Capítulo 56.

128K 6.7K 15.5K
                                    

Todas las escenas no - sexuales y sexuales narradas en este libro cuentan con la participación de personajes mayores de edad de acuerdo con las nuevas normas de consentimiento de Wattpad. Además, todas ellas cuentan con consentimiento expreso para su realización. Más información o dudas sobre las modificaciones en mi página de Instagram. 

Madison's POV.

No se si quizás me encuentro demasiado emocionada para lo mal que puede llegar a salir esta cena.

Es lo que pienso mientras termino de enjugar el jabón de mi cabello dentro de la ducha.

Desde que llegamos de su sesión con el doctor Kiefer es algo indudable lo raro que se está comportando. Ha pasado de estar desorientado y apagado a ser el hombre más animado de feliz del universo, cosa que conociéndolo no le pega nada.

Es decir, no me quejo de su bueno humor ni de su plan para esta noche juntos, pero me he dado cuenta que cuanto más bonito parece todo, peor acaba saliendo. Llevamos unos días que podría considerarse buenos dentro de nuestra relación y no me gustaría acabar yéndome de Nueva York con mal sabor de boca.

Suspiro intentado no convertirme en una loca paranoica antes de que algo ocurra. No hemos llegado ni al restaurante y yo ya estoy dando por hecho que todo va a ser horrible.

Corto el agua y salgo de la ducha colocandome el albornoz, mientras enrrollo una toalla alrededor de mi cabello, evitando así que moje el suelo cuando salgo del baño hacia la habitación.

Mi ceño se frunce al no ver a Ian por ningún lado.

- ¿Ian? - cuestionó en voz alta saliendo a la terraza donde todo se encuentra tranquilo, sin rastro de él.

Dejo atrás la piscina y las vistas y bajo las escaleras hacia la primera planta de nuestra suite. Busco en el salón, la cocina y hasta en el despacho, pero no hay rastro de Ian.

¿Se ha ido? ¿Sin avisar?

Antes de entrar en la ducha se encontraba tranquilamente en la cama revisando unas cosas en el ordenador. De hecho, había estado tan concentrado que ni se había inmutado al verme danzar desnuda por la habitación, algo que me había resultado extremadamente raro conociéndolo, al igual que me resultaba el hecho de que haberme dejado aquí sola o de haberse ido sin ponerme una nota, como hacia siempre cuando tenía que irse y yo me quedaba dormida en su casa.

Este hombre va a hacer que me estalle la cabeza.

Vuelvo a la habitación principal, tomando mi móvil para marcar su número con rapidez, escuchando como da tono. Mis nervios se alteran un poco más al ver que no contesta hasta el cuarto toque.

- ¿Ian?

- Hola, mi amor. - escucho su voz alegre, opacada por un montón de ruido de fondo.

- ¿Dónde estás? - preguntó confundida.

- En la calle, he tenido que salir a por... - se queda en silencio unos segundos. - pastillas.

Arqueo una ceja acercándome a la caja de pastilla que tiene recetados por el doctor, las cuales se encuentra en su mesilla y está medio llena todavía.

- Tienes pastillas para más de una semana aquí.

- Estas muy preguntona, eh. - respondió divertido, desviando el tema de conversación.

- Yo soy preguntona. - le recordé. - Pero tú estás muy raro, ¿te encuentras bien?

El hecho de que no me haya querido decir nada después de su sesión con el doctor me hace cuestionarme su comportamiento e imaginarme más de un millón de escenarios donde todo empieza muy bonito y termina de forma drástica y terrorífica. Con esto no digo que tenga obligación de decírmelo, ya que es una terapia privada, pero no puedo evitar ponerme nerviosa después de todo lo que hemos pasado.

Daddy🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora