17.

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Día 15: Jeff.

7 de Octubre.

―¿Estas segura que lo viste? ¿Te vió? Tal vez solo lo imaginaste ―suspira cubriendo la mitad de su rostro.

―Te digo que sí era él, ¿qué vamos a hacer Jeff? ―me recuesto contra el respaldo de la silla bufando.

Luego de recibir la llamada de Ashley le pedí que viniese a la cafetería en la que trabajo para hablar, la escuche muy alterada y sé que necesitaba saber que haríamos ahora. Realmente no sabíamos cuál sería su próximo movimiento, así que no podríamos reaccionar hasta que ellos lo hagan, pero eso los dejaría en ventaja.

―Por ahora no haremos nada, vamos a esperar, si ves algo raro o si vemos que comienzan a actuar ahí lo haremos nosotros ¿Está bien? ―asiente quedándose callada cuando Merassi se acerca con un café el cual ella había pedido.

―¿Tú no vas a tomar nada? ―me pregunta Ashley confundida.

―Está bien, no tengo tanta hambre ―niega con la cabeza mientras acerca la taza hacia mí.

―Toma aunque sea un trago ―le doy un trago al café y si no fuese porque fue Merassi quien lo preparo diría que es horrible. Pero Ashley parece conforme con que comiera algo así que me guardo las muecas.

―¿Cómo está tu madre? ―por un momento creo haber tocado un tema equivocado y estoy a punto de cambiarlo pero la veo sonreír.

―Ella está bien, se someterá a un tratamiento en Canadá. Podría ser su oportunidad de mejorar ―cuando habla de su madre tiene un brillo especial en los ojos, se nota que la ama mucho.

―Perdón por la pregunta y si te incomoda no debes responder pero ¿Qué fue lo que le paso? ―se tensa dándole un trago al café bajando la mirada pero vuelve a mirarme ya no tan feliz.

―En el accidente un fierro salió volando y se le clavo en el pecho. Relativa y textualmente, ese accidente le hirió el corazón. Por un tiempo pensaron en trasplantarle un corazón nuevo, pero había muchas complicaciones para hacerlo ―su voz decae―. Así que la mejor opción era sanar el que ya tiene. Es por eso que todavía no puede volver a casa, ella sigue dependiendo de las maquinas ―es verdad que es una historia complicada, para todos ellos en general.

―¿Y tú crees que saldrá bien? ―sonríe terminando el café.

―Sé que hay cosas que pueden salir mal, pero los doctores dieron un buen pronóstico así que confío en que todo va a estar bien ―suspira antes de mirar su teléfono―. Debo irme, le dije a Alba que estaría con ella ―ambos nos levantamos ya que en poco empieza mi turno.

―No te preocupes por lo de... él, vamos a estar bien ―asiente no tan segura pero lo hace. Nos despedimos con un simple adiós y cada uno se va por su camino.

―¿Terminaste de coquetear? ―me dice Merassi de mala manera antes de comenzar a atender las otras mesas.

―¿Qué le sucede? ―le pregunto confundido a Matt, el chico de la caja. Este se encoje de hombros mientras sigue anotando cada compra.

***

Volteo cuando siento que me observan, pero no encuentro nada ya que la calle a esta hora se encuentra vacía. Subo al auto y pongo la radio para que no sea tanto el silencio. Vuelvo a acomodar los espejos y el asiento al sentir que algo está raro.

Mi turno había terminado más tarde de lo que debería pero eso no me preocupa ya que es algo común. Lo que me preocupa es sentir esa presencia, es como si alguien estuviese detrás de mí y no me gusta eso.

Comienzo a conducir de vuelta a mi casa con mucha precaución, le dije a Ashley que no le tome importancia, pero aun así debemos mantener los ojos abiertos, nunca se sabe cuándo un auto se puede detener frente al tuyo con una maniobra peligrosa haciéndote frenar de golpe y casi estampar tu rostro contra el volante.

Levanto el rostro para mirar el auto frente a mí pero todos los vidrios están altos y opacos así que no logro ver nada porque incluso la patente esta borrosa desde donde estoy.

Es uno de los suyos, lo sé, mierda. Me preparo para golpear a quien sea pero nadie baja o hace algo, su auto vuelve a ser encendido y se marchan sin decir o hacer algo más.

Eso fue una advertencia, saben quiénes somos. Muy bien, esto es peor de lo que pensé. No les preocupó haber podido provocarme un accidente, así que va más allá de que hablen con la policía. Vieron a Ashley en el hospital, saben que frecuenta ese lugar ¿Cuánto les podría llevar saber que su madre está allí? O peor ¿Cuánto les podría llevar hacer algo contra ella?

Apago la radio y comienzo a conducir lo más rápido que puedo evitándome un accidente o una multa, mientras tanto mi cabeza va pensando miles de cosas y no me doy cuenta que llegué antes de lo esperado.

Cuando entro me recibe el inconfundible olor a comida, por lo que sonrío caminando hacia la cocina. Guillermo está junto a mi hermanita mientras ella lo ayuda a cocinar, Malak habla sobre no sé que por lo que no ve cuando entro.

―Por eso ella no me cae bien ―finaliza mi hermana parándose como si fuese una adulta.

―¿Y la otra chica? ―pregunta mi hermano, quien tampoco notó mi presencia.

―¿Quién? ―Malak lo observa confundida― ¿Ashley? ―Guillermo asiente y me quedo quieto al escuchar el nombre de Ashley ¿Qué tiene que ver ella en la conversación que tenían?―. Ella me agrada, es bonita y no le hace ojos bonitos a Jeff ―genial, mi hermana es toda una celosa a sus apenas siete años.

―¿Entonces hablamos de mí? ―pregunto parándome a su lado. Malak palidece antes de actuar y disimular que no entiende.

―Eres un chismoso, era una conversación de hermanos ―reclama Guillermo mientras sigue cortando vegetales.

―No sabía que yo no era su hermano ―ella se ríe sacudiendo sus hombros.

―Estábamos hablando nosotros dos ―me dice ella con una sonrisa de boca cerrada, haciendo que sus ojos se achinen.

―¿Acabas de reemplazarme? Malak rompes mi corazón ―de forma dramática llevo una mano a mi pecho haciéndola reír.

―Ya no dejan dormir tranquilo ―se queja Elliot entrando a la cocina. Malak sonríe antes de lanzarse a sus brazos como si pesara lo mismo que una pluma. Pero él logra alzarla en brazos.

―Y así es como nos reemplazan a ambos ―me dice Guillermo mientras niega y sigue cocinando.

Para ninguno es secreto que el favorito de Malak es Elliot, nos quiere a los tres y eso lo sabemos, pero la relación de ellos es diferente. Cuando ella nació pude ver una sonrisa sincera en él, y eso que nunca lo hacía. Una vez estando ebrio él me dijo que la única razón por la que no se iba era porque no estuvo para evitar que nuestro padre me lastimara a mí. Pero que lo evitaría con ella. Si bien hay épocas en la que desaparece por días, nunca es más de una semana y siempre que lo hace es porque sabe que yo estoy.

No culpo a Elliot por dejarme crecer con los golpes de mi padre, porque a fin de cuentas él también era solo un niño que vivía lo mismo y cosas peores que yo. Elliot a pesar de eso siempre me cuidó, nos podremos llevar fatal a veces, pero en más de una ocasión hizo cosas para evitarme el castigo a mí.

Una vez rompí accidentalmente un jarrón, no lo quise hacer, solo se resbalo y se rompió en muchos pedazo pequeños. Cuando mi padre llegó sabía lo que iba a hacerme, sin embargo los golpes nunca llegaron, él no me rozo un pelo ese día, primero no supe porque. Pero días después me entere que Elliot se había echado la culpa a sí mismo para evitar que él desahogara su enojo en mí.

Y a pesar de eso siempre fui un hermano fatal con él, lo ataqué por haber caído en drogas y alcohol. Me enoje con él por cerrarse a hablar conmigo e incluso llegue a decir cosas que lo hirieron. Pero Elliot siempre estuvo para mí, sin importar que, él me protegió por no haber podido hacerlo antes.

―Quien diría, los hermanos Heller juntos una vez más ―dice Guillermo viéndonos. Elliot disimula una sonrisa mientras Malak sigue abrazada a él. 

Un Secreto En Otoño [#1]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin