Capítulo 25.

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Todas las escenas no - sexuales y sexuales narradas en este libro cuentan con la participación de personajes mayores de edad de acuerdo con las nuevas normas de consentimiento de Wattpad. Además, todas ellas cuentan con consentimiento expreso para su realización. Más información o dudas sobre las modificaciones en mi página de Instagram. 

No puedo decir que Ian no estuvo llamando al día siguiente y bueno, para que mentir, a las dos horas después de que yo saliera de su casa corriendo, por que llamó y si digo unas veinte veces sería mentir, porque creo que pasaban las cincuenta y no hablar ya de los mensajes, porque juro que mi móvil estaba para reventar, de hecho no sé cómo no lo ha hecho ya. Tampoco puedo decir que mi mejor amigo no hizo preguntas al verme tan triste y sin el mismo ánimo de siempre, pero las ignoré o evadí, diciéndole que me dolía mucho la cabeza o que estaba a punto de venirme el período, realmente no sé cuál se creyó pero si que al fin dejo de preguntar y me dejó tranquila, aunque obviamente recordándome que le podía contar cualquier cosa que quisiera. Eso lo sabía, pero tampoco estaba anímicamente bien para contárselo ahora si echarme a llorar.

Cuando desperté en el sofá-silla que había en la habitación al lado de la cama de Travis el cuello me dolía de sobre manera, al igual que la cabeza - y está vez no era ninguna mentira -. Me incorporé un poco, abriendo los ojos y estirándome bostezando, encontrándome con mi mejor amigo mirándome divertido con el móvil en la mano. Rodé los ojos.

- ¿Enserio me has grabado? - pregunté con la voz algo ronca, de dormir y de sollozar - Ya puedes ir borrando eso, estúpido.

- Menudos buenos días que das tu, chica agradable. - río y bloqueó el teléfono. - ¿Has dormido bien? Te dije que podías dormir conmigo.

- Ya, pero no quería hacerte daño si me movía en algún momento. - me escogí de hombros levantándome para estirar las piernas. - Sólo es un dolor en el cuello que se pasará, no tienes de que preocuparte.

- ¿Y te sigue doliendo el corazón igual que anoche? - lo miré a los ojos mientras el bufaba. - Venga ya Mad, que te haya dejado anoche tranquila no significa que no vaya a insistir para que me cuentes porque ayer parecías destrozada y no me vengas con la puta mierda de escusa de la regla, por favor te lo pido. Cuéntame que te pasa, me tienes aquí, puedo ayudar, apoyarte o lo que haga falta.

Retiro lo dicho, por lo visto no se le han ido las preguntas de la cabeza.

- ¿Tus padres? - negué. - ¿Algo tuvo muy personal. - hice una señal de "más o menos" con mi mano. - ¿El buenorro de Ian? - hice una mueca asistiendo. - ¿Qué te ha pasado con el?

Me indicó que me sentara a su lado y así lo hice.

- Ayer como te dije fui a mi casa para revisarla y tal. - asintió mientras yo empezaba a contarle. - Ian quedó en venirme a recoger ya que ahora que estamos en otoño casi invierno se hace más rápido de noche y no quería que me fuera sola ni en bus, pero cuando le avisé para que vinieran a por mi no me cogió el teléfono y tampoco le entraban los mensajes asique al final acabe en el bus. Al llegar a su casa el se encontraba allí, borracho y empezó a gritarme cosas horribles. - prefiero ahorrar detalles. - e incluso me agarró fuerte de la muñeca cuando intente irme. - le enseño las marcas que ahora están moradas. - Estaba como ido, no era el, nunca le había visto así, ni cuando está celoso. Daba miedo. - una lágrima se escurrió por mi mejilla y Travs se encargó de limpiarla y abrazarme.

- Muñeca, ya sabes como pueden llegar a ser los borrachos, a unos como tu padre les da por ser divertidos y supongo que a otros como a Ian a ser agresivos y enfadarse. - acaricia mi muñeca. Hago una mueca de dolor. - Estoy seguro que no hubiera hecho eso estando en sus cinco sentidos.

- No parecía ni el, era como si fuera otra persona dentro de su cuerpo. - murmure.

- ¿Te ha llamado o escrito algún mensaje? - indicó con la cabeza mi móvil que se encontraba en la mesilla. Lo cogí.

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