Un Secreto En Otoño [#1]

6.

Día 7: Jeff.

28 de septiembre.

Para cuando llega el domingo las cosas en casa están tranquilas, mi padre continuó con su preocupante buen humor. No es que sea agresivo en el día a día, tal vez algún que otro grito o mirada de advertencia pero estos días no había rastro de eso.

Bajé a desayunar cerca de las nueve de la mañana pero me detuve un instante ante la escena que estaba presenciando.

-Buenos días cariño -mi madre estaba sentada junto a mi padre con una taza en la mano.

-Buenos días -dije con precaución moviéndome lentamente hacia la mesada, había una taza de café junto a un plato con huevos revueltos y tocino. El olor de la bebida me revolvió el estómago pero junté valor y lo llevé también a la mesa.

Mi madre se veía bastante más alegre de lo que había estado el último tiempo, la sonrisa en su rostro hacía un contraste bastante grande en comparación al cansancio en sus ojos, pero se veía mejor y eso es suficiente para mi.

-¿Cómo vas con la escuela? -cuestionó de manera dulce.

-Bien, esperaba poder adelantar la tarea de la semana hoy -en parte eso era mentira, si tenía que hacer tarea, pero era la de la semana anterior que claramente no había tenido tiempo de completar.

Pero no quería decirlo y arriesgarme a que surja en la mesa un tema de conversación innecesario.

-¿Cómo está Hunter? -me sorprende un poco que mi madre lo recuerde ya que hace un par de años que no lo ve ni le hablo de él, pero en el fondo me pone un poco feliz.

-Él está bien, está saliendo con una chica de la escuela -me llevo a la boca un trozo de tocino y veo a mi padre hacer una mueca.

-¿Tú cuándo vas a traer a una chica? Si tardan mucho en verte con alguien van a creer que eres homosexual -finjo una risa ante su comentario desagradable, no es que me importe lo que piensen, pero llevarle la contra no es algo que me agrade.

-He estado con algunas chicas -miento-, solo que nunca nada serio como para presentaciones oficiales -asiente no muy convencido y mi madre me mira con los ojos entrecerrados.

La verdad es que nunca me plantee el estar con alguien, la realidad es que a veces siento que los tiempos no me alcanzan para los pendientes que tengo hoy en día, mucho menos podría hacerme cargo de una relación y mantenerla estable.

Aunque no voy a negar que lo he pensado en alguna que otra ocasión, más relacionado con cierta persona.

Elliot entra a la cocina bostezando pero se interrumpe al vernos a los tres en la mesa, primero me mira a mi con el ceño completamente fruncido, como si hiciera un análisis. La sorpresa tiñe su rostro al ver a mi madre sonreírle con un aire maternal, hace un intento por devolverle el gesto pero solo puede reflejar una mueca. No me sorprende ver que a nuestro padre solo le da un vistazo rápido.