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Día 69: Ashley.

30 de Noviembre.

Bajo las escaleras con cuidado ya que todos están durmiendo, yo no pude hacerlo debido a las cosas dichas en el juicio de hoy. Me habían despertado los recuerdos que yo pretendía olvidar.

Me encuentro con la luz de la cocina encendida, cuando me acerco me encuentro con Noelia sentada a la mesa. Sostiene varios papeles mientras apoya su cabeza sobre si mano.

―¿Está todo bien? ―pregunto tocando su hombro. Se pasa una mano por debajo de los ojos mientras voltea a verme con una sonrisa.

―Está todo bien linda. ¿Qué haces despierta? ―me siento a su lado mientras tomo su mano.

―¿Qué sucede Noelia? ―aparta la mirada mientras suspira.

―Es una carta del estado. Creen que hemos estado haciendo las cosas mal ―frunzo el ceño―. Según ellos no está bien que ustedes permanezcan tanto tiempo en una misma casa, así que es probable que los reasignen ―aprieta con fuerza mi mano mientras sorbe su nariz.

―Pero ¿Por qué les presenta una molestia ahora? ―se encoje de hombros mientras niega.

―No te preocupes por esto ahora, ya lo resolveremos luego ―se levanta tomando los papeles mientras me da un beso en la cabeza.

―No te acuestes tarde ―recuesto la cabeza contra la mesa suspirando. Siento una mano sobre mi hombro, volteo y me encuentro con la estúpida hermosa sonrisa de Zack.

―¿No deberías estar durmiendo?

―¿Tú no deberías estarlo? ―me río mientras me levanto caminando hacia la puerta trasera―. Voy a tomar aire ―salgo y me dejo caer sobre el césped cierro los ojos cuando vuelvo a escuchar la puerta abrirse.

―Es mejor tomar esto ―él sostiene una botella de tequila dejándose caer a mi lado.

―No puedo beber durante el juicio ―me encantaría poder hacerlo.

―El juicio no es mañana ―se encoje de hombros y sonrío negando mientras le saco la botella. Le doy un trago para luego pasársela, hago una mueca debido al ardor en mi garganta.

―Noelia va a matarnos ―digo cuando ya ambos tomamos tres tragos largos. Él se ríe apoyando su cabeza sobre mi hombro.

―¿Por qué me dejaste creer eso? ―pregunta sin levantar la cabeza de mi hombro.

―¿Qué cosa? ―le doy otro trago sintiendo como los recuerdos se van alejando.

―¿Por qué no me dijiste en ese momento que no te acostaste con Jeff? ―levanta la cabeza para mirarme, al mismo tiempo me arrebata la botella para beber él.

―Nunca te dije que lo había hecho ―le vuelvo a sacar la botella.

―Pero no me dijiste que no, te quedaste callada ―vuelve a lo mismo de tomar la botella.

―Me molestó ¿Sabes? ―frunce el ceño mientras deja la botella en el suelo―. Zack, tu sabes que odio mi cuerpo y las infinidades de inseguridades que tengo. Apenas pude hacerlo contigo sin sentir que me moría y ¡Dios! ¿Cómo puedes pensar que lograría hacerlo en menos de una semana con alguien nuevo? ―le doy un trago largo al tequila mientras el frunce más el ceño.

―¿Sentiste que te morías conmigo? ―lo miro confundida ladeando la cabeza.

―¿De todo lo que te dije es lo único a lo que le prestas atención?

―Ashley, ¿te sentías incomoda conmigo? ―suspiro levantándome y me imita.

―No es lo que yo dije.

―Es lo que insinuaste.

―No, yo dije que ―antes de que pueda continuar él se me adelanta.

―Dijiste que sentías que te morías conmigo ―en su rostro puedo ver la inseguridad y el miedo.

―Zack, jamás me sentí cómoda con mi cuerpo, tengo cicatrices y me duele de solo verme al espejo. No eres tú Zack. Son cosas que no puedes evitar. Te guste o no, no podrás evitar que me muera cuando alguien me vea en ropa interior o sin ella ―parece que está por hablar pero vuelve a guardar silencio―. Zack, si no me hubiese sentido cómoda contigo no me quedaría ahí y no me quedaría ahora.

―Tú no me quisiste hablar, me evitaste ―en su voz puedo escuchar el dolor―. Ashley, yo te espero constantemente, tú tienes dudas y ahí estoy yo haciéndome a un lado dándote tu espacio para que pienses ―bufa mientras niega con la cabeza―, siempre lo hice Ashley, y estoy seguro que si tú ahora me pidieras que salte de un maldito puente lo haría porque eres tu quien me lo pide y sé lo mal que esta eso. Pero no puedo no hacerlo.

―Zack ―me acerco a él tomando su nuca―. Me alejé, te evite y no quería hablarte porque no estaba lista para entender que por primera vez en mi vida estaba completamente segura ―muerdo mi labio inferior suspirando con frustración―. Si tú ahora me dijeras que salte de un jodido puente lo haría. Porque sé que en el momento en que lo digas me pedirás que no lo haga, confío en ti Zack, me aterra pero lo hago. Así que no digas que me arrepiento ni lo insinúes ―suelto su rostro mientras vuelvo a sentarme.

―Lo lamento ―se sienta a mi lado y yo me cruzo de brazos―. Ashley... ―ladea su cabeza para mirarme pero yo sigo con la vista al frente―. Ash... −toma mi tobillo tirándome hacia abajo mientras comienza a hacerme cosquillas.

―Ya basta ―las palabras se me traban por la risa.

―Mírame, Ashley mírame ―evito mirar su rostro mientras me retuerzo bajo sus brazos. Sigue haciéndome cosquillas mientras pido que se detenga. Sé que si lo miro se detendrá pero una parte de mí no quiere que lo haga.

Luego de un rato cuando ya me duelen las costillas de tanto reír, él se detiene y me mira con una sonrisa ladeada. Paso mi mano por su mejilla y luego por su cabello. Inclina su rostro hacia le mío uniendo nuestros labios. 

Un Secreto En Otoño [#1]Where stories live. Discover now