El Chico de la Venda en los ojos I & II (Satoru Gojo x OC)

[20]

Hola a todas!

Este cap tiene un pequeño regalo por ser el #20 y porque estamos ya por encima de las 2.7k de lecturas. Es la primera historia que escribo que crece tan rápido. Solo tiene 3 semanas y me sorprende bastante que este gustando tanto.

Gracias a todos los que leen, dejan comentarios y la estrellita <3.

Son las mejores, las amo.

Sin más decir, espero que lo disfruten. Creo que será algo largo.

Advertencia: Parte de él tiene un poco de +18, un poquito más subido de tono que los anteriores.

—𝔸𝕟𝕕𝕣𝕠𝕤𝕤𝕚 𝔸𝕘ü𝕖𝕣𝕠—

Mmmm ¿Qué es este dolor de cabeza?

¿Qué sucedió anoche?

Abrí mis ojos lentamente, la luz se colaba por mis claras pestañas. Algo que odio de mí, son mis tontas pestañas. Son rectas, cortas, pocas y claras.

La luz me molesta y tengo que comprar máscaras de pestañas milagrosas para que las levanten y tener esas lindas pestañas curvas que algunas chicas y hasta hombres pueden tener con facilidad.

Como los envidio.

Lo primero que vi fue la pared, la pared de una habitación desconocida, sabía que no era la plaza de Tsumu pues viví con él por tres años y conozco su casa de arriba abajo. Me asuste un poco, pues NO TENGO NI PUTA IDEA DE DONDE ESTOY.

¿Hum? ¿Qué esto?

Mi cabeza estaba sobre algo más duro que una almohada y había algo sobre ella, sentía la cama bajo mí, algo rodeaba mi cintura y algo se pegaba a mi espalda.

Levanté mi cabeza para encontrarme con Kuroo recostado en la cabeza de la cama, dormía plácidamente y su mano estaba sobre mi cabeza un poco contraída como si hubiera estado acariciándola. Lo duro bajo mi cabeza era su musculoso muslo sobre el cual estuve dormida.

Iiiiii – me sonroje al instante. - ¿Cargo ropa verdad?

No era como si no quisiera amanecer con semejante semental, pero al menos quisiera recordarlo.

Sí cargaba ropa, Kuroo llevaba las mismas ropas que ayer en la fiesta, su camiseta negra un poco levantada dejando ver sus abdominales bajos que me hicieron babear y pantalones anchos, pero aun con esos anchos pantalones pude detectar ese gran bulto con erección mañanera inclusive sobre su pantalón.

¡Dios! ¡Abuelita Mari Carmen mándame el agua bendita por favor!

Eché mis pensamientos pervertidos a un lado e inspeccioné mi cuerpo con mi vista y manos, comprobando que vestía era un extraño abrigo negro o más bien chaqueta que reconocí al instante. Toque preocupada eso que rodeaba mi cintura, eran unos fuertes y largos brazos, pero no eran los de Kuroo.

Me removí un poco para ver de quien eran. El Gojō estaba aferrado a mi cintura, abrazándome como si yo fuese un peluche y no quisiera separarse de mí. Mis mejillas ardieron aún más, porque si recordaba el momento en el baño y...

¿Qué es esta situación?

¿Qué mierda esta pasando?

¿Estuve en un trio con este par de dioses y no lo recuerdo?

Removí su brazo y la mano de Kuroo con nada de delicadeza. Estoy asustada. Misteriosamente ninguno de los dos se despertó. Me senté en la cama, estaba en lo que parecía una habitación de hotel.