El Chico de la Venda en los ojos I & II (Satoru Gojo x OC)

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𝓪𝓭𝓿𝓮𝓻𝓽𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪: 𝓼𝓶𝓾𝓽, 𝓼𝓹𝓸𝓲𝓵𝓮𝓻𝓼 𝓗𝓪𝓲𝓴𝔂𝓾, 𝓬𝓪𝓼𝓾𝓪𝓵

✭ [S] ☆

¡Dios!

Ella es tan ardiente que me calienta solo con verla.

Me atrae y me tiene completamente loco.

Una cosa llevó a la otra y ahora estamos en mi habitación, jugando a pecar.

Tentándonos el uno al otro, desde ese glorioso momento. Desde el momento en que nuestros labios se juntaron de nuevo, luego de un par de copas compartidas en un bar, caminamos por las calles hasta no poder más con el coqueteo y las distancias y me abalance a ella para robarle un beso hasta arremeterla contra la pared de un callejón.

Me seduce con su mirada.

Sus carnosos labios algo rojos por las mordidas en besos que le he dado, llaman a los míos como si los necesitara. Su par de ojos ámbar gatunos me observan tentadores invitándome a pecar. Invitándome a hacerla mía, como siempre debió ser, como está plasmado en varios de los recuerdos que he podido recuperar y que se fueron sin aun entender cómo.

Androssi se desabrocha lentamente los botones de su camisa blanca en un baile sensual, exponiendo un sostén de encaje lila que apretaba sus pechos dejándome ver ese tentador lunar que tanto quiero chupar.

La imagen es preciosa....

Ella con su camisa abierta enseñándome su sostén, parte de su tatuaje de zorro se asoma en su costado, está de rodillas sobre la cama con sus piernas ligeramente abiertas las cuales solo son cubiertas por parte de una falda negra que se le ha subido hasta sus gruesos muslos. Muerde su labio de forma libidinosa y me mira intensa con hambre de mí y solo de mí.

¡Es demasiado sensual!

Su sonrisa juguetona se asoma en su rostro y sus ojos brillan en deseo puro.

Desde que salimos a beber y la observé en ese conjunto de camisa blanca y falda negra, quise quitarlo, dejarla completamente desnuda frente a mí y descubrir aquel ardiente cuerpo que ya conocía, pero quería volver a probar una y otra vez sin parar.

¿Cómo me he podido aguantar tanto?

Un par de copas y ambos estamos a punto de tirarnos el uno sobre el otro y ceder ante nuestros más oscuros deseos. Deseos que llevo guardando hace más de un mes sin actividad sexual, jamás había aguantado tanto, pero la espera había valido la pena, porque ahora la iba a tener, iba a entrar en el único lugar prohibido que quería entrar, a estar con esa mujer que deseo con todo mi ser.

A la única que he deseado más que el azúcar, a ella, a Androssi Agüero Zahard.

No creo que ella se acuerde de que tiene novio y en estos momentos a mí ni siquiera me importa ser buen amigo con el bro o lo que suceda si la tomo.

Solo quiero cogérmela,
hacerle el amor hasta que se desmaye.
Quiero hacerla mía por completo,
solo mía,
que grite mi nombre sin parar.
Meterme entre sus piernas y que seamos solo uno.
Follármela duro y sin piedad.

—¿Cuándo piensas venir a ayudarme? — pronuncia en tonos seductores desde la cama — ¿Vas a dejar que me desnude yo sola?

¡Joder!

Me acerco a ella para acariciarle con dos de mis dedos suavemente desde el inicio de su mejilla hasta al cuello, sin dejar de mirar ese par de ojos que me tienen como loco.