Capítulo 49.

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Todas las escenas no - sexuales y sexuales narradas en este libro cuentan con la participación de personajes mayores de edad de acuerdo con las nuevas normas de consentimiento de Wattpad. Además, todas ellas cuentan con consentimiento expreso para su realización. Más información o dudas sobre las modificaciones en mi página de Instagram. 

Leer la nota del final!

Ian's POV.

Observo con pesar la documentación que dejó Madison encima de mi mesa hace dos días. La copia del resultado del embarazo positivo y la ecografía de el bebé. Me paró detenidamente en la última, tocando con mis dedos la pequeña, casi diminuta bolita que se supone que es ese bebé.

Es un hecho que ser padre nunca ha llamado mi atención o al menos, nunca lo ha hecho siendo tan joven. Y por lo que me dijo Madison el otro día, estaba claro que para ella este bebé tampoco era fruto de un amor completamente feliz.

Nuestra relación no tenia una base lo suficientemente sólida para afrontar problemas así, se deshacía en el momento que un pequeño obstáculo aparecía y eso se había demostrado en este mismo despacho donde me encontraba no hace mucho tiempo.
Mucha de la culpa, por no querer decir el cien por cien casi de ella es mía. Dije cosas hirientes y actúe como un inconsciente, supongo que por la mezcla de emociones, mis problemas y el pánico que me da ser padre.

¿Cómo se me pudo ocurrir decirle que solamente quería mi dinero?

Era completamente absurdo.

Me pasé una mano por el rostro, con cansancio.

Las palabras de Madison durante la discusión no paraban de pasar a toda velocidad por mi cabeza constantemente, recordándome ese feo enfrentamiento una y otra vez.

¿Acaso esto se podía solucionar?

¿Acaso no tenía razón en todo lo que había dicho?

¿Acaso era mentira mi inestabilidad?

Claro que no lo era. Ninguna de las cosas que me había dicho a la cara, dolida después de lo mal que me había comportado, eran mentiras.
Soy un hombre complicado e incluso ella, siendo más joven que yo, supo afrontarlo con más madurez.

Saqué del cajón de mi escritorio una tableta de las pastillas de mi medicación. Desde que sucedió aquel incidente en la casa de la señora Varda, donde Madison me aseguró no dejar de estar pendiente de mi en ningún momento, no ha pasado un solo día donde no me haya tomado las pastillas. Supongo que por eso no hice un desastre todavía peor el viernes.

¿Acaso esta medicación estaba funcionando?

¿Acaso esto era suficiente?

Negué para mi mismo.

Nada de esto era suficiente para solucionar todo lo que esa pelea había supuesto para Madison y para mi.

Me encontraba vacío, dolido, enfadado y completamente decepcionado, sobre todo conmigo mismo. Hubiese preferido cien mil veces haber tenido la cabeza la suficientemente fría para hablar del tema con claridad y explicarle que no quería ser padre en este momento, sabiendo de sobra que Madison me hubiese comprendido.

¿Pero porqué yo no?

¿Porqué yo siempre tenía que salirme fuera de control?

¿Porqué siempre tenía que joderlo todo por estos malditos problemas?

Volví a mirar las pastillas, molesto.

Todavía recuerdo a la perfección como intentó darme una segunda oportunidad antes de que yo terminara mi actuación galardonada con el Óscar al mayor cabrón de toda la ciudad.

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