Capítulo 24.

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Todas las escenas no - sexuales y sexuales narradas en este libro cuentan con la participación de personajes mayores de edad de acuerdo con las nuevas normas de consentimiento de Wattpad. Además, todas ellas cuentan con consentimiento expreso para su realización. Más información o dudas sobre las modificaciones en mi página de Instagram. 

Cuando abro la puerta de mi casa está totalmente a oscuras. Al cerrar, Me acerco a subir cada una de las persianas del salón dejando que la poca luz que queda - ya que se está empezando a hacer de noche - entre.

Empecé a revisar primero donde me encuentro, mirando como estaban los cierres de las ventanas para comprobar que no habían sido forzados. Después pasé a la cocina donde también comprobé las llaves de paso tanto del agua, como del gas y los contadores de la luz. Por último, subiendo por las escaleras revisé las habitaciones de la segunda planta.

Al entrar en la mía me pasé más tiempo dando vueltas, para ver si tenía algo más que llevarme, ya sea de ropa o de clase. Cogí de mi perchero una chaqueta negra para ponerle la ahora al salir, ya que el tiempo había pasado y la noche caído, el aire seguramente sea mucho más frío.

Cuando al fin tuve ya totalmente revisada la casa procedí a salir dejándola igual de cerrada que antes. Una vez ya fuera saqué mi móvil para enviarle un mensaje a Ian.

Mad💜

Ya estoy lista
¿pasas a por mi, papi? 😊

Estuve esperando unos minutos una respuesta que nunca llegó, cosa que me dejó extrañada. Es decir, el siempre tiene el teléfono en mano y me contesta rápido incluso estando en el trabajo o en una reunión. Decidí llamarle pero después de tres toques me saltó la voz mecanizada del contestador. En los dos siguientes intentos lo mismo.

Todavía un poco sorprendida empecé a caminar hacia la parada de bus que había a dos manzanas de mi casa, por suerte me había encontrando - rebuscando - en el bolsillo de la chaqueta que había cogido un par de euros y menos mal, porque si no me hubiera tenido que ir andando y no hubiera sido un camino para nada corto.

Me puse la chaqueta y después de unos diez minutos a pie me senté en el banco de la parada. No pasó mucho cuando el autobús llego y me puse de camino a casa de Ian.

Le envié más mensajes pero me fijé bien y ni siquiera le llegaban algo que me volvió a extrañar de sobre manera, el había encendido el móvil hoy, joder, su trabajo se basa tanto en su móvil como en su ordenador. ¿Qué le habrá pasado?

Mientras estuve en el bus sentada, revisé mis redes sociales y hablé un poco con Travis, intentando no pensar mucho en lo de los mensajes.

Cuando me bajé en una parada que estaba a una calle de su enorme casa no me quedó otra que volver a caminar, aunque tampoco pasó mucho cuando vi su coche aparcado en la entrada. Bien, al menos estaba en casa.

Pasé la verja del jardín y llegué hasta la puerta encontrándomela sin estar del todo cerrado. Fruncí el ceño adentrándome.
Todas las luces se encontraban encendidas pero había un enorme silencio.

- ¿Ian? - pregunté mientras me quitaba la chaqueta, dejándola en el perchero de la entrada. - ¿¡Ian!? - volví a preguntar, está vez gritando un poco más y esperando una respuesta suya.

- ¡Nena! - exclamó desde lo que supone era el salón. Me acerqué rápido encontrándome con el salón destrozado y el tranquilo, sentando en el sofá, con un vaso lleno de un líquido marrón que di por hecho que era whisky por la botella medio vacía que había en el suelo con ese nombre.

Iba a hablar pero el se me adelantó.

- ¡Al fin estás en casa! ¿Dónde has estado? - sus ojos estaban vidriosos y sus mejillas con un color rojo, al igual que sus labios que se encontraban brillantes y húmedos, supongo que por el alcohol. Ya no estaba con un pantalón de chándal y sudadera, llevaba una camiseta de vestir color blanco con los dos primeros botones desabrochados, sin corbata y unos pantalones de vestir, sin zapatos, descalzo.

Daddy🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora