Sin Límites - Fred Weasley y tú

Y a vos qué te parece?

No sabía ni qué decir ni cómo hacerlo, estaba estupefacta ante la inesperada situación de crisis/rescate. Fred, de igual forma, me miraba asustado, como si esperase que volviera a tener un ataque.

- Fred?- me limité a decir, o bueno más bien preguntar con los ojos como platos y probablemente el rimmel corrido.

- Estás bien?- respondió a modo de pregunta con los ojos más redondos que los míos y la respiración agitada.

Y a vos qué te parece?

Al instante imágenes de lo que había provocado mi crisis se presentaron en mi mente, como un video que nunca se acababa. Fred besaba a Angelina una y otra vez, aumentando la pasión y el largo en cada toma.

Sin decir más, me levanté de ese lugar y quise volver adentro para no llorar frente a él, pero no contaba con la reacción de mi rescatista. Tomó mi muñeca en un gesto dulce pero severo que me hizo frenar en seco. Me di la vuelta, y en vez de llorar como lo habría esperado, me puse roja de la furia, impotencia y frustración.

- Qué?!- le espeté con enojo, haciendo que vatios ojos, que ya estaban observando, agudizaran no sólo la vista, sino también sus oídos.

El chico me miró sin creer mi reacción, pero rápidamente se puso a la altura de la situación.

- Tenemos que hablar ______- dijo con seriedad.

Era la primera vez desde que lo conocía, que decía mi nombre completo, no sólo mi apodo. Sabía que me molestaba, así que le devolví con la misma moneda.

- Está bien Fred Fabian Weasley, hablemos.

Fue satisfactorio ver su cara al escucharme y le dediqué una mirada asesina.

Inmediatamente dio media vuelta y salimos de ese lugar tan... poco privado.

Caminamos sin rumbo por unos minutos, claramente en un silencio sepulcral, buscando un lugar acorde a las necesidades para hablar. Acabamos en la biblioteca, donde claramente no había nadie. Cerramos la puerta tras nosotros, y con un suspiro comencé con la tan esperada charla.

- Qué quieres Fred?- dije ya sin ganas de siquiera existir.

- Tú eres la que reaccionó así cuando viste como Angelina... eso- respondió a la defensiva.

- Tranquilo, no es un tema tabú- le espeté con ironía- sí, te besaste con Angelina.

- Entonces? Cuál es el problema?

Agh. Por qué los hombres son tan tontos?

- En serio te lo tengo que explicar? Lo pongamos fácil, qué hubiera pasado si me hubieses visto a mi en la misma situación pero con Max, te habría fascinado o no? Es más, nos habrías aplaudido de pie.

- No me vengas con eso...

- Con qué? Fred en serio, con qué?

- No es lo mismo, no sería lo mismo...

No podía creer lo que mis oídos escuchaban así que el enojo se apoderó de nuevo de mi ser.

- Es exactamente lo mismo! Por qué no lo sería? Explícame qué no entiendo- dije levantando la voz un poco mucho.

- _____, ella me besó a mí- lo dojo tan tranquilo, como si estuviese seguro de tener la razón, que me comenzó a hervir la sangre.

- LE CORRESPONDISTE EL BESO.

-SI, PERO LUEGO SALÍ A BUSCARTE.

- FRED ME BUSCASTE POR PENA.

- QUÉ MAS QUERIAS QUE HICIERA?

Ya ambos estábamos gritando, así que me di cuenta que esto no iba a funcionar, además los dos teníamos unas cuantas copas encima, claramente no iba a salir bien si seguíamos.

Mis ojos se cristalizaron, y lo que dije a continuación lo hice con los ojos empapados en lágrimas.

- Fred, no voy a darte las gracias ni eres un héroe por actuar por sentir pena- inhalé antes de continuar intentando no decir lo que pensaba, pero solo logré decir lo mínimo que se me ocurrió- eres demasiado egoísta, no te importo yo... y por más que me duela admirirlo, empiezo a creer que nunca lo hice.

Dicho esto, di media vuelta, me sequé las lágrimas, y por más que lo escuché gritar mi nombre para que volviera, no lo hice, sino que seguí mi camino.

Pensé en ir a dormir, pero no iba a dejar que ese ser sin empatía me arruinase la noche, así que fui al baño a arreglarme el maquillaje un poco y peinarme mientras limpiaba mis lágrimas, y volví a la fiesta.

- _____!-  gritó George cuando me vio llegar y salió a mi encuentro. - Estaba preocupado, cómo estás? Cómo te sentís? Qué...

- Quiero un trago- lo interrumpí antes de que pudiera preguntar otra cosa que no iba a responder en ese momento, y fuimos a la barra.

Una hora más tarde, ademas de que mi amigo ya estaba enterado de todo el chisme, ya había tomado 3 vasos y 3 shots, entonces se imaginarán la borrachera que portaba encima. George no se merecía tener que cuidarme, pero era tan buen amigo que se había despedido de su cita para estar conmigo. Su pareja lo había entendido más que bien, y sin ningún reproche, se fue con sus amigos.

- Georsh sab..es qué es lo q...que mash me molesta de tod..do essto- dije intentando modular pero sin lograr mi cometido.

- No _____, no lo sé- me respondió con tanta paciencia que no era creíble.

- Sho todav...vía lo sigo queriennddo- miré a la mesa intentando no llorar- y... y...- respiré hondo- él sha ño m-me quiere.

Con esa última frase me quebré frente al gemelo de la persona que más amaba pero más odiaba en ese instante. George me abrazó y consoló, pero como vio que no lograba  calmarme,ni intentó hacerme caminar, sino que me levantó como en cunita de oro y me llevó a mi habitación.

- Ya es hora de dormir enana- dijo con ternura una vez más.

Yo asentí, me abracé a su cuello, y acabamos en mi habitación. Yo sollozaba e hiperventilaba. Me había dejado de costado mirando hacia la derecha con un tarro por si vomitaba. George se encontraba sentado a mi izquierda acariciando mi espalda, esperando a que me durmiera para irse él también.

Al final logré conciliar el sueño y soñé con papá.