12.

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Día 11: Jeff.

3 de Octubre.

No había vuelto a ver a Elliot desde esa pequeña discusión. A la mañana siguiente no regresó y seguía sin dar registros de estar vivo, lo cual me preocupaba bastante. Soy un idiota, no debí dejar que se fuera en ese estado, era más que obvio que no podría conducir siquiera caminar por su cuenta y yo lo deje irse.

―¿Quieres hablar de algo? ―casi no había hablado con Alex desde ayer, de verdad estaba preocupado y descargue eso en él.

―No sé nada de Elliot hace dos días ―pone una mano sobre mi espalda dando una palmada.

―Tú hermano es grande y sabe cuidarse, estará bien ―le doy una sonrisa torcida mientras intento concentrarme en la clase, de verdad que lo intento pero no lo logro.

Las cosas con mi padre tampoco estaban muy bien que digamos, ayer se había enojado conmigo y soltó tantos insultos que ni siquiera conocía la mitad de lo que decía. Por suerte Malak estaba en casa de una amiga y no lo presencio, de igual manera, aunque estuviese en casa no se hubiese enterado.

―¿Señor Heller? ―levanto la cabeza cuando escucho al profesor nombrarme, varios tienen sus ojos sobre mí y no entiendo porque.

―¿Si? ―pregunto con desconfianza.

―Acérquese un momento por favor ―camino despacio hacia su escritorio mientras Alex me susurra un "suerte"

―¿Ocurre algo? ―clava sus ojos en mí y siento el sudor frío correr por mi espalda.

―Siéntate, quiero hablar un par de cosas ―tomo asiento en la silla que se encuentra frente a su escritorio―. No es mi problema pero junto con varios profesores notamos cierto comportamiento que nos preocupa, te notamos despistados en casi todas las clases, te cuesta comprender la mayoría de las actividades y nos alarma un poco esto porque al ser su último año no queremos atrasos ―niego con la cabeza tratando de concentrarme.

―Desde pequeño tuve problemas para concentrar mi atención en algo por mucho tiempo ―miento―, estoy tratando de trabajarlo pero es bastante complicado, y la falta de atención hace que me cueste un poco más comprender las actividades ―las palabras salen de mi boca como si fuesen oraciones de un escritor con mucha imaginación.

Nunca tuve problemas para concentrar mi atención, es verdad que siempre me costó un poco pero es algo que nos puede suceder a todos, el profesor asiente y busca algo en su escritorio.

―¿Lo estas tratando con un profesional? ―vuelvo a negar y me extiende una tarjeta―. Es un conocido mío, es psicólogo con un gran expediente, me gustaría que lo visites y lo hables con él, te haría bien intentarlo ―maldigo para mí mismo pero acepto la tarjeta guardándola en el bolsillo de mi pantalón.

Voy nuevamente a mi asiento y Alex me pregunta ―como buen amigo chismoso― que ocurrió. Reviso ambos lados de la tarjeta pensando en si ir o no.

Cuando suena la campana que anuncia el receso del almuerzo me despido de Alex para ir a hablar con Ashley. Ella como siempre está sentada sola en un banco a la sombra de un árbol. No despega la vista del libro hasta que estoy frente a ella que me ve de reojo.

Me siento a su lado y saco dos barras de cereal de mi mochila. Le extiendo una la cual toma con precaución.

―¿Fuiste a...? ―pregunto luego de unos minutos en silencio.

―Si ―responde en seco. Sé que no quiere hablar de eso pero debemos hacerlo.

―¿Estaba...? ―suspira dándole un mordisco a la barra mientras sus ojos siguen fijos en el suelo.

Un Secreto En Otoño [#1]Where stories live. Discover now