Capítulo 38.

248K 9.1K 6.3K
                                    

Todas las escenas no - sexuales y sexuales narradas en este libro cuentan con la participación de personajes mayores de edad de acuerdo con las nuevas normas de consentimiento de Wattpad. Además, todas ellas cuentan con consentimiento expreso para su realización. Más información o dudas sobre las modificaciones en mi página de Instagram. 

Capítulo dedicado a:

cary564
tamizcider
Luzyana10
Gapzy_
YamiAtonal
Goddess-Ari
PaolaKimPark

Muchismas gracias por leer🖤🖤

Mad's POV.

Observo desde el taburete de la cocina donde me encuentro sentada como Ian habla por teléfono moviéndose por el salón de un lado a otro, impaciente. No puedo ver su cara desde donde yo me encuentro pero perfectamente puedo percibir por sus gestos lo nervioso que se encuentra en este mismo instante.

Lo comprendo, aunque por mucho que empatice no puedo llegar a sentir lo que en este mismo instante está sufriendo en su pecho. Hay muchas veces que te esfuerzas por comprender a las personas, sentir lo que ellas sienten, compartir su dolor pero, por mucho que pongas empeño en ello, nunca vas a poder sentir el dolor ajeno, al igual que nadie nunca va a poder sentir tu dolor.

Entiendo a Ian, aunque en este momento no tengo ni idea de lo que debo hacer. El es complicado y al fin y al cabo yo se demasiado poco sobre toda la historia.

Lo único que puedo suponer son sus sentimientos, esa sensación en el pecho que te consume, la misma que yo sentí cuando hace dos años mi padre tuvo un accidente de tráfico o, sin ir más lejos, con lo que le pasó a Travis con la dichosa moto. Esa sensación que te pone el cuerpo malo, es lo más parecido a lo que debe estar sintiendo Ian en este momento. Su madre murió cuando el solamente tenía veintidós años y aunque, supuestamente ya puedes sentirte una persona adulta a partir de los dieciocho, eso no significa que tu dolor por la perdida aminore. Totalmente convencida estoy de que por mucho que tengas cuarenta y cinco, veintidós o doce, siempre vas a sentir igual de fuerte la perdida de alguien tan importante como la mujer que te dio la vida. Esa mujer que el perdió arrastró con ella un trocito de su corazón y también a su padre, única persona que por lo que sé le queda de su familia. Y ahora, estar escuchando como tu padre, la única persona que te queda está seguramente en serios problemas, debe ser lo peor del mundo.

Mi mirada continúa recorriendo sus movimientos. De derecha a izquierda, de izquierda a derecha. Para en ese instante, finalizando la llamada y quitándose el teléfono de la oreja, quedándose quieto en medio del salón. Con suma delicadeza me bajo del taburete y hago el intento de acercarme a el, pero sus actos me detienen.

- ¡No! - exclama en un grito y con toda la fuerza posible estampa el móvil contra el suelo, sin preocuparse remotamente por lo que pueda pasarle. - ¡No, joder, no! - vuelve a gritar y mientras yo continuo petrificada en la entra del salón el tira un jarrón, convirtiéndolo en pequeños trozitos que llegan a rozar las puntas de mis pies. No contento con eso, escoge la primera silla que encuentra a su alrededor y sujetándola por una de las patas empieza a golpearla bruscamente contra la pequeña mesa que tiene delante, todos los adornos que se encuentran en ella desparramados por el suelo. Cuando veo como se dirige al gran televisor algo hace clic en mi cabeza y me apresuro a pararle.

- ¡Ian! - me coloco en medio del televisor y el. Sus ojos echan fuego, puedo sentirlo por el calor abrasante de su mirada. - Para, por favor.

- Quítate del medio Madison. - ruge. Su pecho sube y baja por culpa de su fuerte respiración y su ceño se encuentra totalmente fruncido. - ¡Quítate, joder! - sus gritos hacen que mis oídos timbren y me producen cierto escalofrío, pero me obligo a mantenerme intacta delante de él.

Daddy🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora