Dentro del círculo del Cielo No había adivinado esto

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-Buenos días, sol -dije, apartando el pelo castaño despeinado de los ojos de Camila-.

-Ohhh-, gimió mientras intentaba levantarse. Se rindió y se volvió a tumbar. -Por los dioses. No recuerdo haber tenido músculos en tantas partes de mi cuerpo-.

-Toma, siéntate un poco y bebe esto-.

-¿Qué es? Algo mágico, espero-.

-Nada misterioso. Sobre todo corteza de sauce para el dolor de cabeza-.

-¿Cómo sabías que me dolía la cabeza?- Preguntó Camila mientras daba un sorbo a la infusión caliente.

-Cualquier guerrera lo sabría-. Sonreí y toqué ligeramente la zona magullada a lo largo de su mandíbula. -Recibir un golpe en la cabeza unas cuantas docenas de veces lo hará-.

-Mmm, sabe bien... también se siente bien-.

-¿Se siente bien?-

-En mi garganta. Espero no tener un resfriado. Por lo demás, me siento bien-.

-No es el escalofrío y no es infrecuente. El polvo y la suciedad que respiras mientras luchas hace que la garganta esté en carne viva al día siguiente. ¿Cómo te sientes, además de dolorida? ¿Te duele algún punto de forma inusual?-

-Suenas como una madre gallina-.

-Tal vez-. Sonreí y me senté a su lado mientras ella daba un sorbo a su té. -Nunca podré impresionarte lo que fue verte ahí dentro y no poder interferir-.

-Creo que sé cómo es eso, al menos en parte. Lo hiciste muy bien, amor, y gracias por intervenir cuando más te necesitaba-.

-Un placer-.

-Significó mucho para mí ... que me dejaras hacer lo que tenía que hacer-.

-¿Y qué fue eso?-

-Bueno, defenderme, supongo. Ser una líder. ¿Qué? Parece que quieres decir algo más-.

-Nada-.

-¿Me estás diciendo la verdad?-

Me miró y supe que no podía ocultarle mis pensamientos. Dioses, era mucho mejor mentir antes de dejarla entrar en mi corazón. Respiré profundamente y me miré las manos, dándoles la vuelta para ganar tiempo.

-¿He hecho algo malo?-

-¡No!- Respondí rápidamente. -Es... probablemente debería guardarlo para mí...-

-Si he hecho algo que cuestionas o...-

-No quiero juzgarte, amor, y puede que así lo veas-.

-Bueno, ciertamente intentaré no hacerlo-.

Volví a mirarme las manos, dándole vueltas al asunto. ¿Cómo iba a ser algo más que honesta con ella? Después de todo, si me equivocaba, podríamos reírnos de mi paranoia.

-Es sólo que... bueno, cuando dijiste que no había otra forma de manejar la situación con Prax... me preguntaba si... no es que mintieras a propósito, claro. Sólo me preguntaba...-

-¿Crees que había otra manera?-, preguntó confundida.

-Supongo que me he preguntado si, en el fondo, no querías que hubiera otra manera-. Me encogí por dentro una vez pronunciadas las palabras. Esperé su ira o al menos algún tono condescendiente. Lo que vi me sorprendió.

Camila se sentó a contemplar mis palabras. Imagino que estaba dejando que se asimilaran. Lo curioso fue que no negó de inmediato mi acusación, pues poco más podía llamarse. Eso me hizo preguntarme aún más. Recordé la extraña expresión de su rostro después de que se llevaran a Prax a la residencia del sanador.

La Conquistadora (Camren)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن