A la hora de la verdad

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Camila se sentó pesadamente en el banco junto a Selene y a mí. -¿Qué estan haciendo ustedes dos? ¿Te diviertes, Selene?-

Selene parecía que acababa de morder un higo sin madurar.

-¿Qué?- Preguntó Camila.

A su favor, mi hermana se negó a hablar hasta que Camila la amenazó.

-Cada vez que alguien me habla, Lauren lo mira fijamente hasta que creo que teme que le corte la cabeza-.

-No tengo ni idea de lo que quiere decir-, dije.

-Seguro que no-, respondió Camila con esa expresión suya de complicidad.

Me sentí culpable porque sabía que lo que había hecho había sido a propósito.

-Selene, sé buena y lléname el vaso de agua fría, ¿quieres?- preguntó Camila. -No de una de las jarras de la mesa, sino del barril de agua de manantial que está al final de las mesas de comida-.

Selene parecía que Camila la había convertido en mano de obra esclava. De repente, sin embargo, sus ojos se agrandaron y arrebató la taza de la mano de Camila. -¡Claro que sí! ¿Quieres comer algo? -

-Oh, eso suena maravilloso, pero espera junto a la mesa hasta que la cocinero saque las brochetas de cordero fresco. Esos son simplemente maravillosos-.

-¡Lo que tú digas, Camila!- Selene respondió y salió corriendo.

Camila había enviado a Selene al lugar donde se encontraban al menos dos docenas de mujeres jóvenes, todas de la edad de Selene.

-No crees realmente que me estás engañando, ¿verdad?- pregunté.

-No, amor-, respondió Camila riendo. -Pero se merece un poco de diversión esta noche y realmente es una chica inteligente. No me imagino a Selene dejando que nadie se aproveche de ella-.

-Tienes razón, supongo, como siempre. Oye, pareces un poco sonrojada. ¿Necesitas un descanso?-

-Creo que dos copas de vino es mi límite. Puedo sentir mi cerebro nadando dentro de mi cabeza. ¿Cómo es que puedes beber tanto y seguir viéndote clara como el hielo?-

-Juego de manos-, respondí. -Vierto media taza de agua antes de añadir cualquier bebida. Funciona con el vino y la cerveza, pero hace que el oporto sepa fatal. He descubierto que el hidromiel sabe mejor aguado. Un viejo truco que aprendí cuando bebía con mis hombres. Resulta útil cuando necesito mantener la cordura-.

-Muy inteligente-.

-¿Por qué no te tomas unos momentos para ti, amor?- Sugerí.

-Creo que lo haré. Voy a ir al salón comunitario. Tal vez me salpique la cara con un poco de agua fría y me siente en la tranquilidad por unos momentos-

-¿Quieres compañía?-

-¿Quieres decir aparte de la veintena de guardias reales del Imperio y de las Amazonas que me siguen a todas partes?-

-Parece que últimamente no puedes lanzar un palo sin darle a uno de ellos-. Me reí, pero sabía que la protección me daba una especie de tranquilidad.

-Además-, añadió mientras se levantaba. -Si te vas, ¿quién protegerá a Selene de todos los feroces depredadores que hay por ahí?-. Su risa mientras se alejaba me hizo sonreír ante mi propio comportamiento infantil en lo que respecta a Selene.

-Si no vuelvo en breve es que me he quedado dormida-, respondió.

%%%%%%%%

Realmente sentí que podría haberme dormido si me hubiera dejado relajar lo suficiente. Después de enjuagarme la cara y de aceptar una vigorizante taza de té de bayas de una de las cocineras, me hice a un lado y descansé en una de las sillas del gran salón comunitario. La mayor parte de la sala estaba vacía debido a la celebración en el exterior, pero Ephiny me dijo que la zona comunitaria solía estar llena de actividad por las tardes. Se convirtió en una forma de que las mujeres vivieran de forma independiente en sus casas, pero sin dejar de disfrutar de un ambiente comunitario.

La Conquistadora (Camren)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant