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ᴀᴅᴠᴇʀᴛᴇɴᴄɪᴀ: ʟᴇᴍᴏɴ ᴄᴏɴ ᴀɢᴜᴀ

——

Androssi bailaba y cantaba frente al Gojō que estaba sentado en el sofá negro frente al ventanal que daba vista a la iluminada ciudad. Aún a las 2 am, se veían los movimientos de carros y las luces de Shibuya.

El Gojō no había parado de mirarla desde que estaban allí, los dos estaban en aquel gran cuarto del piso 35 del Cerulean Hotel, con Kuroo totalmente muerto en la cama.

Ella estaba en su mundo, en su propio trip producto de la combinación de shots de tequilas y cervezas de chocolate que tanto ella como él albino habían estado bebiendo la ultima hora.

Satoru estaba algo bebido, debido a que no acostumbraba a beber por el sabor amargo en las bebidas que contenían alcohol y a pesar de que la chica cargaba su gran chaqueta, no podía evitar encenderse por los movimientos tan peculiares de aquella Zahard y las canciones tan sugestivas que cantaba en ese acento que lo mataba.

Estas canciones son demasiado sexuales- pensaba él, aun sin saber cómo se estaba controlando ante esa chica que lo traía vuelto loco en todo sentido. Nunca le había importado sobrepasarse con una chica o aprovechar el momento, después de todo él era del tipo que vivían de forma espontánea, hasta que la conoció a ella.

Como quiere papi rápido lento, soy adicta a tu movimiento — canto ella mirando al albino, que se mordió los labios y luego ella regresó a su mundo. — y aunque hay veces que yo te miento, en las noches se me nota lo que siento.

Me siento como el bro, me esta matando...

—¿Tú quieres comerme toda?— canto sin dejar de bailar.

Si quiero, puta madre la odio...

Ni siquiera lo está intentando y me esta seduciendo.

Y... ¿Qué diablos es mamarre? – pensó escuchando el cambio de canción sin dejar de mirar de forma penetrante a la chica a través de sus lentes.

—Hace calor ¿no crees? — le ella pregunto al albino.

Joder que sí...

El aire estaba en 16° y era de madrugada por lo que hacía bastante frío en aquella habitación.

—¿Androssi? ¿Qué estas haciendo? — le pregunto preocupado viendo como ella se bajaba un poco el cierre de la chaqueta, metió sus manos dentro de este y en cuestión de nada su sostén negro cayó al suelo.

Me van a tener que llevar a un manicomio por su culpa.

—Odio los sostenes. Me aprietan y pueden hacer que los senos se caigan.

Ok, demonio. No me molesta, pero en este momento sí.

We out here drippin' in finesse. It don't make no sense. — canto acercándose al albino.

Uff al menos cambiaron las canciones.

—Al menos baila conmigo. — le tomó la mano.

Pero Satoru por reflejo lo que hizo fue jalar a la chica, haciendo que cáyese torpemente sobre él. Con una rodilla entre las piernas abiertas del mayor, sus manos sobre el pecho del albino para evitar el golpe, tal acción hizo que sus rostros quedasen próximos uno al otro y sus miradas se encontraran, a pesar de que el ojiazul aun cargaba lentes.

Androssi a la cual el alcohol la volvía audaz y sincera sonrió perversa y Satoru trago saliva sin dejar de mirar sus labios rosados, pero no la besó. El orgullo y que su nuevo mejor amigo estuviera en la cama no lo dejaron.

El Chico de la Venda en los ojos I & II (Satoru Gojo x OC)Where stories live. Discover now