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—Sensei, no sabía que cocinaba tan bien — dijo Itadori mientras comía el arroz junto al resto del típico desayuno japones. — esto está muy bueno.

—Soy bueno en todo lo que hago — sonrió arrogante.

—La puta cocina mejor y ¿qué le paso y por qué no está cocinado para mí? — expresó la maldición desde la mejilla del chico en tono despectivo ya que no le gustaba para nada ver cómo el Gojō alimentaba a aquella chica moribunda en el sillón, ahora vistiendo una camiseta azul del mayor.

—Deja de llamarme puta, Ryōmen y ¿qué crees que soy? ¿Tu criada? — se quejó ella, ya que su fiebre regresó esta vez aún más alta y ahora tenía dolor de cuerpo y migrañas por usar su habilidad de atraer cosas a ella con el albino para molestarlo aun sabiendo que estaba débil.

—Ey, ey ¿Por qué me llamas así? ¿Qué pasó con Sukunita? ¿Qué hay con ese tono.

—Pensé que lo odiabas, Sukunita...

—Se enfermó porque es una débil Zahard — dijo el albino a lo que ella rodo los ojos, no tenía energía para tratar con ese par arrogante.

—Así que eres más sumisa de lo que muestras ¿ah?. Así estas mejor.

—Cállate, Sukuna.

—Hora, hora — le dijo el chico de la venda moviendo un poco la cuchara con algo de sopa de miso frente a ella — abre la boca cornuda.

—No hagas eso — protestó ella con sus mejillas ruborizadas — estúpido Gojō.

Aquel hombre llevaba rato dándole de comer mientras ella prácticamente moría en aquel sillón. Ninguno de ellos se percató, pero la maldición desapareció de la boca de Itadori irritado sin sentido ante la escena.

—Drossi ¿Entonces te enfermaste por pelear contra Gojō sensei?

—Sí, Yuji. Eso les sucede a los enclenques que intentan desafiarme.

—Oiga sensei no hable así de ella.

—Gracias, Yuji eres un amor.

—Los miembros del tonto clan Zahard nacen con una cantidad estúpida e irracional de energía maldita que viene de la nada, pero sus cuerpos no lo soportan — le dijo Gojō a Yuji que seguía comiendo y él seguía alimentando a la chica — por eso usan esos brazaletes para sobrellevarla un poco sin repercusiones como esta — señalo a la chica moribunda la cual solo levanto la mano en señal de paz — pero Androssi tiene inclusive más que un Zahard normal por eso pudo luchar contra mí, además de que tiene más de 3 habilidades, pero como todo Zahard es débil y así mismo el cuerpo se lo cobra... ¿Es así no, enana?

—Débil tu pito...

—Pero que vocabulario para una dama— se burló el albino del característico rodar de ojos de la chica y de que aun moribunda tenía energías para responder.

— y no viene de la nada, viene de una diosa, traga nubes. — le saco la lengua.

—Ustedes y sus estúpidas diosas.

—No insultes las creencias.

—Pensé que no creías en eso.

—Solo, no insulto lo desconocido.

—Jum, pues llevas insultándome a rato.

—Tú solo eres un idiota conocido.

Por naturaleza el albino quería devolverle el insulto, pero solo la pudo mirar con cariño al ver como ella sufría en aquel sillón por andar de necia.

El Chico de la Venda en los ojos I & II (Satoru Gojo x OC)Where stories live. Discover now