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Día 17: Ashley.

9 de Octubre.

Lo observo reír mientras se lleva una papa frita a la boca. Zack me había invitado a almorzar luego de clases, al principio me negué, tenía pesado ir a ver a mi madre pero me aseguró que él mismo me levaría después hasta el hospital.

―¿Qué estás leyendo ahora? ―pregunta cruzándose de brazos por sobre la mesa.

―Es de una chica que es acosada por un desconocido y todo eso. Aunque ella es una real molestia ―me escucha atento mientras come su hamburguesa.

―¿Eso por qué? ―le doy un trago a mi refresco mientras observo sus ojos.

―Se cree el centro del universo y es bastante irritante ―suspiro con frustración.

―¿No se supone que la protagonista debe ser el centro? ―niego con la cabeza mientras el frunce el ceño.

―Si bien la historia es sobre ella, cada cosa que sucede le hace pensar que es su culpa y oh wow vuelve a ser un mártir. Es irritante ―me dejo caer contra el respaldo de la silla escuchándolo reír.

―¿Y si tan mal te cae ella, por qué lo sigues leyendo? ―me encojo de hombros dándole un bocado a la ensalada.

―Me gusta el algo de la protagonista ―digo y él ladea la cabeza.

―¿El algo?

―No son novios porque ella no quiere, pero es claro que se gustan ―toca con su manos mis dedos por sobre la mesa llamando mi atención, muerdo el interior de mi mejilla para evitar mostrar alguna reacción.

―¿Cómo tú y yo? ―su pregunta me toma algo desprevenida. Estoy por responder hasta que mi teléfono suena.

―Hola ―contesto sin borrar la sonrisa.

―¿Ashley D'angelo? Llamamos del hospital. Es su madre, una emergencia ―dejo de escuchar el resto y me levanto apurada mientras camino apurada hacia la calle para tomar un taxi.

―¡Ashley! ―lo escucho gritar a Zack pero no respondo y me concentro en darle la dirección al taxista.

Cuando el auto se estaciona ni me preocupo en esperar el vuelto del conductor. Camino casi corriendo hasta llegar a la habitación en la que se encuentra mi madre, Noelia está junto a la ventana mientras observa todo preocupada.

―¿Qué? ¿Qué le sucedió? ―mi voz sale temblorosa en cuanto logro ver dentro de la habitación.

Hay unos cinco enfermeros y dos doctores. Acomodan la camilla para estar recta mientras tratan de detener el vómito y los espasmos que sufre su cuerpo, la veo sacudirse antes de que un doctor pida algo que no logro escuchar el nombre. En los monitores puedo ver como sus signos vitales descienden hasta hacerse casi nulos.

―Ashley, deberías... ―dice Noelia tomando mi brazo. Veo de reojo a Gerard llegar e intenta pedirme que me tranquilice, pero al ver como conectan un desfibrilador a su cuerpo solo puedo asustarme más.

―Te amo mi niña ―dijo con una sonrisa besando mi mejilla.

―¡No hay pulso! ―mis ojos se llenan de lágrimas al ver que no tienen respuesta.

―Todo va a estar bien ―le dije con seguridad antes de verla entrar al quirófano.

―Inicien compresiones ―la enfermera se aparta para centrarse en el monitor mientras comienzan a presionar su pecho.

Un Secreto En Otoño [#1]Where stories live. Discover now