El Chico de la Venda en los ojos I & II (Satoru Gojo x OC)

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—¡Androssi! — gritaron ambos chicos a la vez al ver a aparecer a la castaña frente a ellos con un montón de ropa de la nada.

—¿Llegué en mal momento? — soltó ella entre risas, al enterarse del momento de que había interrumpido.

Las lágrimas de enojo que habían salido producto de su riña con el Gojō, se fueron al instante al ver las cara de sorpresa de sus amigos al haber sido descubiertos de aquella forma.

—¡Tienes que dejar de hacer eso!— le riño Hak tapándose con un almohadón su zona importante.

—Lo siento, lo siento... no espere que...

—¡Oh, cariño esos ojos! — se levantó repentinamente Yona, al notar lo hinchados que estaban los ojos de la chica, sin importarle que estaba desnuda y la abrazó. Androssi le correspondió el abrazo con fuerza, sin saber que lo necesitaba — ¿Qué sucedió?

—Yona vístete — le lanzó Hak un vestido a la chica que cayó sobre las cabezas de Androssi y ella — no abraces a Androssi así.

—¿No ves que la niña esta triste? — dijo acariciándole el cabello a lo que fulminaba con la mirada a su novio.

—Pero, esa no es forma de... bah, olvídenlo — dijo él vistiéndose— ¿Tenemos que limpiar la escena del crimen?

—No lo mate...

—Bien, es muy tarde para andar haciéndose cargo de eso. — se levantó del sofá para ir a la cocina.

Androssi solo le sonrió a Hak mientras seguía abrazando a Yona, sabiendo que esos dos siempre habían estado para ella y harían cualquier cosa por ella, aunque los haya interrumpido en el sexo sin querer en más de una ocasión.

—Vamos Julia, vístete — le dijo un poco más tranquila— después a Hak le va a dar algo, pensando en que te le voy a robar.

— ¿Quieres hablar de eso, linda? — le pregunto vistiéndose.

—No, no quiero — dijo sentándose en el sillón

—Está bien, cuando estés lista... ¿Escuchamos música? — le preguntó pero ella ya estaba encendiendo el reproductor y poniéndolo a todo volumen.

— Yona no pongas eso a esta hora....

Pero ya era tarde, la chica había puesto el rock pesado a todo volumen y ambas chicas habían empezado a saltar y cantar a todo pulmón.

—Ufff ¿Qué hare con ese par?... por suerte tengo de su favorito — dijo mirando el pote de helado de brownie en la refri, el cual sacó en lo que recibió una llamada. —¿Qué le hiciste, viejo?

—¿Esta contigo? — le preguntó angustiado el albino desde la línea.

—Sí...

—¿Está bien?

—No sé si lo está, pero lo estará...

El pelinegro solo escuchó el suspiro profundo de aquel hombre que tenía casi su edad y aun así se comportaba como un adolescente idiota.

—Me alegra saber que esta contigo.

—Solo te diré que esta vez las flores, no serán suficiente... — le dijo el pelinegro viendo como su hermana y su novia saltaban al ritmo de una canción de metal.

—Lo sé, soy un imbécil.

—Me alegra que lo reconozcas.

—Oye, le podrías decir que...