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Año 2016. Ashley.

20 de Octubre.

Me cruzo de brazos frente al hombre que se encuentra sentado frente a mí. Él toma su café tan tranquilamente al mismo tiempo que come una tostada, lo hace con tanta clase que si lo vieras no creerías todas las cosas que acaba de soltarme.

Por mi parte solo puedo alternar la vida entre él y mi café. En cuanto vio lo que pedí soltó el típico discurso acerca de ser muy joven para tomar cafeína, pero lo mire con mala cara para luego darle un trago largo.

―¿Puedes dejar de mirarme así? ―pregunto con su notable acento inglés.

―No quiero ―respondí de mala gana suspirando.

―Tienes el mismo carácter que ella ―dijo con una leve sonrisa.

―¿Halle? ―pregunté frunciendo el ceño. A lo que él niega dándole un trago a su bebida.

―Minerva ―asentí bajando la mirada hacia la mesa, gracias a lo que me contó ya podía saber a quién se refería―. De hecho me recuerdas bastante a ella, mismos ojos, sonrisa. Incluso tu forma de hablar ―me observo con media ceja enarcada―, eres igual de bonita que ella.

Observé mi teléfono sobre la mesa para evitar prestarle atención a su comentario. Desde que me encontró los había estado haciendo pero preferí fingir que no.

―Hay algo que no entiendo ¿Tu vendrías a ser mi abuelo? ―comenzó a reírse y negar con la cabeza.

―No, tuve una aventura con Minerva, pero ella ya tenía a tu madre. De hecho ella estaba embarazada de Celeste la última vez que nos vimos ―vuelvo a fruncir el ceño sin entender realmente lo que dice.

―¿Quién es Celeste en esta ecuación? ―se cruza de brazos al enderezarse.

―Celeste Bell ―dice con obviedad―, tu tía ―dejo escapar un suspiro mientras rasco mi mano con nerviosismo.

―No sabía que tenía una tía ―murmuro acomodando mi cabello.

―Minerva era de esconder secretos, así que no me sorprende. A lo que venía ―se aclara la garganta tomando mi mano por sobre la mesa, observo la acción con precaución―. No conocí a tu madre, pero si a tu abuela y me gustaría que te vinieras a vivir conmigo.

Me atraganto con el café por lo que comienzo a toser alejándome de su tacto. No sé quién carajos se crea este hombre pero está totalmente equivocado si cree que por haber estado con mi abuela podríamos llegar a tener un vínculo.

―No te conozco y no tenemos ningún tipo de relación sanguínea así que disculpe, pero no será la sustitución de un abuelo ausente ―se ríe por lo bajo con la boca cerrada antes de volver a mirarme a los ojos.

―No busco ser un reemplazo de tu abuelo. Pero creo que podríamos encontrarte otro lugar en mi casa ―frunzo el ceño antes de bufar y levantarme de mi asiento en cuanto entiendo su indirecta.

―Jodase, Carter ―digo su apellido despectivamente antes de acercarme a la caja y darle una leve sonrisa a la cajera―. El señor paga ―ella asiente mientras yo salgo de la cafetería.

Día 83, año 2017. Ashley.

14 de Diciembre.

Una mano viaja entre mis costillas con suavidad mientras su aliento choca contra mi cuello. Sonrío al sentir las cosquillas y él hace lo mismo.

―Debería irme ―se levanta un poco para acercar su rostro al mío y comenzar a dejar besos sobre mis labios.

―Es pronto ―murmura descendiendo por mi cuello. Entrelazo sus manos con las mías y Zack detiene los besos acostándose a mi lado―. ¿Está todo bien? ―asiento suspirando mientras acomodo mi cabello.

―Tengo una reunión con Keller, tu madre insiste en que es lo mejor. Ya sabes, cree que así Jeff y yo podríamos darle un cierre a esto ―bufa antes de apartar de mala gana la sabana.

Se levanta para alcanzar su ropa interior y luego sus pantalones. Me incorporo mirándolo con el ceño fruncido.

―¿No que era pronto? ―suelto una pequeña risa pero él no lo hace, en cambio sigue vistiéndose―. Zack ¿A dónde vas? ―pregunto alcanzando su mano pero delicadamente la aparta.

―Ahora, a cualquier lugar donde no escuche sobre tú y Heller ―antes de que pueda decir algo sale de la habitación de mala gana. 

Un Secreto En Otoño [#1]Where stories live. Discover now