El Chico de la Venda en los ojos I & II (Satoru Gojo x OC)

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—𝕊𝕒𝕥𝕠𝕣𝕦 𝔾𝕠𝕛ō—

¿Cómo de la rozadera de cuerno, terminamos en esto?

Cuando dije que jugáramos a la casita no esperaba esto y mucho menos al amante.

Era lo que pensaba Satoru quien estaba recostado en una pilastras con los brazos cruzados, en la gran sala de su casa, viendo como Itadori, Androssi y Sukuna, sí Sukuna comían en el gran sofá frente al televisor mientras decidían que película ver.

—Oye, pequeña puta...

—Eh, eh — le reclamó Androssi a la maldición — el vocabulario.

—No me estés provocando — dijo serio la maldición desde el cuello del chico.

—Tú no me estés provocando — le respondió ella mientras se comía un takoyaki.

—Mmmm, pásame uno de esos ¿Cómo dijiste que se llamaban?

—Patacones.

—Sí, eso la fritura. Dame uno.

—¿Cómo se dice, Sukuna? — le sonrió ella juguetona.

—Ya te dije que no me provoques — le contesto entre un gruñido — te he perdonado la vida porque tu comida es la mejor que he probado, pero igual te violaré cuantas veces quiera y te haré mi zorra.

—Lo que digas — dijo ella llevando un patacón frente a la boca de Sukuna— pero ahora si no dices las palabras mágicas, esto — mordió el patacón — ni con nada de la mesa, te alimentaré.

—Eres una...

—Eh, ehh en Kioto Suk...

—Bella princesa — gruño, la maldición enserio quería una de esas frituras, pues su actividad favorita es comer y había quedado encantado con la comida de aquella chica pero la castaña también lo irritaba sin mencionar que estaba llena de vida y eso era algo que él detestaba.

—Eso está mejor... entonces ¿Cómo se dice Sukunita?

—No me llames así... y no lo diré. Te ordeno que me alimentes.

—No

—Androssi san, ¿Ya viste esta? — le dijo Yuji mostrándole una de las miles de películas de la pila mientras sostenía al muñeco con una de sus manos — yo no la he visto.

—Sí, ya la vi pero es mi película favorita así que puedo verla de nuevo y dime Andro o Drossi sin el san ni nada...

—Oh, está bien... Entonces veamos esta... — sonrió Yuji mientras colocaba la película en el reproductor.

—Eres una vergüenza ¿Cómo te va a gustar eso?. Solo mira el título, yo antes de ti. Pensé que eras más interesante.

—Cállate, ni siquiera la has visto tonta maldición — le saco ella la lengua.

—Para ti soy mi rey... ahora dame un patacón

— ¡las palabras mágicas!

—Palabras mágicas tu...

—Mmmm, esta delicioso. —Androssi se rio de él mientras mordía un patacón.

—Drossi eres muy divertida, enserio lo estas irritando — le dijo Yuji quien escuchaba en su mente los pensamientos de aquella maldición — jamás lo había visto así.

—Está bien, Sukunita— ten le puso el patacón en la boca — seré buena contigo.

—Ahora dame un takoyaki — la castaña obedeció mientras se reía de aquella maldición que se estaba deleitando con su comida. Pues a ella le encantaba hacer a la gente feliz con ella, sin importar quien fuera — mmmm gambare gambare y te haré mi reina.