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Todo sucedió demasiado rápido, juré que Androssi había partido y yo había quedado solo en mí desesperación mirando al cielo

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Todo sucedió demasiado rápido, juré que Androssi había partido y yo había quedado solo en mí desesperación mirando al cielo.

Estaba tan frustrado que no me percaté de que me había escuchado y no fue hasta que habló que me di cuenta de aquello.

—¿Azul? — pronunció aquello lentamente y yo asentí con una sonrisa nerviosa.

Allí estaba ella parada, mirándome con sus enormes ojos ámbares en emociones que yo no comprendía, sus ojos estaban tan mezclados que me eran indescifrables y lágrimas abrumantes  que se confundían con la lluvia.

Pensé que esto lo resolvería todo, que al ella escuchar que yo era él, Azul, que siempre he sido su amigo desde la infancia, ella recordaría todo y este momento era el que estaba esperando, pero no fue así.

Pasaron milisegundos entre los que corrí hacia ella, la tomé entre mis brazos antes de que su cabeza chocará contra el suelo y aparecí en la habitación que compartía con Yona y Samu.

Yona y Samu se me quedaron mirando sorprendidos.

—¡Ajá sabía que no estaba loco! — grito el de pelo gris señalándome y al instante Yona lo noqueo, otra vez.

—¿Qué que pasó, por qué está sangrando?

Se acercó desesperada a nosotros y se quedó mirando el que parecía ser un derrame nasal.

—¿Eso... eso es sangre? — solté abrumado, porque si era sangre no era roja era dorada.

—Sí, su sangre es de ese color, ¿Qué?, ¿qué paso? —soltó ella tocando y yo me quede más anonado.

Jamás en mi vida había visto sangre de ese color, ni siquiera sabía que era posible, pero el saber que ella estaba sangrando solo me preocupó más. Yona se acercó y examinó a Androssi por todos lados, comprobando su estado, mientras yo le contaba que había pasado.

—Está demasiado fría —interrumpió mi relato y luego me indicó que la recostará en la cama. — ¿Puedes recostar a Samu?

Asentí y procedí a hacer ambas cosas, luego le seguí contando lo sucedido. Me extrañé un poco que no se sorprendiera por lo último, cuando mencioné que yo era azul, pues tenía recuerdos de una pequeña peli cereza llamándome de esa forma y pensé que como Androssi, ella y Hak tampoco me recordarían.

—Y entonces la vi y ella colapso.

—¡DEMONIOS! —Yona empezó a caminar de un lado al otro en la habitación más desesperada que yo —¡No, no, no, no!

—¿No, no, no, no qué? — dije desesperado.

—¡Tiene un derrame cerebral! — me miro Yona con sus grandes ojos violetas completamente preocupada.

El Chico de la Venda en los ojos I & II (Satoru Gojo x OC)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang