Daddy🖤

Capítulo 60. (Final)

Todas las escenas no - sexuales y sexuales narradas en este libro cuentan con la participación de personajes mayores de edad de acuerdo con las nuevas normas de consentimiento de Wattpad. Además, todas ellas cuentan con consentimiento expreso para su realización. Más información o dudas sobre las modificaciones en mi página de Instagram. 

Advertencia: La autora no se hace responsable de la montaña rusa de emociones que podáis sentir leyendo este capítulo. No pago psicólogos ni terapias.

Disfrutad de la lectura!❤️

2 SEMANAS DESPUÉS DE LO OCURRIDO EN EL CAPÍTULO ANTERIOR.

¿Así es cómo se siente tener el corazón roto?

Esa pregunta es la que lleva pasando por mi cabeza desde aquel día, desde esa horrible cena y ese fuerte enfrentamiento que tuvo lugar en mi casa, entre el hombre del que estoy enamorada y mi propio padre.

Los recuerdos de esa noche no se borran de mi cabeza, es imposible que lo hagan. Recuerdo a la perfección los nervios con los que, junto con Ian, tomé la decisión de confesarle a mis padres nuestra relación y también la ilusión que sentía al pensar en un escenario donde todo salía bien, donde mis padres comprendían mis sentimientos y aceptaban nuestra relación.

Creo que es la cosa más absurda que he llegado a soñar en toda mi vida.

Ese imagen idealiza, de Ian y mi padre estrechando sus manos como signo de aprobación. Esa imagen donde Ian le entrega la botella de vino que traía a mis padres y la cena continúa llena de conversaciones amenas o incluso preguntas curiosas sobre nosotros.
Esa imagen donde ya no tengo que ocultar mis sentimientos, ni nuestras salidas, viajes o planes con mentiras enmarañadas con más mentiras para poder seguir adelante. Sonrisas ocultas e intensas, fugaces miradas cuando nos encontrábamos en la misma habitación, simulando ante los ojos de los demás que no somos nada, que apenas nos conocemos, que no estamos ni un cuarto de lo enamorados que estamos el uno por el otro, ni la intensidad que nuestros sentimientos tienen.

Desde ese día, desde esa cena, desde esa discusión, no creo haber vuelto a sonreír de forma honesta en ningún momento. Ni siquiera a hablar con la alegría que siempre me ha caracterizado. Simplemente me he llenado de un sentimiento que dentro de mí se encuentra emborronado, en una mezcla de tristeza, ira y vacío. Un vacío enorme que me hace llorar cada vez que pienso en Ian, cuando siento ganas de escribirle o llamarle y no puedo, incluso cuando me encuentro en la soledad de mi habitación y no puedo evitar que las lágrimas mojen mis mejillas o mis gritos lleguen a los oídos de mis padres.

Se que ellos me escuchan, que ellos me ven, pero realmente no me importa y a ellos parece tampoco hacerlo. Simplemente saben mandarme a callar o ordenarme que vuelva a mi habitación para que no pueda incomodarlos con mi desolada presencia, con mi dolor, un dolor que no puedo disimular.

Este dolor que siento, este dolor que cala mis huesos no es más que el amor puro y verdadero que siento hacía Ian, a  quien me han arrebatado de una forma dolorosa y cruel, sin dar lugar a conversaciones o explicaciones, sino a gritos y amenazas donde aparece la policía y una denuncia por abuso.

¿Abuso, violación? Creo que eso son cosas demasiado crueles y dolorosas como para mencionarlas sin un verdadero motivo y mucho menos para relacionarlas con nuestra relación. Una relación que poco a poco, después de muchos y duros baches, hemos conseguido estabilizar, llenándola de buenos sentimientos y de una necesaria comunicación que nos ha costado mucho llegar a conseguir como para que personas que no saben nada sobre nosotros nos la quiten de las manos de un tirón.