20.

39 5 4
                                    


Día 57: Jeff.

18 de Noviembre.

Estos últimos días había pasado demasiado tiempo con Ashley, no es que me moleste, todo lo contrario de hecho, conocí una parte de ella que me agradaba. Poco a poco va superando lo de su madre, todavía le duele y eso todos lo ven. Pero está pasando esa parte de pasos pequeños.

Guillermo se había ido poco después pero prometió volver en estos días. Elliot seguía siendo el mismo pero creo que nuestra relación va mejorando de a poco, hace chistes e incluso se ríe. Malak sigue creyéndose esa pequeña diosa del mundo. Con quien las cosas eran complicadas era con mi padre, luego de que Guillermo se fuera volvió a ser el frío que al mínimo ruido comienza a lanzar mierda en todas las direcciones. Mi madre volvió a enfermar pero solo fue un pequeño resfriado del que ya se está recuperando.

Algo que si se estaba poniendo raro eran las cosas con Merassi, hay días que casi ni me habla y me molesta porque cuando le pregunto simplemente me ignora. Es mi amiga y quiero saber que le sucede.

También había aprendido a no tenerle tanto odio al café, Ashley se lo pasa tomándolo y el olor se me hizo costumbre. No diré que es mi bebida favorita pero ya no es tan horrible.

Camino por los pasillos del colegio mientras busco a Ashley, le había prometido venir a buscarla ya que Elliot iría por Malak, así que podríamos salir a pasear o algo así. Cuando la veo está sentada en el suelo con un libro mientras muerde su dedo pulgar, eso es algo que había notado hace poco, cuando lee suele morderse el labio o el dedo, me dijo cuándo le pregunte que es porque se concentra. Cosas de lectores supongo.

Esta tan concentrada que no debería hacerlo pero no puedo resistirme y suelo un buh cuando estoy a su lado. Ella se asusta y me ve enfadada yo solo puedo reírme al ver su reacción.

―¡Jeff! Eso no es gracioso ―dice golpeando mi hombro con el libro.

―Para mí si lo es ¿Qué lees? ―pregunto tratando de ver la portada.

―Cosas que no te incumben ―la ayudo a levantarse y noto que tiene un par de lágrimas bajo los ojos.

―¿Estabas llorando? −pregunto preocupado, la verdad es que me preocupaba que algo la afectara a tal punto de volver a derrumbarse por lo de su madre.

―Los finales me ponen triste ―dice tímidamente. Ashley, bajo toda esa fachada de chica en soledad que es dura y fría, realmente es dulce y atenta.

―¿Quieres ir a comer? ―pregunto después de abrazarla. Paso un brazo por sobre sus hombros mientras comienzo a caminar.

―Siempre quiero comida ―dice y es verdad. Siempre que le ofrecieras algo de comida constantemente ella lo aceptaría con gusto, algo que me parece raro ya que es realmente delgada y por lo que sé nunca hace ejercicio.

Reímos mientras caminamos hacia una cafetería nueva que está frente al colegio. Pedimos cada uno lo suyo y esperamos mientras hablamos de las clases y como estaban siendo agobiadoras. En cuanto nos traen la comida empezamos a comer mientras seguimos divagando de temas.

―¿Sabías que dicen que está basado en hechos reales? ―pregunta cuando nos ponemos a hablar de su libro, ya me había contado una vez sobre ese que está leyendo ahora así que no soy tan indiferente al tema.

―¿Y tú que piensas de eso? ―se queda mirando muy pensativa su hamburguesa mientras yo tomo una papa frita.

―Pienso que es una muy buena forma de vender libros ―dice mientras toma un trago de su refresco―. De hecho fue el motivo principal por el que compre el libro ―comenta.

Un Secreto En Otoño [#1]Where stories live. Discover now