piense la gente- respondí y seguí con mi desayuno.

~

- Andén 9 3/4 a la vista!- exclamó George como si fuera un pirata.

- Ahoy marinero- lo molesté y reímos.

Estaba lleno de gente, muggles y magos mezcladas como nunca.

- Listos?- preguntó la señora Weasley cuando nos paramos frente a la pared- ustedes cuatro primero- sentenció señalandonos a los gemelos, a Lee y a mi.

- Nos vemos Molly!- saludé y atravesé la pared seguida de los chicos.

El expreso de Hogwarts apareció en nuestro campo visual.

Era divertido ver las caras de madres y padres de los que recién iniciaban. Claramente se notaba la amplia gama de sentimientos encontrados que los embargaban: asustados pero orgullosos, melancólicos pero emocionados, entre otros.

Al subir, una chica de Hufflepuf uno o dos años menor me empujó, pero no le di mucha importancia. Luego noté que al pasar todos me miraban raro, como con miedo o de forma despectiva.

- Esto es muy raro- susurré a Fred.

- Ya lo creo- respondió- la frialdad en sus miradas se siente en el ambiente-.

A lo lejos vi a Katie sentada con Olivia. La saludé emocionada con la mano, pero simplemente me ignoró, lo que a decir verdad me desanimó.

¿Qué estaba pasando?

- No le des importancia- murmuró Lee y entramos al compartimento vacío más cercano.

- Tienen idea de que está pasando?- pregunté con una seriedad poco característica en mí.

- No tengo idea- respondió George, y los otros dos hicieron un gesto con los hombros y la cara de no saber nada.

- De la nada todos son distantes y fríos- comentó Lee.

- Sin mencionar a la chica de Hufflepuf que me empujó cuando subía- agregué.

- No debe ser solo coincidencia- dijo Fred.

- En eso estamos de acuerdo- dije y me apoyé sobre su hombro.

Todo era demasiado raro, hasta katie estaba extraña... tal vez era una de las razones por las que no había sabido casi nada de ella en todo el verano... no quería perder otra amiga, por lo que estaba decidida a encararla y preguntarle qué le pasaba.

- Tengo el presentimiento de que este va a ser un año... interesante- comentó George mientras miraba por la ventana.

- Mirando a la nada pensando en todo?- pregunté con una sonrisa y reímos.

De la nada la puerta del compartimento se abrió, y pudimos ver al famoso "carrito" con su dueña por detrás.

- Quieren algo del carrito?- preguntó la señora.

- No, muchas gracias- respondí, y los otros negaron con la cabeza.

Durante el resto del viaje no salí del compartimento, solo para cambiarme, y sorprendentemente lo hice mucho antes de que se llenara de gente, cuando en realidad solía dejarlo para último momento.

Al bajar nos subimos a las carrozas y volamos a Hogwarts.

Cuando llegamos, el hermoso y enorme castillo se alzaba imponente sobre nosotros, como siempre.

Que lindo se sentía estar de nuevo en casa.

Nuestra carroza era de las últimas, así que cuando entramos ya estaban casi todos sentados; pero lo que pasó a continuación fue más extraño aún.

Al verme entrar, todo el salón se quedó callado... eran un millón de miradas de disgusto, odio, frialdad, etc, que me seguían paso por paso, segundo a segundo.

No me detuve, pues moría de hambre, así que caminé como si nada hacia la mesa Gryffindor y me senté, pero en ningún momento esas miradas se fueron, seguían ahí, expectantes, algunos murmuraban cosas y otros solo se limitaban a observar. Tardaron unos minutos que parecieron décadas en volver a la charla de siempre, tiempo durante el cual hice como si nada y me puse a hablar con los chicos.

Noté que los Gryffindors a nuestro alrededor se alejaban de a poco, menos el trío de oro.

- Esto es cada vez más extraño- comentó  George, y luego de que Fred tomara mi mano, la ceremonia comenzó.

Luego de la cena, Hermione y yo subimos a nuestros respectivos dormitorios, donde pude ver a Katie, a quien se le notaba el disgusto en la cara por tener que compartir cuarto.

- No le hagas caso- me susurró Herms, y se acostó.

- Hola- saludé tratando de romper el hielo. Ella se limitó a levantar la mirada y sobrarme.

- Qué pasa Kate?- pregunté, una cosa era que personas que apenas si conocía me trataran de esa forma, pero otra muy diferente era que una de mis mejores amigas se comportara así.

- Lo dejemos ahí Bellat... _____, no quiero problemas con nadie- respondió evitando mi mirada en todo momento.

- Bien- dije con aún mayor frialdad- como quieras-.

Luego de eso me acosté, había sido un día largo y demasiado agotador, por lo que caí en los brazos de Morfeo apenas mi cabeza tocó la almohada.

Sin Límites - Fred Weasley y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora