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—¿Qué haremos ahora?— pregunto Yuji acercándose a mí y a la tía Aries

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—¿Qué haremos ahora?— pregunto Yuji acercándose a mí y a la tía Aries.

—Androssi debe ir a dejar la caja en el consejo de chamanes y nosotros iremos con Tengen .

—Esa idea no me agrada — reclamo.

—¡A mi tampoco! — agrega Yuji. — ¡Hay que sacar a Gojō sensei!

—Debemos exterminar las maldiciones que quedan — Panda.

—Recuperar si hay vivos — Momo.

—Yo tengo algo que hacer — dijo Mai antes de irse.

—Yo solo quiero ir a dormir — expreso Kusakabe, el profesor de segundo año.

— Pensé que me había desecho de todas y sacado a la mayoría— miro al cielo frustrada, había muchas personas dentro de los subterráneos escondidas.

—Mis compañeros y yo nos encargaremos de ellos — expreso la tía señalando a los chicos— Anda Androssi, haz tu trabajo.

—Yuki ¿Esta bien que ella lleve la caja a los ejecutivos? — preguntó Utahime pareciendo saber algo que yo no.

—Es su trabajo.

— ¡Ah que fastidio! — exclamo.

No me hacía nada de gracia llevarle la cajita al consejo chamán, mucho menos a mi abuelo o a los Gojō, pero bueno tendría que hacerlo. Podía sacarlo usando mi poder, pero me habían ordenado no hacerlo así que tendría que buscar una forma en que mi cerebro obviara la orden para que no me doliera catastróficamente si me rebelaba contra ella y en estos momentos no se me ocurría nada porque tenía mi mente en miles de cosas más y en el dolor que me sucumbía.

—Esta bien, llevaré esto — miro la caja entre mis manos y me escalofrío un poco. Todo el rato he estado exorcizando maldiciones sin recordar que las odio y tal vez es porque tengo la mente en miles de cosas— luego los alcanzaré para que encontremos una forma de que escape.

—¡Sí, Drossi san! — respondieron al unísono mis dos lindos alumnos.

Sonreí ante el panda y el niño con cara triste.

—¿Cómo estas Yuji? — le pregunte jalándole una mejilla. —¿Quieres hablar de esto?

—Auch Drossi san eso duele — se quejó en una pequeña sonrisa agarrando mi mano —Hay que seguir — dijo intentando convencerse y entendí que parecía no querer hablarlo.

Le despeine un poco el cabello mientras usaba un poco de mi técnica inversa para que se sintiese un poco mejor por lo menos físicamente.

—¿Drossi san?

—¿Sí?

—Quiero preguntarle algo antes de que se vaya — lo mire intrigada y luego él junto sus dedos nervioso, luego habló en voz baja pero había un panda muy atento de nuestra conversación — ¿Si usted es la prometida de Sukuna, eso quiere decir que es mi prometida?

El Chico de la Venda en los ojos I & II (Satoru Gojo x OC)Where stories live. Discover now