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Día 69: Jeff.

30 de Noviembre.

Recuesto la cabeza sobre el escritorio mientras escucho a la profesora leer. Anoche no había dormido casi nada, además de estar nervioso por la segunda parte del juicio, Elliot había salido por la mañana y no volvió. Todo estaba bien entre los cuatro pero simplemente tomó sus llaves y se fue. Guillermo intento hablar con él pero lo ignoró.

Mi madre cree que es su forma de auto preservarse. Todos tenemos una forma diferente de lidiar con las cosas. Guillermo busca soluciones y lidera. Yo intento pensar por quienes están a mi alrededor. Y Elliot se aleja, se aparta y desaparece con tal de no salir lastimado en la explosión.

Con mi madre las cosas iban mejor por suerte. Ella se levanta de la cama y hace los ejercicios que algún doctor le enseñó en su momento. Si bien no estaba totalmente bien, va progresando de a poco.

―Señor Heller, ¿lo aburre mi clase? ―levanto la cabeza y me encuentro con los ojos de casi toda la clase.

―Claro que no profesora, lo siento ―me encojo en mi lugar pero ella no cambia el rostro.

―Estoy cansada de sus revoloteos señor Heller. Constantemente se despista y despista a sus compañeros ―comienza a despotricar―. Su compañero de banco no puede estar atento por tener que estar escuchándolo ―dice señalando a Alex.

―Lo siento profesora pero suelo ser yo quien distrae a Jeff ―me defiende mi amigo.

―No le di permiso de hablar ―lo regaña ella―. Que quede claro señor Heller, usted no tiene privilegios por sobre nadie ―aparta la mirada mientras camina hacia el frente nuevamente―. Y menos luego de matar a una persona ―todos sueltan un murmullo mientras Alex se levanta.

―Eso no es cierto ―tomo su brazo pidiéndole que se vuelva a sentar.

―Usted no tiene derecho a decir eso ―Zack también se levanta seguido de Anthony.

―Está acusándolo de algo que no hizo ―me sorprende verlos defendiéndome y creo que la profesora esta igual.

―¡A la oficina del rector, los cuatro! ¡Ahora! ―bajando la cabeza los cuatro salimos del salón, nuevamente hay murmullos. Caminamos en silencio hasta llegar a la oficina. Cada quien se cruza de brazos mirando al frente sin decir nada.

Le pido disculpas con la mirada a mi amigo y él me hace una seña para restarle importancia. Escucho una carcajada y volteo a ver a Anthony y Zack riendo. Alex se le suma y por inercia hago lo mismo.

―Ashley nos golpearía a los cuatro de vernos aquí ―dice Anthony mientras trata de normalizar su respiración.

―A mí no me conoce, no tiene derecho a golpearme ―los tres volteamos la cabeza hacia él y se encoje de hombros―. Si, seguramente lo haría ―volvemos a reír e imagino la escena.

―Anthony ―llama la secretaria―. Pasa por favor ―recuesto la cabeza contra la pared soltando un suspiro.

―Yo voy al baño ―dice Alex levantándose. Volteo por un instante hacia mi izquierda donde está sentado Zack. Él mantiene los ojos cerrados mientras suspira.

―Gracias por eso ―susurro viendo nuevamente al frente.

―No es nada. Además culparte a ti es culparla a ella. Y yo confío en ella ―frunzo el ceño cuestionándome si preguntar sobre eso. No es de mi incumbencia pero me da curiosidad.

Me levanto y camino unos pasos para después volver a sentarme. Me cruzo de brazos y los vuelvo a aflojar nervioso.

―Mierda Heller ¿Qué quieres preguntar? ―jamás entenderé su necesidad de soltar groserías constantemente.

Un Secreto En Otoño [#1]Where stories live. Discover now