35. Final

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Día 90: Jeff.

21 de Diciembre.

―Cuéntame, ¿qué tal todo ahora? ―recuesto mi espalda contra el sofá en el que me encuentro sentado y suelto un suspiro.

―Elliot y Guillermo hablaron. Creo que él va a intentarlo. Aunque vamos a tener que hacer un gran esfuerzo, todos. No va a ser fácil teniendo en cuenta el tratamiento de mamá. Pero vamos a poder lograrlo, eso espero ―Keller se acomoda las gafas por sobre el puente de la nariz antes de levantar la cabeza hacia mí.

―¿Y tú cómo te sientes? ―es una pregunta la cual me cuesta responder. ¿Es egoísta decir que me siento bien? ¿Es egoísta sentir que ya todo está bien?

―Es extraño, no te diré que soy un chico totalmente feliz, pero siento que una parte dentro de mí prefiere esta nueva esta nueva realidad ―anota eso en su libreta para luego mirarme cruzándose de brazos.

―¿Sientes que hay algo que te haya quedado pendiente? ―ladeo un poco la cabeza y sonrío.

―Sí, y es algo que resolveré hoy mismo ―asiente satisfecho y hago lo mismo.

Día 90: Ashley.

21 de Diciembre.

―No voy a ponerme eso ―digo cuando Jeff me extiende una especie de venda.

―Vamos Ashley, no seas cabeza dura ―me cruzo de brazos en señal de negación y él detiene el auto―. Entonces yo no encenderé el auto ―se cruza de brazos. Nos quedamos así mirando hacia el frente sin decir nada. Suspiro con frustración arrancándole el lazo.

―Eres un estúpido manipulador ―digo cuando se ríe.

―Así te gusto ―aparto la mirada y ato la venda con fuerza.

Conduce por casi cuarenta minutos hasta que escucho el auto detenerse. Se baja para luego llegar a mi puerta y ayudarme a hacer lo mismo. El suelo debajo de mis pies no es completamente duro, lo que me hace creer que puede ser césped. Desata la venda dejándome ver el lugar.

―Te dije que merecías tu final cliché ―niego con la cabeza mientras río.

Los colores en el cielo se reflejan dando luces naranjas y amarillas. El sol está en la posición exacta para quedar entre medio de dos montañas. Me sonríe antes de dejarse caer en el suelo. Hago lo mismo quedando sentada a su lado.

―No tienes una idea de lo que me costó encontrar este lugar ―me río centrando mi vista en el paisaje.

―Vale la pena ―inhala con profundidad antes de ir soltando el aire despacio.

―Noventa días ―dice suspirando.

―Noventa días ―repito―, desde que todo esto empezó ―frunzo el ceño y giro mi cabeza para observarlo―. Creo que nunca te lo pregunte ¿Por qué lo hiciste? ―se encoje de hombros mordiendo levemente su labio inferior.

―No lo pensé mucho, yo... vi que te estaba atacando y solo reaccione ―explica―. Y si volviera a ese momento, si me dieran la oportunidad de hacer las cosas diferentes, no lo cambiaria ―me sorprendo y frunzo el ceño, lo cual él nota y ríe―. No dejaría que te hagan daño, Ashley. Jamás ―recuesto mi cabeza en su hombro respirando profundo.

Vuelvo a enderezarme y nos quedamos así por un largo rato. En silencio mirando el atardecer me doy cuenta que a pesar de todo, yo tampoco cambiaria lo que sucedió, ya que eso significaría no haber conocido a Jeff. Y conocerlo es de las pocas cosas que no me arrepiento.

―¿Y ahora que harás? ―pregunto con curiosidad, a lo que él niega lentamente.

―La verdad, no lo sé. No tengo idea de que hacer ―desde la primera vez que hablamos nunca lo había escuchado decir eso. De los dos era quien siempre tenía un plan. Sabía hacia donde ir y por cuanto tiempo.

―Se feliz ―pongo una sonrisa triste y siento un pinchazo en el pecho al repetir las palabras que dijo mi madre―. Es lo que yo haré ―volteo a verlo por un breve momento antes de centrar mi vista al frente.


No sé qué tanto me alegra saber que este es el final, porque lo es. Nuestro secreto por más grande o doloroso que fuese solo estaba destinado a durar esto, un otoño.

Tal vez a una pequeña parte de mí en el fondo le gustaría pensar que hay más que contar, pero no. Nuestra historia, por más que queramos, está en su final. Aquello que en su momento nos unió para volvernos más que dos desconocidos, hoy nos está alejando. Porque hay heridas que sanar y promesas que cumplir.

Prometimos no volver a hablar, prometimos no dejar que nos afecte. Prometimos tantas cosas que no cumplimos.

Pero hay algo más. Una promesa que ambos sabemos, sin necesidad de palabras, que cumpliremos.

Hoy, último día de un infernal otoño. Prometimos dejar todos los recuerdos, todos los sentimientos, como nada más que un secreto en otoño.


Fin. 

Un Secreto En Otoño [#1]Where stories live. Discover now